"Hacemos fuerza para que el pueblo argentino elija un candidato de centroderecha como hizo Brasil, como hicieron también Paraguay, Chile, Perú y Colombia", deseó el ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a menos de una semana de llegar al país para su primera visita oficial teñida de campaña a favor de su par Mauricio Macri, aliado en la coalición regional alineada con la Casa Blanca. Bolsonaro se tomó seis meses para cruzar la frontera, pero llegará a brindar respaldo al presidente de Cambiemos y sellar acuerdos económicos, entre ellos, la larga negociación bilateral entre Mercosur-Unión Europea, que consolidará las políticas de libre comercio en un contexto global proteccionista. "La clase empresaria está satisfecha con nosotros y con las medidas que estamos tomando", valoró Bolsonaro los primeros meses de gobierno que comenzaron con una contracción de la economía, tal como ocurre con el modelo macrista.
En la previa de su llegada del jueves a Buenos Aires, Bolsonaro le ofreció una entrevista al diario La Nación, para fortalecer la campaña a favor de su par y aliado que comenzó hace algunas semanas, con un único objetivo: dejar claro su deseo que la ex presidenta Cristina Kirchner no vuelva al poder. Durante la entrevista, el ultraderechista se mostró incapaz de analizar las particularidades del proceso político argentino, respecto del cimbronazo que significó la decisión de la ex mandataria de dejar su lugar como precandidata presidencial y pasar a ser postulante a la vicepresidencia, y solo se ocupó de reiterar su antiguo lugar común macartista: "Cristina Kirchner fue muy aliada de Lula da Silva y de Dilma Rousseff. Y lo que Lula y Dilma defendían aquí, vía Foro de San Pablo, con apoyo incondicional de Hugo Chávez, después Nicolás Maduro y la dictadura cubana, es una experiencia que nosotros no queremos repetir".
"Espero que el pueblo argentino reflexione mucho sobre eso para las elecciones", insistió Bolsonaro sin dar más razones que la cruzada contra los gobiernos populares de principios de siglo XXI y el reacomodamiento regional alineado a la Casa Blanca: "Nosotros hacemos fuerza para que el pueblo argentino elija un candidato de centroderecha, como hizo Brasil. Lo que más quiero es que la Argentina continúe con la defensa de la democracia, de la libertad y el libre comercio". Cuando lo consultaron sobre el cambio de estrategia en la fórmula del frente conformado en el PJ, ofreció un análisis desconcertante: "Ahí entramos en una cuestión casi espiritual: el Papa puede ser argentino, pero Dios es brasileño. Espero que el corazón de los electores argentinos lata en ese momento y que vean realmente qué futuro quieren".
Respecto de la demora visita oficial --que generó más de un cortocircuito entre Itamaraty y la Casa Rosada--, Bolsonaro adelantó que se centrará en el demorado acuerdo del Mercosur con la Unión Europea y una serie de acuerdos de cooperación económica, por lo que participarán de su comitiva los ministros brasileños de Minas y Energía y Economía, entre otros. Una semana atrás, el utraliberal ministro de Economía, Pablo Guedes, quien en el inicio del mandato sostuvo que la Argentina no sería "una prioridad", volvió a mostrar su desconfianza con el manejo económico del macrismo: "Este es el diagnóstico: a corto plazo, podemos convertirnos en una Argentina, con un 30 a 40 por ciento de inflación".
Los problemas económicos de los gobiernos de derecha no están solo de este lado de la frontera, Brasil dio a conocer el jueves los números de los primeros tres meses de gestión de Bolsonaro. La economía brasileña se contrajo un 0,2 por ciento, en lo que resultó la primera caída de la actividad desde 2016. Sin embargo, durante la entrevista, el presidente brasileño eligió desconocer los problemas económicos de ambos países. Bolsonaro deseó que "la Argentina continúe con la defensa de la democracia, de la libertad y el libre comercio" y ensayó un "segundo semestre" a la brasileña para sostener: "Tenemos apenas cinco meses de Gobierno. La clase empresaria está satisfecha con nosotros y con las medidas que estamos tomando. Cambiar el rumbo de la economía no es como una canoa que da un golpe de mano y cambia de dirección; es como un gran barco, un transatlántico".
"Estamos llevando nuestra economía para la centroderecha", valoró Bolsonaro el perfil ideológico por sobre todas las cosas. En ese tono, el ultraderechista respondió sobre la crisis política de Venezuela y consideró que no se soluciona con una mediación sino con "una fisura en la cúpula del Ejército venezolano", que lleva a dar un golpe contra Maduro. El mandatario brasileño aseguró que el presidente venezolano se mantiene en el poder por la fidelidad militar y celebró que "en Brasil, la izquierda no logró hacerlo, pese a todas las medidas tomadas contra nosotros, ni siquiera con la mentirosa Comisión Nacional de la Verdad que contó historias totalmente diferentes a las que ocurrieron en aquel período de 1964-1985".