Mediante una carta publicada en un diario local, el presidente Mauricio Macri defendió el Proyecto Patagonia que presentó el jueves en Viedma, e instó a los trabajadores a "desplegar todo el potencial" de la región para "generar oportunidades" de trabajo y desarrollo en el país. La situación del mercado laboral en esta zona, sin embargo, es crítica. El mismo día que Macri comentaba las virtudes del nuevo plan, 140 personas se quedaban sin empleo en una planta de cerámicos en Puerto Madryn.

Un estudio de la consultora E&M Patagonia develó que 23 mil patagónicos fueron despedidos desde que Macri asumió el gobierno. Solamente en Chubut hubo 3.892 trabajadores en blanco que perdieron su trabajo y en Neuquén, 3.500.

El presidente escribió en el diario Tiempo Sur, de Santa Cruz: “La Patagonia son los patagónicos. Es mucho lo que podemos hacer para impulsarla y que cada uno de los casi tres millones de argentinos que viven en estas provincias tengan la posibilidad de desplegar sus talentos y crecer haciendo lo que les apasiona.”

El cierre de Cerámicos San Lorenzo, el mismo jueves, ejemplifica una de tantos casos que se replican en toda la Patagonia: fábricas cerradas y trabajadores en la calle por la falta de competitividad de la industria nacional frente a la apertura comercial.

El impacto negativo de las políticas de Cambiemos en la Patagonia están a la vista. Las cifras estadísticas no hacen más que corroborar lo que muchos perciben: uno de cada tres empleos perdidos en la Argentina durante la gestión de Macri es de la región sur del país. El cierre de Cerámicos San Lorenzo, el mismo jueves, ejemplifica una de tantos casos que se replican en toda la Patagonia: fábricas cerradas y trabajadores en la calle por la falta de competitividad de la industria nacional frente a la apertura comercial.

“La importación de cerámicos de China impide que podamos competir, los empresarios buscan la precarización laboral al considerar que la mano de obra en este país es muy cara", dijo el secretario general de los ceramistas, Armando Moyano.

Pero la crisis no afecta sólo a la industria pesada. El 2 de febrero cerró la única fábrica textil de Neuquén y 35 mujeres se quedaron sin su fuente de trabajo.  Las trabajadoras se encontraban de vacaciones cuando se enteraron de que los dueños de la firma estaban retirando las maquinarias de la planta de la empresa y se habían declarado en quiebra. Desde entonces, llevan adelante una medida de fuerza para reclamar su inmediata reincorporación.

Uno de los sectores más afectados del ámbito fabril fue la industria de Tierra del Fuego, jaqueada por la apertura indiscriminada de importaciones, el desplome del consumo y  la caída de la actividad. Según la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande, principal sede de las industrias fueguinas, el año pasado se perdieron 6 mil puestos de trabajo. “El presente año comenzó con un panorama similar, que nos lleva a comparar la situación con la que atravesamos en los 90”, señaló Oscar Martínez, secretario general de ese sindicato y diputado nacional por el Movimiento Solidario Popular.