El paro de actividades no impidió a los especuladores financieros seguir con el raid de fuga de divisas en el que vienen montados hace dos meses. El reflejo de ese comportamiento es una acelerada caída de las reservas del Banco Central. Ayer esa dinámica fue complementada con otro pago de deuda al Club de París por 459 millones de dólares. Junto con ello, la liquidación diaria de 60 millones por parte del Ministerio de Hacienda de las divisas prestadas por el FMI empujaron otra vez una fuerte baja de las reservas de la autoridad monetaria. La caída fue de 585 millones de dólares, para quedar en 64.679 millones. Desde el 9 de abril, cuando se concretó el último desembolso del Fondo Monetario por 10.835 millones, ya se perdieron 12.489 millones. Esta sangría por ahora no ha provocado un alza en la cotización del dólar, pero operadores del mercado coinciden en que las presiones cambiarias pueden ser importantes a corto plazo si no aparecen señales de recomposición de la confianza y las reservas dejan de caer.
A pesar del paro general, las operaciones cambiarias fueron posibles mediante el uso del home banking. El dólar anotó otra disminución de diez centavos, para quedar en 45,78 pesos, un nuevo mínimo en casi cuatro semanas. En el segmento mayorista el dólar registró una merma mayor, de 24 centavos, para culminar a 44,45 pesos, nivel que no se veía desde los primeros días del mes. El Banco Central, pese a ello, no apuró la baja de la tasa de interés en las licitaciones de Leliq. El promedio del día fue de 70,74 por ciento, apenas cinco puntos básicos menos que en la jornada previa. Se adjudicaron 196 mil millones de pesos, por lo cual se produjo una expansión de 6268 millones.
Más allá del dólar, la atención en los mercados financieros estuvo concentrada el martes en un nuevo episodio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que derivó en una caída de las bolsas a nivel internacional. Wall Street cerró con una baja del 0,9 por ciento en el índice Dow Jones, su principal indicador, por el temor de los inversores a una ralentización del comercio mundial. En la Bolsa porteña la contracción se amplificó hasta 1,9 por ciento. Las acciones de Telecom se hundieron un 5,4 por ciento y lideraron los retrocesos, seguido por las bajas del BBVA Francés (-4,15) e YPF (-4,1).
El mal clima internacional golpeó también en los bonos argentinos. El riesgo país subió 19 unidades y llegó a 939 puntos. Los títulos públicos nominados en dólares cayeron 0,6 por ciento en promedio. La imposibilidad del Gobierno de generar confianza también se observa en este indicador, que se mantiene en niveles que bloquean cualquier intento por recuperar el financiamiento en los mercados internacionales. El drenaje de las reservas del Banco Central no es una señal tranquilizadora en este contexto.