La derecha arrasó en las elecciones locales y regionales de Grecia. El partido de oposición nacional derechista Nueva Democracia (ND) conquistó ayer las alcaldías de Atenas y Tesalónica así como la casi totalidad de las regiones del país. De esta manera, revalida su victoria del domingo pasado en las elecciones europeas frente a la izquierda del primer ministro Alexis Tsipras –castigado en las urnas por las medidas de austeridad empleadas para abandonar los programas de los acreedores– y le da fuerza frente a las elecciones parlamentarias anticipadas del 7 de julio.
En Atenas, Costas Bakoyannis, de 41 años, ex gobernador de la región central del país, obtuvo el 65 por ciento de los votos contra su rival de izquierda Nassos Iliopoulos. Bakoyannis, miembro de la tercera generación de una familia política griega de derecha, es hijo de Dora Bakoyannis, la primera mujer elegida alcaldesa de Atenas en 2003. “Hoy Atenas no sólo está cambiando de alcalde, la ciudad está cambiando de era”, dijo Bakoyannis después de votar ayer por la tarde. “El pueblo griego envió por segunda vez un mensaje de cambio político”, lanzó, por su parte, su madre, quien, que se desplazó a la sede electoral de su hijo para felicitarlo por su triunfo.
Los candidatos apoyados por la ND se hicieron además con el gobierno de once de las trece regiones del país, según resultados todavía parciales, entre ellas Ática, la mayor, que rodea a Atenas. “El mapa electoral de Grecia ha cambiado en favor de la ND (...) nunca hemos visto esto”, dijo el politólogo Ilias Nikolakopoulos a la televisión pública Ert. Hace una semana, en las elecciones al Parlamento europeo, ND venció al partido Syriza de Tsipras por 9,3 puntos, una derrota “inesperada”, según el primer ministro.
La derrota de la izquierda en las elecciones europeas y las locales se produce tras cuatro años en el poder de Tsipras. Bajo su gobierno, el país logró abandonar a finales de agosto del año pasado los programas de asistencia de los acreedores, la Unión Europea y el FMI, pero el ajuste continuado, el desempleo que alcanza el 18 por ciento -la tasa más alta de la zona euro- y los altos impuestos han sido objeto de muchas críticas.