Alrededor de 1500 casos de personas que tuvieron síntomas como fiebre o rash en 2018 y que inicialmente fueron catalogados como sospechosos de sarampión, continúan pendientes de clasificación final, lo que los ubica en un limbo estadístico que denota el estado de fragilidad oficial para el control de posibles brotes de la enfermedad. Argentina fue declarada país libre de circulación endémica del sarampión en el año 2000. Ahora,el nuevo episodio refuerza la idea de desgobierno sanitario nacional.
Según se supo esta semana, durante la reunión de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) del pasado 9 de abril, se admitió que la notificación tardía de la enfermedad constituye una debilidad “con potencial impacto para las estrategias de intervención”.
Así quedó plasmado en el acta de la reunión de la ConaiIn, en la que se informó que “la Comisión Nacional para la Certificación de la Eliminación del Sarampión, Rubéola y Rubéola congénita en Argentina se encuentra abocada al cierre del informe del brote del año 2018 y que se calculan en alrededor de 1500 los casos sospechosos pendientes de clasificación”.
“Se reconoce como una fortaleza en Argentina la posibilidad de realizar estudios de linaje pero como una debilidad, con potencial impacto para las estrategias de intervención, la notificación tardía”, se advirtió en el documento del organismo que preside Mirta Roses e integran representantes de sociedades científicas, de responsables de inmunizaciones de las provincias, del Estado nacional y de la OPS.
En términos sanitarios, que 1500 casos sospechosos no hayan sido clasificados en forma definitiva significa que el sistema de salud desconoce si alguno de ellos fue efectivamente sarampión. Posiblemente por falta de articulación entre las jurisdicciones municipales, provincial y nacional, no pudo determinarse la fuente de los contagios y si hubo contactos entre los casos.
En 2018 se confirmaron 14 casos de sarampión en Argentina. El brote de la enfermedad se inició en julio, y por eso desde agosto se aplicó una dosis de refuerzo de la vacuna triple viral a niños de entre 6 y 11 meses de edad inclusive, residentes en la CABA y en los municipios del conurbano que integran las Regiones Sanitarias VI y VII), sitios en los que se presentaron la mayor parte de los casos.
“Que existan 1500 casos sin clasificar significa que la información fue insuficiente. Si ésta es incompleta o muy tardía, quedamos en la indefinición”, resumió Silvia González Ayala, quien integra la CoNaIn en representación de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica y es titular de la cátedra de Infectología en la Universidad Nacional de La Plata.
La especialista puso de relieve la importancia “de la calidad de la vigilancia epidemiológica, que es información para la acción”. Según su opinión, eso falló en los “casos de la provincia de Buenos Aires, en los que nunca se encontró la fuente de infección por la notificación tardía”.
“Si no se notifica dentro de las 24 horas de la sospecha del caso, no se toman las muestras con la notificación, si la autoridad sanitaria no realiza las acciones de bloqueo –el control de foco– para que no haya más casos y lo que es central, si no se toman oportunamente las muestras para confirmar el diagnóstico”, se ingresa en una zona “de indefinición porque la información es incompleta o muy tardía”, explicó la infectóloga.
“Es escandaloso que 1500 casos no se hayan cerrado, y es muy probable que no puedan cerrarse, y eso pone en riesgo la categorización de país libre de sarampión endémico. Esto es un error del sistema de salud, y si no se disparó una epidemia fue gracias a que gran parte de la población está vacunada”, se quejó el diputado por el peronismo tucumano Pablo Yedlin, que forma parte de la Conain.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “un país ya no se considera libre de sarampión cuando el mismo tipo de virus ha estado circulando durante más de 12 meses continuos en su territorio. El regreso de la circulación del virus endémico del sarampión a un país de la región, así como los brotes actuales, son una muestra de que existen brechas en la cobertura de vacunación que se deben cerrar en forma urgente”.
El año pasado, y para incrementar la protección contra el sarampión y la rubéola, el ex ministerio de Salud de la Nación desarrolló una Campaña Nacional de Seguimiento que buscó vacunar a todos los chicos de 13 meses a 4 años con una dosis adicional de la vacuna triple viral, independiente de la del calendario.
El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa y potencialmente grave, que se propaga fácilmente cuando la persona infectada elimina secreciones respiratorias al hablar, toser o estornudar, o por estar en contacto con cualquier objeto contaminado. Afecta sobre todo a los niños y en algunos casos puede ser letal.
La vacuna triple viral es efectiva en la prevención del sarampión. Es obligatoria y debe ser aplicada a los niños al cumplir el año de vida, con un refuerzo al ingreso escolar, según el Calendario Nacional de Vacunación. Sus síntomas son la fiebre alta; la aparición de secreción nasal, conjuntivitis y tos; de pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla y erupción en la cara y cuello que se va extendiendo al resto del cuerpo.