Sin sorpresas, el Partido Popular (PP) se mostró unido y reeligió ayer como líder a Mariano Rajoy (foto), quien decidió mantener como mano derecha a María Dolores de Cospedal, a pesar de las críticas a su acumulación de cargos tras asumir como Ministra de Defensa, dando una señal clara de continuidad.
“Para mi es un honor, porque llevo en este partido toda mi vida”, dijo Rajoy en un breve discurso tras ser ratificado al frente de la fuerza conservadora, como estaba previsto. Su elección era un mero trámite puesto que no contaba con rival interno, de ahí que recibió el apoyo del 95,65% de los votos de los compromisarios del 18 Congreso Nacional del PP, reunido en la Caja Mágica de Madrid. Tras recordar los momentos críticos que tuvo que afrontar al tener que gobernar durante la peor crisis que tuvo el país, Rajoy sostuvo que aún le queda mucho trabajo por hacer y reconoció que tendrá que “dialogar y pactar por el bien de los españoles. Todavía puedo dar mucho más”, había afirmado previamente Rajoy, quien lidera el PP desde 2004. El político conservador llevó a su partido al poder en 2011 con mayoría absoluta tras perder dos elecciones generales consecutivas frente a los socialistas. Cinco años después, logró retener la presidencia del gobierno pese a que perdió casi tres millones de votos. “Tenemos que tener algo muy bueno porque aunque vivimos la peor crisis volvimos a ganar las elecciones. Dejamos atrás muchos votos, pero lo conseguimos. Han intentado impedir que gobernemos, pero repetimos las elecciones y volvimos a ganar mejorando nuestros resultados”, subrayó, haciendo referencia a la vorágine electoral que vivió el país desde finales de 2015. “El partido sustentó al gobierno en momentos de terrible dificultad y también de tremenda soledad”, sostuvo Rajoy reivindicando la labor de sus compañeros, que cerraron filas en torno a su liderazgo.renovó como vicesecretario de Política Social, Javier Arenas como vicesecretario autonómico, Pablo Casado como vicesecretario de comunicación y Andrea Levy como vicesecretaria de Estudios y Programas. El cónclave del PP, que fue aplazado dos años por la coyuntura electoral, se presentó como el menos conflictivo de la historia reciente de la fuerza conservadora.