El arte de saltar (2018), el nombre del cuarto disco de hay tantos tipos de hacer canción de autor como cantautores, alias El Kanka, esconde una metáfora sobre el oficio del cantautor y los “diversos abismos que se presentan en la vida”. “Este disco representa el vacío de la creación y también el salto a nivel profesional de un cantautor que arrancó desde abajo y que empieza a llenar grandes aforos”, precisa El Kanka, uno de los músicos independientes con mayor proyección de la escena musical española. El salto a la masividad ocurrió con su disco anterior, De pana y rubí (2015), y ahora se encuentra en plena expansión en países latinoamericanos como México, Colombia, Chile y Argentina, un territorio cultural que no le es para nada ajeno. “La canción latinoamericana está presente en mi vida desde que recuerdo. Mi padre es un enamorado de ese tipo de sonido y en mi casa se ha escuchado desde Jorge Cafrune y Atahualpa Yupanqui hasta Chavela Vargas y Violeta Parra. Siento que en mi música hay mucho de ése germen y quizá por eso me reciben tan bien en este lado del charco”, entiende el músico malagueño, quien se presentará hoy martes a las 20.30 en Niceto Club, Niceto Vega 5510.

En la música de El Kanka conviven en armonía una amplia paleta de ritmos. Desde una rumba catalana como “Demasiada pasión” hasta un ska con todas las de la ley como “Ay vida mía”, pasando por el flamenco, el bolero, el danzón, el rap, el blues o el rock. “En mi música la canción es lo importante, y los ritmos y los estilos están supeditados a eso”, explica el músico vía mail. Pero, ¿cómo encontró su lenguaje sonoro? “Creo que aún lo estoy buscando. No sé… no me lo planteo mucho, simplemente busco lo que más le conviene estilísticamente a lo que quiero decir”. 

Su último disco, por ejemplo, abre con “Para eso canto”, que tiene un patrón rítmico que lleva directo hacia la chacarera. “Absolutamente tiene un aire de chacarera argentina, aunque no me sale bien del todo, pero incluso grabamos un bombo legüero”. Y “Desde lejos”, otra del disco, presenta un arreglo coral que recuerda a la murga uruguaya. “En esta canción colabora una comparsa del carnaval de Cádiz, que es el hermano, o mejor dicho, el padre del carnaval de Uruguay”, desmenuza este compositor, que puede pasar de la íntima “Sí que puedes” a la bailable y tropical “Después de esta mañana”

En esta sintonía, el uruguayo Jorge Drexler colabora en “Por tu olor”. “Es una influencia tanto a nivel musical como en lo que se refiere a la capacidad de trabajo y la carrera en general. Conozco a Jorge virtualmente a través de un grupo de whatsapp en el que convivimos variados artistas de la música y las letras y jugamos con las palabras. A raíz de ahí me animé a mandarle la canción junto a unos octosílabos pidiéndole en verso que cante conmigo y se prestó generosamente”, cuenta. Su canción, además, combina la desfachatez del arte callejero y cierta precisión técnica que aprendió en sus años en el conservatorio de música. Y tuvo un paso fugaz, también, por la carrera de Filosofía. “Si bien no la acabé, me enseñó a pensar, me dio herramientas para reflexionar, y creo que eso se nota en las canciones”, dice este creador de canciones que respiran optimismo, cotidianeidad y buenas dosis de humor. En abril, dio a conocer un EP con tres canciones, CanEpé. Hay una canción de cuna (“Nana para Noam”), otra sobre la importancia del humor (“El payaso”) y otra irónica sobre el culto al cuerpo (“Guapos y guapas”). 

En la actualidad, la canción de autor española goza de una saludable vitalidad. Se debe, especialmente, a una generación de cantautores y cantautoras que en la última década le imprimió a la canción aires renovados y originales, con el foco puesto en la diversidad de estilos. Rozalén, Juanito Makandé, Pedro Pastor, Carmen Boza, Muerdo, Andrés Sudón y El Niño de la Hipoteca son algunos nombres. Y, claro, El Kanka. ¿Hay efectivamente un nuevo auge de la canción española? “Si, desde luego”, responde el músico malagueño. “Parece que se está remontando en el campo de la canción, que ha pasado años en una suerte de barbecho. Y desde luego, como ha pasado en multitud de ocasiones, hay puntos comunes en la forma de entenderla de mis compañeros coetáneos. Aprendemos los unos de los otros y muchos somos bastante amigos, así que tenemos la suerte de poder compartir nuestra música de una forma más íntima”, se explaya el músico sobre esta camada de artistas que, además, está posando su atención en la música de América latina.

–Sin embargo, autores como Ismael Serrano advierten que en España la crítica periodística suele caracterizar de manera peyorativa al oficio de cantautor, y más aún si tiene contenido político, ¿Por qué cree que sucede esto?

–No sé cuál es la explicación, la verdad. Supongo que tiene que ver con una imagen creada a través del tiempo y sacada de alguna forma de contexto. Creo que lo que hacían, por ejemplo, Silvio Rodríguez, Serrat o Aute, era bastante moderno, actual y original en su época. Y de hecho la mayoría de esas canciones son tan buenas que, al margen quizá de algunos arreglos y producciones, han sobrevivido muy bien al paso de los años. Pero se ha asociado la palabra “cantautor” a algo denso y aburrido, y como ocurre con la caricatura, la imagen colectiva se ha alejado de la realidad. No sé, si entiendes que Sabina es un cantautor, Spinetta y Charly García también lo son, y también Ismael Serrano y un servidor, te das cuenta de que hay tantos tipos de hacer canción de autor como cantautores hay.