La voz de Marta Gómez canta también cuando habla. Y cuando canta, vuela. Su melodía personal la convirtió en una de las voces más reconocidas de América Latina. Cada proyecto que despliega esta cantautora colombiana trae su sensible mirada musical y calidad sin fisuras. Mañana, a las 21.30, actuará en Plataforma Lavardén con el bajista argentino Andrés Rotmistrovsky para presentar Un silencio que llegó de lejos, concierto íntimo en el que harán temas propios de Gómez, y otras canciones que recrean de manera singular. "La idea de hacer estos conciertos surgió de un productor amigo nuestro, suizo, con el que hemos trabajado desde hace muchos años. Andrés y yo hemos tocado desde hace más de 15 años juntos, pero siempre con el quinteto, y siempre hacíamos un par de temas solos. Entonces a este productor, este fan, le gustó la idea de que fuéramos a hacer un concierto a dúo, nosotros aceptamos y se convirtió en otros tres conciertos, y en la grabación de un disco, lo cual por supuesto que nos obligó a tener un repertorio mucho más extenso y a nosotros nos encantó", cuenta Gómez.
Encarar un concierto a dúo era también un desafío. "Fue absolutamente distinto a todo lo que yo había hecho, contrario a lo que yo pensaba, que sería muy exigente a nivel vocal o que podría ser aburrido a nivel rítmico. Resultó ser una maravilla para los espectadores y para nosotros, un encuentro íntimo con otras canciones mías de antes, con otras canciones que no son mías pero que nos encantan a Andrés y a mí, así que de ahí surgió esta idea".
-¿Cómo definieron el repertorio?
-La elección de temas fue un poco caprichosa por un lado, por parte de nosotros, de querer hacer canciones que nos gustan, covers, canciones compuestas por otras personas y también por supuesto mías. Desempolvé canciones que no hacía desde hace muchos años, con las que me volví a enamorar, y también por supuesto temas que no pueden faltar y algunos de ellos están en La alegría y el canto, mi último disco. Pero realmente es un concierto muy distinto porque tenemos la limitación, por un lado del ritmo, que no podemos hacer canciones muy rítmicas, pero también la libertad de improvisar mucho más y de disfrutar de la poesía de las canciones.
-¿Qué mujeres han influido en tu forma de hacer música?
-Mercedes Sosa es una gran influencia, a pesar de no ser compositora, pero su manera de interpretar es el de una cantautora, su manera de aproximarse a cada texto, a cada frase, a cada palabra incluso, es realmente una forma de componer de cierta manera. Mercedes para mí es mi principal referente, aunque suene curioso porque mi voz es muy débil comparada con la potencia de la voz de ella, pero yo creo que en su manera de aproximarse a los textos, en el caso de ella para cantar y en el caso mío para componer, es la misma.
"La batería y el contrabajo, por ejemplo,
eran instrumentos netamente masculinos y
ahora las mujeres están perdiendo ese miedo".
Marta Gómez sigue desgranando influencias: "Lila Downs, Susana Baca, Eva Ayllón, son figuras claras. Yo crecí en la adolescencia oyendo a Sandra Mihanovich, por ejemplo, a quien años después tuve la suerte de conocer. A mí me llegó un casete de ella y yo quedé fascinada y yo sentía que había mucho de pop en mi voz, que ahora me consideran una voz folklorista, pero para mí tenía mucho del pop. Esas son las principales influencias, en términos de composición y también de canto. La cubana Liuba María Hevia, es para mí una pieza fundamental y es parte de mi voz. También crecí oyendo a Presuntos Implicados, a Sole Giménez, la vocalista, estoy segura de que tengo muchas cosas de ella en mi voz".
-¿Cuál es tu mirada sobre las músicas mujeres que surgen en América Latina?
-Me encanta lo que está sucediendo ahora, en especial porque hemos tomado las redes sociales, que es un control y una libertad que antes no teníamos. Antes teníamos que escuchar solamente a las pocas afortunadas que llegaron a un sello discográfico, y ahora no, puedes escuchar a una mujer que esté cantando en el garage de su casa, en un barrio en Lima y la puedes escuchar. A mí me encanta lo que está sucediendo, me encanta sobre todo la composición, que se están atreviendo las mujeres a componer. El terreno en lo vocal está ganado hace muchos años, pero no el compositivo, seguíamos cantando lo que sienten los hombres, cómo los hombres ven el amor, y nosotras lo vemos distinto, y nosotras parimos, sangramos, amamantamos, entonces yo creo que esa mirada tiene que estar. Hay una mirada por ejemplo desde el amor. Creo que esto se está empezando a ver también en las composiciones de mujeres.
-¿Tuviste oportunidad de conocer el proyecto de ley para que haya un cupo de mujeres en los festivales?
-Lo he estado siguiendo muy de cerca. Me parece fantástico, Argentina es siempre un modelo a seguir para el resto de Latinoamérica. Es decir, ese tipo de leyes no se están ni pensando en otros países latinoamericanos. Entonces, siempre, una vez más miramos hacia Argentina para inspirarnos y llenarnos de fuerza. Pero yo creo que debe ir acompañada con unos planes que sean más ambiciosos y más realistas en cuanto a educación. Creo que sería lindo completar esa ley con poner becas para que las mujeres tengamos más acceso a esas cosas que han sido por años masculinas. Que haya cursos, que haya talleres, que lleguen a las universidades con propuestas y tengamos modelos a seguir de ingenieras de sonido, así como nos hemos ganado ya puestos en otros instrumentos, la voz ha sido muy femenina desde hace muchos años, pero la batería, el contrabajo, por ejemplo, eran instrumentos que eran netamente masculinos y ahora están las mujeres perdiendo este miedo.