El frío llegó a las escuelas de la provincia de Buenos Aires y, como cada invierno, los problemas de infraestructura impidieron calefaccionar los edificios en tiempo y forma. En algunas localidades la temperatura a primera hora de la mañana, cuando los chicos entran a clases, ronda los 4 o 5 grados. Por el frío, los alumnos deben estudiar con las camperas puestas y hasta tapados con frazadas. Esta mañana, los estudiantes de la secundaria Nº1 de General Alvarado, Miramar, convocaron a un frazadazo y salieron con las frazadas a la calle para mostrar cómo estudian: con frío. Días atrás, la imagen de las mantas entre los pupitres se repitió en escuelas de Merlo, Lanús y Mar del Plata.
La escuela Rodolfo Walsh de Miramar (EES Nº1) está sin gas hace siete meses, por lo que el establecimiento no cuenta con ningún tipo de calefacción. Esta mañana, a las 7:30, cuando todavía era de noche, los chicos se juntaron en la puerta del colegio con mantas y frazadas para mostrar cómo deben pasar las primeras horas del día. El frazadazo convocado por el centro de estudiantes terminó con la entrega de un petitorio en el Consejo Escolar del distrito.
“Fue una iniciativa de los chicos y nosotros acompañamos. El reclamo puntual es que hace siete meses hay una obra en la red de gas sin terminar y nadie da respuesta. La situación afecta tanto a los chicos como a los docentes. Hace 4 grados y están sin calefacción y con vidrios rotos”, contó María Bacigaluppe, docente del distrito.
Antes, el frazadazo ya había pasado por Merlo. En la escuela secundaria Nº46 de San Martín los estudiantes reclamaron que no hay estufas en las aulas. La conexión de gas sólo está habilitada en la cocina. “Casi todas las primarias y secundarias de Merlo están sin estufas, porque después de la tragedia de Moreno deben ser encendidas por personal del Consejo Escolar. El tema es que recién están pasando por los jardines y no saben cuándo será el turno del resto. Deberían haberlas verificado antes de que empiece el frío”, aseguró Laura Boello, docentes y secretaria de comunicación de Suteba.
“En la escuela vivimos haciendo notas y reclamando”, resume la docente. En su escuela las estufas están habilitadas pero todavía espera el visto bueno del Consejo Escolar. “Todo es así, si te mandan los calefactores eléctricos la red no aguanta. Pedí una rampa para un chico discapacitado y tardaron tres años en mandarla”, pone de ejemplo la docente.