Una delegación mexicana negoció ayer a contra reloj en Washington para evitar que el próximo lunes entren en vigor los aranceles con que Estados Unidos amenaza al país latinoamericano para frenar la migración en la frontera entre ambos países.
Los negociadores mexicanos aseguraron que había avances en las gestiones, con las que aspiran a lograr que cese la amenaza de los aranceles o que se postergue su aplicación. Pero ese optimismo choca con las declaraciones públicas de funcionarios estadounidenses. “Parece que estamos yendo por el camino hacia los aranceles, porque lo que hemos visto por ahora es que lo que están proponiendo los mexicanos simplemente no es suficiente”, dijo a la cadena Fox la directora de comunicaciones estratégicas de la Casa Blanca, Mercedes Schlapp. La vocera admitió que las conversaciones iniciadas el jueves son “productivas”, aunque advirtió que México no está haciendo lo suficiente para frenar a los inmigrantes y necesita tomar “acciones inmediatas”. Sin embargo, la agencia Bloomberg informó que el gobierno de Estados Unidos estaba considerando retrasar la imposición de los aranceles a México para dar una oportunidad a las negociaciones. Delegaciones de ambos países continuaron ayer el diálogo en ambientes del Departamento de Estado y la Casa Blanca. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo al terminar la reunión que hubo “avances” y que el diálogo continuaría. “Vamos a continuar las conversaciones, todavía no han concluido, pienso que estamos avanzando”, apuntó.
Días atrás, el presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que impondrá aranceles del cinco por ciento a partir del lunes próximo a todos los productos mexicanos, a menos que su homólogo Andrés López Obrador, hago algo para frenar la inmigración. Esos gravámenes subirán hasta un 25 por ciento en octubre si es que no hay cambios en la situación.
La mayoría de los migrantes que atraviesan México con destino a Estados Unidos migran con la intención de dejar atrás las condiciones de violencia y falta de oportunidades económicas de El Salvador, Honduras y Guatemala, motivo por el que Washington exige controles más duros en su frontera sur. Ayer, al matutino The New York Times informó que Washington pidió a México que suscriba un acuerdo para convertir a esa nación en un “tercer país seguro”, lo que implicaría que asumiría la responsabilidad de albergar a los inmigrantes, mientras tramitan su asilo en Estados Unidos.