El fiscal federal Jorge Di Lello inició una investigación preliminar a raíz de la nota periodística escrita el domingo por Jorge Fontevechia, dueño de Editorial Perfil, en la cual afirmó que un grupo empresario cercano a la Casa Rosada le ofreció ocho millones de dólares a Roberto Lavagna para que desista de su candidatura presidencial. Según las encuestas, el ex ministro le resta más votos a Mauricio Macri que a la oposición, por lo que el oficialismo está deseoso de que se baje de su postulación. Ayer Lavagna desmintió la existencia de la oferta, pero Di Lello convocará a declarar a Fontevecchia y a algún otro periodista. A partir de lo que digan, también podría convocar a Lavagna.
Fontevecchia provocó asombro con el dato publicado el domingo pasado, por cuanto mencionó explícitamente algo así como un soborno para que un candidato deje de serlo. La nota en cuestión no era una crítica a Lavagna sino todo lo contrario: el periodista sostuvo que quiere votar al ex ministro pero que no lo dejan porque hay presiones y ocho millones de dólares para que baje la postulación. Todo indica que Fontevecchia tenía algún dato porque afirmó la versión de forma taxativa. Igual de asombroso fue que Lavagna tardó 48 horas en reaccionar: recién este lunes salió a la cancha a decir que no existió la oferta de dinero y que no le parece mal que un fiscal investigue.
“Me enteré por los diarios –dijo ayer el fiscal Di Lello, en diálogo con el periodista Reynaldo Sietecase en Radio con Vos–. De entrada no le di mucha importancia y después me quedé pensando que siempre ha sido una política de la fiscalía defender la transparencia y la credibilidad del sistema. No es la primera vez. Por ahora no estamos hablando de ningún proceso penal, sino un mecanismo para ver cuál es la realidad de los hechos, y a lo mejor la relevancia ni siquiera es materia de infracciones penales o electorales sino que atiende a la calidad ética o moral de quienes hicieron ese ofrecimiento. Quizá tiene gravedad política, no penal. No sabemos si es un delito. Tampoco hay candidatos todavía. Estoy tratando de garantizar la credibilidad del sistema. Lo demás lo estamos armando”.
Aunque hasta este lunes Di Lello no había citado a nadie, el fiscal seguramente convocará a Fontevecchia y a algún otro periodista que tenía una versión similar. Si considera que hay elementos, abrirá formalmente la investigación y es seguro que llamará a declarar a Lavagna.
La candidatura del ex ministro arrancó en el verano y tuvo el aliento inicial de Alternativa Federal. Según se ve en todas las encuestas, ronda el 10 por ciento de los votos, pero es muy probable que –si persiste en la postulación– una parte de su electorado termine atrapado por la polarización. La franja que lo apoya es esencialmente de clase media y personas mayores de 60 años, electorado que coincide con el de Macri. De manera que los consultores creen que le saca más votos al oficialismo que a la fórmula de Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner. De ahí el interés en que desista de su candidatura.
En la Casa Rosada, en cambio, alentarían la postulación de Sergio Massa o de algún candidato de Alternativa Federal, diferenciada del Partido Justicialista y el frente conformado por la mayoría del peronismo. Las encuestas no les asignan chances a esos terceros en discordia, pero unos pocos puntos siempre son importantes en una carrera que podría ser pareja. En este caso, lo clave es que esos votantes podrían venir de los sectores de menores recursos, es decir de los que apoyarían a Fernández-Fernández.
Como se ve, el nerviosismo en la Casa Rosada produce olas. Ya son 11 derrotas consecutivas en las provincias y el próximo domingo afronta previsibles malos resultados en dos distritos de electorados muy nutridos: Tucumán y Entre Ríos. Eso explica la aparición de rumores y versiones de ofrecimientos de plata. Habrá que ver si el fiscal Di Lello encuentra el fantasma que anda dando vueltas.