Después de diez años de obras, el nuevo estadio de San Petersburgo, donde se jugarán los partidos de la Copa Confederaciones 2017 y cotejos del Mundial 2018, abrió por primera vez sus puertas al público ayer. Alrededor de diez mil espectadores accedieron al recinto –cubierto y con capacidad para 68.000 personas– para asistir a una exhibición gratuita de motos cuyo principal motivo era comprobar las instalaciones del estadio, desde el sonido y la iluminación hasta la gestión del flujo de espectadores. La construcción del estadio, cuyo nombre provisional es Zenith Arena, ha  costado 41.000 millones de rublos (672 millones de euros).