Aplauso, medalla y Copa para Tigre gran campeón del torneo extra que siguió a la Superliga. Ya descendido, pero con la autoestima alta por sus ultimas actuaciones en el torneo anterior, el equipo de Gorosito encaró este nuevo certamen con una gran ilusión sostenida por su buen funcionamiento. Juega bien Tigre, se respalda en un arquero que otra vez fue la figura de la cancha; es sólido en la línea de fondo, tiene laterales con vocación ofensiva, cuenta con marca férrea con Prediger, tiene juego con Janson, Cachete Morales, Montillo. Y llega al gol con cualquiera y no solo con Federico González. 

En la Copa de la Superliga bajó a los dos santafesinos, Colón y Unión, al campeón Racing, le dio un monumental paseo a Atlético Tucumán (que había eliminado a River, se recuerda) y selló la cosa con el 2 a 0 contra Boca en Córdoba.

En esta final, y de modo muy especial el segundo tiempo, dejó la sensación de que fue muy superado por Boca, pero no se puede culpar a los jugadores de Tigre que, como reconoció Gorosito, inconscientemente se metieron atrás para aguantar el resultado que habían obtenido en el primer período. 

Y después de todo los jugadores de Tigre no tienen la culpa de la sequía de Benedetto, ni de su mala suerte, de la racha que hace que pierda goles que antes metía con los ojos cerrados. Tampoco tienen la culpa los jugadores de Tigre de que Boca tuviera más oportunidades de gol, pero no las supiera concretar como sí lo supieron hacer los ganadores. 

¿O acaso no es mérito de Tigre que Marinelli no fallara nunca (y sacara algunas dificilísimas como el disparo de Benedetto) y que a Andrada se le escurriera por debajo del cuerpo una pelota aparentemente fácil?

Podrá argumentar Boca que había posición adelantada en la jugada del segundo gol, que el forcejeo de Izquierdoz no daba para cobrar penal, pero inmediatamente deberá callarse todo Boca, que en más de un partido previo a esta final fue favorecido por los árbitros.

Tigre no jugó en la final con el brillo de algunas actuaciones precedentes, pero puso lo que había que poner para sostener la ventaja que había conseguido capitalizando errores rivales. El resultado del partido bien pudo haber sido otro, pero la Copa está en las mejores manos.

Tigre se la merecía mucho más que Boca.