Más de 300 veteranos de la Segunda Guerra Mundial fueron homenajeados ayer en Portsmouth, al sur de Inglaterra, en un acto que conmemoró los 75 años del desembarco en Normandía. Entre los presentes en el evento estuvieron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la reina Isabel II, que tenía 18 años cuando una fuerza de más de 100 mil hombres protagonizó el asalto a la costa francesa.
La ceremonia se celebró en la explanada del Southsea Common de Portsmouth, ciudad portuaria que fue uno de los puntos clave para muchos de los barcos de los aliados en la jornada histórica conocida como “Día D”. Durante la jornada también estuvieron presentes la primera ministra británica, Theresa May, el príncipe Carlos y varios jefes de Estado y de gobierno. Entre ellos, el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
De los más de 150.000 soldados que ese día pisaron suelo francés, más de 10.000 murieron, resultaron heridos o desaparecieron. Y los muchos que sobrevivieron no imaginaban que su actuar cambiaría el curso de la historia.
“Tenía 18 años y esperaba algo así como una gran aventura, aunque sí, sabía que estaba pasando algo enorme”, recordó el piloto británico Gregory Hayward, de 93 años. “Es agradable poder hablar con otra gente que estuvo allí el Día D, si no hablamos de ello lo vamos a olvidar y hay que conservar la memoria”, agregó Thiery Cordish, de 96 años, otro de los 300 veteranos que asistieron al homenaje en Portsmouth. Un ex sargento de pelotón confesó que ese día estuvo aterrorizado. Que tenía 23 años y que aunque el miedo no lo exteriorizaba, podía sentirlo en su interior. “Es una buena idea la celebración de eventos como este porque sirve para que las generaciones jóvenes sepan lo que pasó” dijo el ex sargento John Jenkins.
Los ex combatientes recibieron una calurosa ovación de los mandatarios, quienes también les dirigieron algunas palabras. “Que hoy pueda participar como canciller alemana y que defendamos conjuntamente la paz y la libertad es un regalo de la historia que tenemos que proteger y apreciar”, dijo la canciller alemana. Trump, por su parte, leyó la oración que el presidente estadounidense Franklin Roosevelt transmitió ese día por radio, en la que llamó a “liberar a una humanidad que sufre”.
En el transcurso de la jornada, la orquesta Tri-Service, dirigida por el Teniente Coronel Kevin Roberts y compuesta por músicos militares, fue la encargada de acompañar el convite lleno de recuerdos. En una de las intervenciones, Macron leyó la última carta de Henri Fertet, el joven resistente francés ejecutado a los 16 años: “Voy a morir por mi país. Quiero que Francia sea libre y que los franceses sean felices. No quiero una Francia arrogante ni que lidere el mundo, sino esforzada, laboriosa y honesta”.
A dos días de dejar su cargo como primera ministra del Reino Unido, la conservadora May, subió al escenario y leyó la postal que el capitán Norman Skinner, del Cuerpo de Servicio del Ejército Real, llevaba en su bolsillo cuando aterrizó en ‘Sword Beach’ (Francia) el seis de junio de 1994. Todos los testimonios recitados intentaron reconstruir el momento en que se desarrollaron los preparativos para el despliegue marítimo más grande de la historia. La reina de Inglaterra fue la última en cerrar el acto con un mensaje donde reforzó el compromiso con los ex combatientes.
El desembarco, que estaba programado para el cinco de junio, tuvo que posponerse para el día siguiente por cuestiones climáticas. Sin embargo al final del Día D los aliados habían establecido un punto de apoyo en Francia y, once meses más tarde, la Alemania nazi fue derrotada.