A tres meses del colapso de la cloaca de Comodoro Py, ayer fue el turno de las cucarachas. El problema esta vez no fue un caño obstruido sino la decisión del traficante de efedrina Ibar Pérez Corradi de mostrar ante los jueces las condiciones de detención en el penal del Servicio Penitenciario Federal en Marcos Paz. El imputado, juzgado por el Tribunal Oral Federal 8 por el desvío ilegal de 1900 kilos de efedrina, abrió su campera y dejó que decenas de cucarachas corretearan por la sala AMIA. Un secretario del tribunal consiguió un insecticida de urgencia pero el tribunal decidió suspender la audiencia y ordenó que Pérez Corradi fuera revisado por el servicio médico. El empresario estuvo prófugo hasta junio de 2016, cuando fue capturado en la Triple Frontera y extraditado a la Argentina, donde ya recibió dos condenas.
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