El ex presidente peruano Alejandro Toledo, sobre el que pesa un pedido de captura internacional por estar acusado de haber recibido 20 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, está cada vez más complicado. Perú, Israel y Estados Unidos se unieron para facilitar su detención, sin embargo, el ex mandatario continúa prófugo y negó por Twitter ser un fugitivo.
Ayer, Israel anunció que no lo dejaría entrar al país junto a su esposa, Eliane Karp, a pedido de Estados Unidos, país que ya solicitó información adicional para dar trámite a la solicitud de extradición. Mientras tanto, el actual presidente, Pedro Kuczynski, pidió por teléfono a Donald Trump que lo deporte para “ser sometido a la justicia peruana”.
Toledo estaba en Francia hace diez días, cuando un ex ejecutivo de Odebrecht afirmó ante la justicia brasilera que, durante su mandato, la empresa le pagó cerca de 20 millones de dólares. El ex mandatario rechazó la acusación y advirtió que viajaría a Estados Unidos, donde tenía un compromiso con la Universidad de Stanford. Entonces, la Interpol oficializó el pedido de captura e hizo circular la foto de Toledo por todo el mundo, mientras el gobierno peruano ofrecía una recompensa de 30 mil dólares por información sobre su paradero.
El sábado, una fuente anónima informó al Ministerio del Interior que Toledo planeaba viajar de San Francisco a Israel para escapar de la justicia de su país. Ante los rumores, el gobierno israelí informó que le negaría la entrada "hasta que no arreglara los asuntos en su país".
Finalmente, el ex presidente no tomó el vuelo el de United States hacia Tel Aviv. Según el ministro del Interior, Carlos Basombrío, esta decisión fue adoptada después de que el gobierno peruano lo solicitara. “Hubo gestiones privadas entre las autoridades para que nos ayuden a evitar que en prófugo de la justicia peruana escoja el estado de Israel como refugio”, señaló.
Tras hacerse pública la decisión de Israel, el presidente Pedro Pablo Kuczynski envió una carta de agradecimiento al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y hoy establecerá una comunicación telefónica para reiterarle su gratitud por el apoyo en la lucha contra la corrupción.
Toledo se defendió de las críticas por Twitter y calificó a la situación como una “caza de brujas” con motivos políticos: “Nunca me he fugado de nada, pero me llaman "fugitivo", una distorsión maquiavélicamente política que rechazo", dijo, y aseguró que nunca le pidieron su testimonio sino que lo acusaron directamente "de delitos que no he cometido y que el juzgado no puede comprobar". Confirmó que colaborará con la Justicia, aunque su abogado, Félix Paolo Aldea Quincho, renunció a su defensa y dice desconocer el paradero de su cliente.
Señaló que la última vez que conversaron fue el viernes y que no sabe de dónde lo llamó para coordinar la apelación que presentarán contra la orden de detención preventiva.