La declaración de rebeldía de Carlos Stornelli será revisada por la Cámara de Casación Penal. El fiscal federal, que ya faltó cinco veces a su indagatoria en la causa sobre espionaje ilegal a cargo del juez Alejo Ramos Padilla, había apelado la confirmación de su situación de rebelde definida en duros términos por la Cámara Federal de Mar del Plata y ese mismo tribunal le concedió el recurso para que pueda opinar una instancia superior. Una de cal y una de arena. Los camaristas dijeron que hacían una excepción por tratarse de un caso de “gravedad institucional en el sentido de que todo lo que se ha resuelto puede poseer aptitud, por sus efectos, de exceder el mero interés de las partes, para afectar de modo directo a la comunidad”. Casación también tiene que resolver la discusión sobre la competencia: si el caso queda en Dolores o si va a Comodoro Py, como quieren Stornelli y un personaje central de esta historia, que es el falso abogado Marcelo D’Alessio.
Stornelli está imputado como parte de una asociación ilícita que investiga Ramos Padilla. El último fin de semana dijo que cree que su “deber es no ir a declarar” para proteger la causa de las fotocopias de los cuadernos, que de todos modos comenzó los trámites de elevación a juicio oral. Lo cierto es que los 8 hechos que se le adjudican a Stornelli, no están todos relacionados con ese expediente. Es cierto que sí lo estuvo el primero, que dio origen a la denuncia del empresario Pedro Etchebest, que acusó a D’Alessio de extorsionarlo para salvarlo de quedar involucrado en esa causa y le pidió 300 mil dólares para Stornelli, a quien fueron juntos a ver a Pinamar. También se refiere a ese caso el apriete a Pablo Barreiro, un ex secretario de CFK. Pero el fiscal también está implicado, por ejemplo, en el espionaje al ex marido de su actual esposa, Florencia Antonini Modet, y de aceptar un ofrecimiento de D’Alessio para plantarle droga y armarle una causa. El hombre, Jorge Castañón, incluso dijo que ella le propuso que arreglara las cosas con Stornelli ya que había hablado con Mauricio Macri y le dijo que echarían a Ramos Padilla. En otro caso, el falso abogado le llevó a un ex ejecutivo de Pdvsa, Gonzalo Brusa Dovat, y después de presionarlo con información sobre su persona que le mostró que tenía, lo sentó a declarar en la fiscalía, desde donde le mandó a Etchebest un video de ese momento. El objetivo era generar una causa contra Pdvsa. También se le adjudica la planificación de cámaras ocultas contra los abogados José Manuel Ubeira y Javier Larraburu.
En su fallo anterior, la Cámara de Mar del Plata ratificó que Stornelli está en rebeldía por no presentarse a la indagatoria, y le ordenó a Ramos Padilla que pidiera el desafuero y la destitución. El juez lo hizo, pero el procurador Eduardo Casal, en lugar de mandar el caso al jurado de enjuiciamiento, que es la única instancia que puede dejarlo sin fueros –lo que permitiría, para el caso, su detención a los efectos de que declare–, abrió un sumario interno que tiene un plazo de 60 días. También tramita un expediente administrativo, aún inconcluso. Esto le permite a Stornelli seguir haciendo tiempo y que no se dicte un procesamiento en su contra.
La resolución de la Cámara de Mar del Plata de ayer fue firmada por Eduardo Jiménez y Bernardo Bibel. Lo que hicieron fue concederle el recurso de Casación, pese a que ya se había cumplido con la doble instancia, pero evalúan que es un expediente que se sale de los parámetros habituales. En Casación la Sala II es la que deberá pronunciarse sobre la rebeldía y la competencia. Ya intervino en la causa al rechazar la recusación de Stornelli contra Ramos Padilla. La pelea por quién se queda con la causa llegó por una apelación del fiscal Juan Manuel Pettigiani. También la había planteado el fiscal de primera instancia, Juan Pablo Curi. La rebeldía, además de Stornelli, también asombrosamente la apeló Pettigiani. Stornelli justificó su último faltazo a la indagatoria aferrado a las escuchas tomadas en la cárcel de Ezeiza a ex funcionarios del kirchnerismo y con la teoría de que hay un complot en su contra y para debilitar la causa “cuadernos”. El origen de esas escuchas, en una causa que no tiene relación con este asunto sino con un caso de narcotráfico, ha sido cuestionado y denunciado. Las conversaciones, por otra parte, no demuestran ningún plan. A lo sumo puede inferirse que, en el caso de Juan Pablo Schiavi y Roberto Baratta, que hablan con Eduardo Valdés y Carlos Zelcovicz respectivamente, habría alguna referencia a la causa de Dolores, muy posterior a los hechos iniciales que afectan al fiscal.