El índice de salarios del Indec arrojó para marzo un alza interanual del 37,3 por ciento, lo cual implica una caída del 10,7 por ciento en el poder adquisitivo frente a la inflación de 54,7 por ciento registrada por el organismo oficial para ese período. El deterioro del poder de compra explica la retracción del empleo y de la rentabilidad empresaria. Del mismo modo, la caída del salario real es el motivo que subyace a las masivas suspensiones de personal en empresas de todo tamaño y color y de la baja utilización de la capacidad industrial. Será también uno de los focos de la “pesada herencia” que dejará el gobierno de Mauricio Macri.

 Los cálculos del Instituto de los Trabajadores de la UMET muestran que “el poder adquisitivo del salario cayó un 17 por ciento desde noviembre de 2015 y se encuentra en su nivel más bajo en once años”. Según los datos del instituto de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, el índice de precios al consumidor acumula desde diciembre de 2015 una suba del 189 por ciento, mientras que en el mismo período, la variación de los salarios de los trabajadores registrados del sector privado que mide el Indec muestra un alza del 142 por ciento. Esa distancia se produjo, en primer lugar, por el magro desempeño de las paritarias del año pasado frente a la inflación desatada por la crisis cambiaria. Asimismo, en 2016 hubo una caída masiva del salario real y en 2017 algunos sectores también salieron perdiendo.

 El informe de salarios del Indec muestra que el índice general tuvo en marzo una suba interanual del 37,3 por ciento. Hacia dentro del universo de los trabajadores, lo más desfavorecidos fueron los no registrados, con una suba del 32,6 por ciento en los últimos doce meses, mientras que los registrados tienen una suba en el mismo período del 38,5 por ciento. Para la consultora Ecolatina, que dirige el economista del Frente Renovador Marco Lavagna, en promedio el salario real en 2019 volverá a caer. Y lo hará frente al salario ya disminuido de 2018. En consecuencia, el gobierno de Mauricio Macri habrá producido una sensible redistribución regresiva del ingreso.

 Varias de las paritarias fuertes que ya cerraron en lo que va del año muestran acuerdos algo por debajo del 30 por ciento con cláusulas de recomposición por la situación del año pasado, frente a una inflación que se estima bien por encima de ese número. Los metalúrgicos de la UOM también acordaron una suba del 28 por ciento junto a una actualización del 8 por ciento correspondiente a 2018. En tanto, los gastronómicos cerraron un alza del 28 por ciento en tres tramos: 10 por ciento en junio; 15 por ciento en octubre y otro 3 por ciento a partir de febrero. El gremio de Luis Barrionuevo también acordó una recomposición por la pérdida de poder adquisitivo de 2018. Los trabajadores nucleados en la Unión Obreros y Empleados Plásticos (Uoyep) recibirán aumentos salariales del 30 por ciento y sumas no remunerativas a pagarse entre mayo y septiembre próximo. Por su parte, UPCN acordó para los estatales una suba del 28 por ciento en cinco cuotas con cláusulas de revisión en noviembre y marzo de 2020. El acuerdo contempla pagos del 4 por ciento en junio, 7 en julio, 7 en agosto, 5 en enero de 2020 y otro 5 en febrero. Los estatales están entre los más perjudicados por la política económica oficial.

 Los números de aumentos salariales de gremios con considerable poder de negociación quedan detrás de las estimaciones de inflación para este año. Las consultoras económicas advierten que los precios subirían en promedio un 40,6 por ciento este año, pero a condición de que no vuelva a dispararse el dólar.