Cada vez más lejos de la recuperación que augura el Gobierno, el deterioro de la actividad fabril se acelera y acumula ya un año de caída ininterrumpida. El índice de producción industrial manufacturero se contrajo en abril 8,8 por ciento respecto de igual mes del año pasado, siendo el doceavo mes de contracción interanual, según informó ayer el Indec. En el primer cuatrimestre ya acumula una baja de 10,6 por ciento contra el mismo período de 2018. Contra marzo previo la actividad tuvo una suba del 2,3 por ciento. La particularidad de abril fue que todos los grandes bloques fabriles exhibieron una menor actividad respecto de un año atrás, donde se destacó el desplome en la industria automotriz, con una baja de 26,1 por ciento; seguido por equipos (incluye celulares), con una merma del 24,2 por ciento; muebles (-21,3) y textiles (-16,8). La caída impacta en el mercado laboral, donde la expectativa empresaria para el segundo cuatrimestre es que la dotación se mantendrá o bajará, respondió el 92,3 por ciento de los consultados por el Indec.
En abril del año pasado el mercado iniciaba la mayor corrida cambiaria de la era Cambiemos, que derivó en una fuerte apreciación del dólar durante todo 2018, hasta duplicar su valor. La suba se trasladó de inmediato a los precios internos, impactando en la demanda local y en los costos de producción. Ese mes fue el último en que el promedio general de la industria iba a arrojar una mejora. Las soluciones enfocadas estrictamente en lo monetario, con el aumento de la tasa de interés y la absorción de pesos del sistema para frenar la corrida, agravó el problema del sector industrial, congelando el crédito productivo y al consumo.
Desde el Gobierno aseguraron que la caída se debe a que la “comparación es con niveles altos del índice, previo a la recesión”, aunque reconoce que seguirán apareciendo datos interanuales negativos. El congelamiento de la producción se extendió a la inversión. Según el Indec, la fabricación de maquinaria y equipo registra caídas del 23,5 por ciento en abril respecto de igual mes del año pasado. La contracción se explica principalmente por la menor fabricación de maquinaria agropecuaria, que se desplomó un 41,9 por ciento interanual, pese a que las empresas del sector llevaron a cabo una liquidación de stock para estimular las ventas.
La producción de aparatos de uso doméstico o línea blanca, principalmente heladeras, freezers, lavarropas, termotanques, calefones y cocinas, registró en abril una baja de 21,3 por ciento frente a igual mes de 2018. En este segmento impactó la caída del crédito al consumo para la compra de electrodomésticos. Otro tipo de maquinaria, de “uso especial”, registró una baja de 22,9 por ciento. Esto se explicó por una menor demanda de maquinaria por parte de sectores como el automotor, la construcción y la industria textil.
Fuentes de Hacienda también resaltaron que las caídas interanuales se atenuaron en 13 de los 16 sectores industriales, mostrando “cierto rebote”. En particular esto se observó, según la visión oficial, en los rubros de alimentos, productos químicos y metálicas básicas. La división de alimentos y bebidas tuvo en abril una baja de 1,1 por ciento interanual, que se entiende a partir de una demanda menos elástica a los precios que otros productos. Las principales incidencias negativas se registran en gaseosas, aguas, sodas, cervezas, jugos para diluir, sidras y bebidas espirituosas. Las bajas fueron del 16,7 por ciento interanual. Aún así, lo más llamativo es la fuerte caída en “productos lácteos”. Las cantidades vendidas al mercado interno de postres, flanes y yogures se contrajo 17,2 por ciento, seguida por la disminución en leches fluidas y chocolatadas (-14,9 por ciento), leches en polvo (-14,0), quesos (-7,8) y manteca, crema y dulce de leche (-6,1 por ciento).