Unreal, la serie que narra lo que sucede en la cocina de un reality show, está llegando a su fin (va los lunes a las 20 por Lifetime). La entrega nace de la adicción y el interés generado por el último gran género de la tevé antes del streaming. El drama enseñó a dos productoras sin tapujos éticos haciendo lo que fuera por el éxito de su programa. Según Constance Zimmer, a cargo del personaje de uno de los protagónicos, “el detrás de cámara es oscuro, sucio, tenso y cruel”. En ese espejo deforme se miraba Everlasting, el típico programa de citas que en sus temporadas incluyó a un millonario, a un deportista afroamericano y a una mujer controladora. A modo de despedida, estos últimos ocho episodios se apoya en el formato “All Star” con viejos concursantes, más dardos sobre la cultura televisiva y hasta referencias al movimiento MeToo.