En la previa de un “superdomingo” en el que el Gobierno y la oposición medirán fuerzas en cinco elecciones provinciales que representan alrededor del 15 por ciento del padrón nacional, Sergio Massa emitió un documento donde ratificó su intención de integrar una gran coalición opositora “que supere el fracaso de la Argentina”. El líder del Frente Renovador le envió el escrito a todos los candidatos de la oposición instándolos a unirse en base a 11 compromisos básicos con el que busca “representar a la enorme mayoría de los argentinos que está descontenta con Macri”. El miércoles vence el plazo para la inscripción de alianzas nacionales y Massa se encuentra cerrando un acuerdo con el armado de unidad que postula la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner. Una de las opciones es que el dirigente encabece la lista de diputados en la provincia de Buenos Aires, lo que podría darle la presidencia de la Cámara baja. El documento de Massa apunta a preparar el terreno al anuncio que realizará en las próximas horas.
Aunque el congreso del Frente Renovador realizado días atrás ya había sido bastante claro respecto al direccionamiento de la fuerza, todavía daban vuelta versiones de una posible negociación de Massa con Cambiemos y la gobernadora María Eugenia Vidal. El documento de ayer termina de echar por tierra todo eso. “Los gobiernos de Cambiemos o no son conscientes de lo que pasa, o no les importa”, afirma al hablar del fracaso de la gestión. “Dos de cada tres argentinos quieren otro Gobierno, otra política”, agrega. Los 11 puntos en base a los que propone armar una coalición tienen un sesgo progresista y productivo, que sin dudas el frente que postula a Fernández-Fernández compartirá. De esa manera, Massa se adelanta a las declaraciones de los gobernadores del peronismo que hoy salgan triunfantes de sus respectivos test electorales, quienes van a sumarse a lo que ya es un clamor a favor de un gran frente de unidad.
En la lógica que se viene dando de triunfo de los oficialismos, el peronismo es favorito en Entre Ríos, Tucumán y Chubut, con la diferencia que en la primera provincia se presenta unido y en las otras dos dividido. Por su parte, el radicalismo macrista lleva las de ganar en Jujuy y en Mendoza, la única de las elecciones de hoy que son PASO. El score de comicios viene muy desfavorable a Cambiemos y vuelve a entrar en juego la posibilidad de que pierdan el manejo de intendencias importantes. Por eso es muy probable que, luego de conocidos los resultados, desde el radicalismo insistan con el reclamo de ampliar la alianza gobernante.
El puzzle de especulaciones con el que se armó el cronograma electoral que arrancó allá por febrero con una primaria en La Pampa determinó que este domingo con cinco elecciones provinciales y el próximo con cuatro sean los más concurridos del año. La relevancia es doble porque entre una y otra se producirán la inscripción de alianzas y la de candidatos para las elecciones nacionales. Los resultados servirán para templar el clima.
De nuevo el peronismo
Igual hubo quien se apresuró a adelantar su alineamiento como fue el caso del gobernador de Tucumán, Juan Manzur, quien visitó a Alberto Fernández el miércoles cuando todavía estaba internado en el Sanatorio Otamendi. Hasta hace no mucho, Manzur participaba de los encuentros de Alternativa Federal. Luego el senador José Alperovich expresó su intención de volver a la gobernación tucumana como candidato del kirchnerismo y Manzur revisó entonces su posicionamiento. La explicación de esto tiene que ver con la alta adhesión que muestra Cristina Kirchner en las provincias del norte del país. En Tucumán rondaría el 60 por ciento. Algo debe tener que ver el fiasco del Plan Belgrano, el programa de obras prometido por Mauricio Macri, que manejó José Cano. Se suponía que ayudaría al dirigente radical a ganar la provincia y salió tan mal que ni siquiera pudo ser candidato. Cambiemos eligió a la senadora Silvia Elías de Pérez, cuyo mérito parece haber sido su rol protagónico en el rechazo a la legalización del aborto. Todo indica que no hará buena elección y en los últimos días se enredó con una declaración en la que quiso despegarse de la figura de Mauricio Macri, una mochila de plomo que nadie quiere colgarse.
En el entorno de Manzur se muestran confiados en la reelección. Hablan de una diferencia de unos 15 puntos, con una muy buena aceptación en la capital, lo que le otorga la chance de imponer allí a su candidato Mario Leito, el ex presidente de Atlético Tucumán. Respecto a la pulseada por el segundo lugar, las encuestas varían según quien las encargue. Además de Alperovich y Elías de Pérez, talla el candidato de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, tras la ilusión de convertirse en un Bolsonaro de los montes.
En Entre Ríos ya hubo un anticipo en las PASO de abril de lo que puede suceder hoy, cuando el gobernador Gustavo Bordet consiguió un cómodo triunfo con el respaldo del peronismo unido, fórmula que recomienda replicar a nivel nacional. De yapa, su vice Adrián Bahl podría convertirse en intendente de Paraná, donde busca su reelección el radical Sergio Varisco, procesado en una causa de narcotráfico por la que irá a juicio. En los últimos días, Varisco promocionó el corte de boleta contra el candidato a gobernador radical Atilio Benedetti. Bordet –un peronista moderado que durante estos años mantuvo un buen vínculo con la Casa Rosada– llamará a encolumnarse detrás de la fórmula Fernández-Fernández.
En abril también hubo PASO en Chubut, donde el resultado dejó abierto el interrogante. El gobernador Mariano Arcioni, heredero del partido provincial creado por el fallecido Mario Das Neves y alineado a nivel nacional con Sergio Massa, fue el candidato más votado individualmente pero la suma de los tres peronistas que compitieron en la primaria que ganó el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, lo superó por un punto. Si bien los peronistas cumplieron con lo pautado y compartieron actos de campaña, tendrán que haber hecho las cosas muy bien para mantener hoy esa pequeña diferencia. Es la única de las gobernaciones en juego que podría cambiar de manos aunque la pulseada es entre dos expresiones del peronismo, incluso próximas a juntarse a nivel nacional. El candidato de Cambiemos, el diputado Gustavo Menna, sorprendió por los pocos votos que sacó en las primarias en una provincia que en algún momento supo ser radical.
Dos en amarillo
En lo que va del año, el Gobierno sólo pudo cantar victoria el domingo pasado en Corrientes, donde únicamente se elegían legisladores provinciales. Jujuy le dará el primer triunfo en una gobernación. Es una provincia que Macri visitó ocho veces durante su mandato y es una de las más asistencia de fondos nacionales recibió. El gobernador Gerardo Morales y Macri además fueron férreos aliados en la decisión de encarcelar a la dirigente Milagro Sala, a la que luego la justicia jujeña le abrió un cúmulo de causas. En contrapartida, el peronismo va dividido. El PJ oficial lleva como candidato al veterano ex director del Registro Civil Julio Ferreyra mientras que el senador Guillermo Snopek –cuñado y enconado adversario de Morales– armó su propia lista. También hay boletas del Frente Patriótico y de Unidad Ciudadana.
En definitiva, Morales imagina una reelección muy cómoda y un viaje inmediato a Buenos Aires para tallar en la estrategia de Cambiemos. El jujeño es de la idea de ampliar la coalición convocando a peronistas dialoguistas y, en especial, a Roberto Lavagna, con quien compartió una fórmula allá por 2007. Sin embargo, el ex ministro de Economía no dio ninguna señal en ese sentido. Más cerca del oficialismo parece el armado de Alternativa Federal con Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Pichetto. El jefe del bloque de senadores del peronismo dijo que en un ballottage votaría a Macri antes que a la fórmula Fernández-Fernández.
El radicalismo espera otra alegría en las PASO de Mendoza, donde gobierna el presidente de la UCR Alfredo Cornejo. Designó como sucesor al intendente capitalino Rodolfo Suárez a quien desafía su colega de Luján de Cuyo, el macrista Omar de Marchi. Por el lado del peronismo se anticipa una puja pareja entre la senadora camporista Anabel Fernández Sagasti y el intendente de Maipú, Alejandro Bermejo, quien cuenta con el apoyo de la estructura del PJ. De acuerdo a los sondeos, Suárez ganaría la interna y la suma de Cambiemos superaría por unos diez puntos al peronismo. Cornejo, también triunfante, se sumará a Morales en las negociaciones por la estrategia de Cambiemos. Al mendocino se sabe que no lo convence repetir la fórmula con Macri a la cabeza. Igual, a esta altura, las opciones se redujeron. Sólo le están dejando al radicalismo el casillero del vice y las promesas de siempre.
Tiempo de definiciones
Si bien las elecciones vienen confirmando un patrón de triunfos oficialismos locales, también marcaron una tendencia de características nacionales: una fortificación del peronismo junto a algunos resultados sorprendentemente bajos de Cambiemos, incluso con algunos de sus candidatos renegando de la marca y de su adhesión a Macri. En sintonía, los gobernadores electos por el PJ fueron abandonando la idea de una construcción paralela a través de Alternativa Federal para expresar –uno a uno– su apoyo a la fórmula Fernández-Fernández, destacando el gesto de la ex presidenta de correrse a la vicepresidencia.
Massa, que había prometido tener muy en cuenta la voz de los gobernadores, actuó en consecuencia. Ayer renovó la convocatoria a armar una gran mayoría opositora, preámbulo del acuerdo que suscribirá con el frente de la fórmula Fernández-Fernández. Según trascendió, podría encabezar la lista de diputados por Buenos Aires y mantener su cantidad de legisladores e intendentes del Frente Renovador. Los resultados de la negociación se conocerán entre mañana y pasado, y pueden ser un golpe decisivo para lo que suceda en octubre.