“Un contexto de caída de la actividad, el empleo y las exportaciones industriales y de inviable desarrollo del proceso productivo. Se perdieron 133.796 empleos industriales en los últimos tres años –lo cual equivale a la destrucción de uno de cada diez empleos industriales– y hay medidas con sesgo anti-exportador que penalizan el agregado de valor de los productos destinados al mercado mundial”. Esa caracterización realizó la Unión Industrial Argentina (UIA) en un documento oficial elaborado a los fines de criticar la reciente suba de la tasa estadística que encarece a las importaciones. La entidad pide reducir los topes de pago, bajar la alícuota y agregar exenciones en determinados conjuntos de bienes. El análisis que hace la UIA de la situación industrial contrasta de lleno con el relato de Mauricio Macri acerca de una supuesta incipiente recuperación y de la mejora del universo exportador a partir del programa económico oficial.
Hace un par de semanas, el Gobierno sorprendió con un aumento por decreto de la tasa estadística que pesa sobre las importaciones del 0,5 a 2,5 por ciento, al tiempo que elevó los topes para el pago de parte de las empresas de 500 dólares a 125 mil dólares por operación (lo cual implica que en los hechos la suba de ese arancel es muy superior a cinco veces). La medida despertó un fuerte rechazo en todo el arco empresarial con críticas en un tono inusualmente fuerte contra el Gobierno “amigo” de Macri. El rechazo motivó una serie de pequeños cambios aplicados también por decreto que no confirmaron el requerimiento del sector manufacturero. Se eliminó de la medida a las importaciones temporarias, que realizan operadores que luego exportan. Es el caso de los porotos de soja que las cerealeras exportan luego como harina, pellets y aceite. También se retrotrajo la suba para bienes de capital y equipamiento para Vaca Muerta.
Sin embargo, las críticas persisten y entre ellas se destaca la UIA, que emitió ayer un documento en donde advierte que la suba de la tasa estadística “tiene un fuerte impacto negativo en la competitividad de las exportaciones industriales, en los márgenes del sector, en costos de productos del programa de Precios Esenciales y en las decisiones de inversión”. “Las medidas adoptadas son de corte netamente fiscalista y pierden de vista su impacto en el sector productivo, en un contexto de caída de la actividad, el empleo y las exportaciones industriales. Se suma al muy elevado costo del financiamiento, volviendo inviable el normal desarrollo del proceso productivo”, sigue el crítico informe de la UIA.
En el último año, la industria perdió 69.531 puestos de trabajo formales y esa cuenta asciende a 133.796 puestos para todo el mandato de Macri. Esto implica que en la gestión Cambiemos se destruyó uno de cada diez puestos de trabajo industriales. La industria fue el sector económico más castigado.
“Las recientes modificaciones en la tasa estadística termina de dar forma a un conjunto de medidas con sesgo anti-exportador del que forma parte también la modificación de derechos y reintegros a las exportaciones. Este conjunto de medidas que penalizan el agregado de valor de los productos destinados al mercado mundial tendrá un impacto negativo para el sector industrial y para la actividad económica en general”, dice la UIA.
Desde la entidad explicaron a este diario que más allá de la exclusión de las importaciones temporarias, la suba de la tasa encarece las exportaciones en los casos en donde el importador del insumo no es la misma empresa que luego fabrica y exporta. Esta dificultad se agrega a la baja de reintegros y suba de derechos de exportación, que junto a la inestabilidad macroeconómica y la precaria demanda de los socios comerciales, determinaron una caída del 4,2 por ciento en las exportaciones industriales en el primer trimestre del 2019 frente al mismo período del año pasado. Ese resultado se dio a pesar de la devaluación del peso que permitió ganar “competitividad-precio”.