Desde Londres
La conferencia de prensa entre un presidente que aspira a seguir en el poder hasta 2025 y una primera ministra que abandona la jefatura de su partido este viernes y será sustituida en julio al frente del ejecutivo, no podía ofrecer grandes anuncios. El showman Trump se las arregló para que no fuera un evento aburrido, calificando a los cientos de miles que protestaban en su contra de “fake news”, sugiriendo que Theresa May se quedara en el puesto hasta firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, anticipando que Boris Johnson será el sucesor de la primera ministra y denostando al líder de la oposición, Jeremy Corbyn y al alcalde de Londres, Sadiq Khan. “Yo no vi ninguna manifestación. Lo que vi ayer fue miles de personas vitoreándonos. Y hoy también vi gente vitoreándonos. Así que lo de las protestas es “fake news”, dijo Trump.
En el mundo Trump la realidad parece ser lo que él dice, remedo de la presunta respuesta que le dio un asistente al dictador paraguayo Alfredo Stroessner cuando le preguntó la hora: “la que usted quiera, general”. Con su tosca, casi pintoresca prepotencia, el mandatario dejó en claro que el Tratado de Libre Comercio que quiere Estados Unidos con este debilitado Reino Unido del Brexit incluye el Servicio Nacional de Salud (NHS). “Todo tiene que estar sobre la mesa en una negociación. El NHS y el resto. Mucho más también. Todo”, dijo Trump.
Era uno de los temas principales de esa multitud de “fake news” que saturó el centro de Londres. En medio de la incertidumbre de la salida británica del Reino Unido, la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos es central en la agenda que están impulsando los candidatos a suceder a May y sus medios afines. Con su rampante nacionalismo imperial, Trump logró que ambientalistas, feministas, pacifistas, musulmanes, pro-inmigrantes, pro- Assange, laboristas, verdes, la izquierda, los sindicatos, ONGs agrupaciones de base y estudiantiles desafiaran la llovizna y el día desangelado para marchar desde Trafalgar Square en el centro de Londres hasta la plaza del Parlamento.
Entre los "fake news" había dos notables globos inflables. Uno presente en la marcha de julio del año pasado contra la visita oficial (no de estado) de Trump era un gigantesco globo amarillo del bebé Trump en pañales. La otra, escatológica, era el presidente estadounidense sentado en retrete. Un carnaval habían prometido los manifestantes y entre tambores, bombos y trompetas llamaron la atención los disfraces, las máscaras alusivas y se llevaron el premio, una docena de mujeres vestidas al estilo de la serie “The handmaiden”. “Trump representa todo lo que anda mal en este mundo. Misoginia, racismo, prepotencia, odio”, dijo a PaginaI12 Jane una manifestante de unos 40 años que enarbolaba un cartel que decía “no to bigots” (no a los intolerantes y fanáticos)
El líder laborista, Jeremy Corbyn, se dirigió a los manifestantes diciendo que estaba abierto al diálogo con todos. “Queremos tener un diálogo para llegar a un mundo mejor y más pacífico. Pero estoy especialmente desilusionado con el ataque contra el alcalde de Londres Sadiq Khan. Estoy orgulloso que nuestra ciudad tenga un alcalde musulmán y que podamos combatir la islamofobia, el antisemitismo y toda forma de racismo. El racismo divide, la explotación de las minorías genera odio. Estamos en medio de un debate sobre nuestro relación con Europea y el mundo. La base de esta negociación debe ser la protección de puestos de trabajo, los servicios públicos y las condiciones de vida. Y no debe basarse en la idea de que tenemos que ofrecer nuestro querido Servicio Nacional de Salud a las corporaciones estadounidenses”, dijo Corbyn.
El líder laborista no asistió al banquete de estado que ofreció el lunes por la noche la Reina Isabel II en honor al mandatario estadounidense. En su conferencia de prensa este martes Donald Trump indicó que Corbyn había solicitado un encuentro y él no se lo había concedido. “Es una fuerza negativa. No me gusta la gente que critica. Me gusta la gente que hace cosas. Así que decidí que no me reuniría con él”, dijo Trump.
Un portavoz del Laborismo confirmó que Corbyn había solicitado el encuentro con el mandatario estadounidense. “Jeremy está dispuesto a discutir con el presidente una serie de temas, entre ellos la emergencia climática, la amenaza a la paz y la crisis de refugiados”, dijo.
Es de imaginar que con esa agenda sobre la mesa, la reunión no hubiera durado mucho.