El Gobierno sigue alimentando su plan de medidas que apuntan a las elecciones de octubre con el lanzamiento de precios promocionales para la compra de autos cero kilómetro. A partir de un acuerdo con las terminales automotrices, durante los próximos 30 días se pondrán a disposición del mercado unos 35 mil autos con descuentos que van de 50 mil hasta 80 mil pesos en el precio final. Ese rebaja del precio se financiará con un subsidio estatal que demandará al fisco un total de 1000 millones de pesos junto a descuentos aplicados por las propias terminales. El objetivo para las empresas es desprenderse de un alto nivel de stocks acumulados, que mantienen paralizadas a las fábricas y derivan en suspensiones masivas y cortocircuitos con las casas matrices. Por su parte, el Gobierno quiere que la economía le dé alguna mínima satisfacción de cara a las elecciones.

 El plan “Junio cero kilómetro”, según lo define el Gobierno, para promover la venta de automóviles, apunta a los vehículos livianos para el transporte de pasajeros. En cambio, no involucra a las pick-up ni camiones. Con un presupuesto total de 1000 millones de pesos, el Estado aportará a las terminales 20 mil pesos en cada auto que valga menos de 750 mil pesos y 40 mil pesos para aquellos que van de 750 mil pesos a 1.400.000 pesos. A un promedio de 30 mil pesos por auto, el descuento aplicaría sobre unos 33 mil vehículos.  

Por su parte, para el primer módulo (hasta los 750 mil pesos) la terminal rebajaría el precio en otros 30 mil pesos y en 50 mil pesos para los autos del segundo módulo. En consecuencia, un auto de 750 mil pesos de precio de mercado actual podría conseguirse, si el plan funciona, a 700 mil pesos y uno de un millón de pesos, a 910 mil pesos. El beneficio aplica sobre todos los autos, aquellos que fabrican terminales locales e importados.

 “Hay buena expectativa de que este programa permita estimular las ventas y así reducir los stocks”, indicaron desde las empresas. El plan tiene una duración de 30 días y estará disponible en todo el país. “Las terminales adheridas no aumentarán los precios de los vehículos alcanzados por el programa durante la vigencia del beneficio. A su vez, se invita a las provincias a reducir el Impuesto a los Sellos aplicables al momento de patentar unidades cero kilómetro”, indicó ayer el Ministerio de Producción. El beneficio no aplica sobre planes de ahorro previos. 

El sector de los autos está en un piso de producción que implica una fuente constante de malas noticias económicas y de incertidumbre laboral para el universo de trabajadores vinculados a las terminales y autopartistas. El mes pasado se vendieron 36.610 unidades en el mercado local, lo que arroja una baja interanual del 56 por ciento. Para encontrar un mayo con menor nivel de actividad en este rubro hay que remontarse a 2005. Al mismo tiempo, de parte de las terminales hay una política de achicamiento laboral. En Renault rige una reducción de la jornada laboral a seis horas y salarios al 70 por ciento, suspensiones y posibilidad de adelantar vacaciones. Ford tuvo hasta la semana pasada 200 suspensiones y Volkswagen maneja un esquema de suspensiones rotativas para 300 empleados. El mes pasado, Fiat trabajó la mitad de los días hábiles. En su conjunto, la industria automotriz opera al 35 por ciento de su capacidad instalada.