El juez federal Francisco Miño procesó al jefe de la Policía Federal de Santa Fe y a un grupo de cinco policías de esa fuerza por proteger a narcos, luego de una investigación encabezada por ambos fiscales federales Walter Rodríguez y Gustavo Onel. En tanto Guillermo Kernc -el único civil- fue procesado por tenencia de drogas con fines de comercialización, cohecho y portación ilegal de arma de fuego. Al ex jefe de la Delegación local de la Policía Federal, Marcelo Lepwalts, y a los suboficiales Cristian Bogetti, Michael Arbildo y Carlos Navarro los procesó por falsedad ideológica, sustracción de elementos probatorios, encubrimiento, incumplimiento de los deberes de funcionario público, falso testimonio y tenencia simple de estupefacientes. Todos ellos continuarán detenidos y embargados en 300 mil pesos. Por otra parte, Miño procesó sin prisión preventiva a Dario Duarte y Lucas Bustos por tenencia simple de estupefacientes. El juez además les trabó un embargo de 5 mil pesos. Todos ellos fueron detenidos el pasado 9 de mayo en Santa Fe y Desvío Arijón por formar parte de una banda de policias federales que, lejos de perseguir legalmente a los narcos locales, obtenían réditos económicos dándoles protección.
El 9 de mayo la justicia federal realizó varios allanamientos que terminaron con la detención de los seis agentes de la Policía Federal, incluído el comisario. En esa dependencia de la fuerza,se secuestró una bolsa que contenía material estupefaciente. Las medidas se realizaron a raíz de dos denuncias: una de ellas la recibió por correo el Jefe de la Policía Federal Argentina, Néstor Roncaglia; la otra fue realizada por una Asociación Vecinal de Santa Fe, que la envió por carta a la Policía Federal.
La primer denuncia señalaba los apellidos de los policías involucrados y con un CD con filmaciones de estos mismos hombres en la vivienda de los propios narcos que debían ser investigados. Todo comenzó en octubre de 2018 cuando la Fiscalía Federal 1 ordenó a la Federal que realizara tareas de observación e inteligencia sobre "La Pulga" Casco y "La Chancha" Cardoso. Asi se descubrió que los policías Cristian Bogetti, Lucas Bustos y Darío Duarte visitaron varias veces a ambos sospechados de narcos, entre los meses de enero, febrero y marzo. Los videos aportados en la denuncia anónima recibida por Roncaglia se observa a Duarte conversando con "La Chancha", y a Bustos arribando en el vehículo de Bogetti a la casa de Cardoso.
La segunda causa tramita en el Juzgado Federal Nro 2 y tuvo su origen en un procedimiento de control vehicular que realizaba la PF el pasado 4 de abril en la RN 70 intersección con RN 5, en Esperanza. Allí la policía federal interceptó la camioneta marca Nissan en la que se conducía Guillermo Alberto Kernc. Al requisar el vehículo se habrían secuestrado al menos siete envoltorios de nylon color celeste y cuatro tubos eppendorf con clorhidrato de cocaína, con un peso total de 80,13 gramos. Además, dos teléfonos celulares y la suma de $ 3000.- en efectivo. Después de este hecho Marcelo Octavio Lepwalts, jefe de la Delegación Santa Fe junto a Bogetti, al oficial Michael Juan Arbildo y el agente Carlos Fernando Gómez Navarro, todos numerarios de la Delegación, posibilitaron la continuidad delictiva de Kernc en el comercio de estupefacientes. Puntualmente, en el acta labrada por Gómez Navarro se tergiversaron los hechos, consignando una disminución de la cantidad de droga secuestrada (oficialmente 81 gramos de clorhidrato de cocaína) y la falta de especificación de los dos teléfonos celulares incautados (uno marca Samsung color negro y funda roja y otro de la misma marca color negro). Esto permitió la libertad de Kernc. Días después, el 8 de abril, los uniformados devolvieron a Kernc el celular donde se encontraban registrados movimientos económicos vinculados al narcotráfico, a cambio de una suma de dinero. La devolución del celular quedó también respaldada con el acta allanamiento realizado el 9 de mayo en el domicilio de la madre de Kernc. Al hallarse un teléfono celular, la mujer manifestó a viva voz delante de los testigos: "que el teléfono celular negro que se encontraba en el interior de la habitación de la planta baja es de su hijo Guillermo, que ese celular -señalando el que tiene el sargento en su mano- lo tenía uno de sus compañeros y que su hijo lo recuperó por mucha plata (sic)".