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Por Ernesto Tenembaum El gobernador bonaerense Eduardo Duhalde admitió ayer por primera vez en público que planea pedir el juicio político de la Corte Suprema, si el Alto Tribunal interpreta que el presidente Carlos Menem no tiene ningún impedimento para ser candidato el año próximo. "Absolutamente", respondió, cuando le preguntaron si, en ese caso, la Corte merecería el juicio político. "No tengo dudas de que si el tribunal, que es la máxima reserva de la ley y la Constitución, dicta una fallo en contra de ella, va a ser severamente cuestionado. Es natural y lógico", agregó Duhalde. La semana pasada, Página/12 había informado que el gobernador ya tenía la determinación de amenazar a la Corte con el juicio político. La situación refleja los riesgos a los que se expone el gobierno nacional si profundiza la guerra de la re-reelección. El primer indicio de la decisión de Duhalde se produjo la semana pasada, cuando Carlos Arslanián sostuvo que, si bien la Corte tiene la última palabra sobre cualquier interpretación de la Constitución, un fallo favorable a la re-reelección podría derivar en el juicio político. Cuando ayer los cables distribuyeron la declaración que Duhalde había hecho en el noticiero matutino de América, un diputado que le responde gritó: "Ahora se viene el menemismo con la auditoría de los Fondos del Conurbano". Los hombres que intentan mediar o bajarle el tono al conflicto --como por ejemplo, Alberto Pierri-- reciben una mala noticia cada vez que el gobernador abre la boca. Duhalde está convencido de que sólo sobrevivirá políticamente si derrota a Menem o si le impone sus condiciones. No escucha a nadie que le aconseje ceder. Su mujer, Chiche, está aún más segura de que, al menos en esta etapa, no hay otra salida que la guerra contra Menem. La moderación que aconsejan desde la Capital Federal hombres como Carlos Ruckauf o Alberto Pierri o distintos diputados, es compensada con creces por el clima de guerra que transmiten los miembros del gabinete bonaerense. La estrategia de Duhalde para dar a entender que también tiene poder de fuego para responder a la ofensiva de Menem se resume en los siguientes pasos, según confió uno de los hombres de su entorno que está de acuerdo con alimentar la escalada: * Duhalde seguirá haciendo gestos hacia la Alianza, por la re-reelección, por la reforma de la Policía Bonaerense, por la flexibilidad laboral o por cualquier otro tema coyuntural que aparezca, como sucedió esta semana con las declaraciones sobre Baltasar Garzón. "Es una manera de dar a entender a los peronistas que, una vez estallada la guerra, puede pasar cualquier cosa, incluida la ruptura del peronismo." * Uno de los campos de batalla será el Congreso de la Nación. La semana que viene los bloques del duhaldismo y de la Alianza aprobarán una declaración casi unánime de la Legislatura bonaerense en defensa de la Constitución. Una vez que ello suceda, el tema se trasladará a la Cámara de Diputados de la Nación. Sería la primera confrontación directa con el sub-bloque menemista. Y, si los hombres de Menem se niegan, la primera fractura del bloque peronismo. "Está llamando uno a uno a los diputados bonaerenses para presionarlos. La idea no sólo es generar un clima político adverso a un fallo favorable a la re-reelección sino también obligar a definirse a todos los diputados bonaerenses para que se acaben los rumores sobre fugas hacia el menemismo." * Lo de la Corte va en serio. "Menem debe saber que, si logra la mayoría en la Corte, y si se atreve a ordenarle que falle por la re-reelección, la Cámara de Diputados va a debatir por primera vez qué hacer con la Corte Suprema. Esto no es poca cosa. Duhalde podrá no llegar al poder. Pero Menem se quedará sin su principal reaseguro para cuando se vaya del poder. Va a ser escándalo tras escándalo", detalló la alta fuente del duhaldismo. * "No será gratis ser menemista", insistió. Y puso como ejemplo la suspensión del intendente de San Martín, Antonio Libonatti, quien se atrevió a definirse como "duhaldista crítico" y a coquetear con la Casa Rosada. "Los que siguen en la lista son los de Quilmes y Avellaneda. En todos los Concejos Deliberantes tenemos más de la mitad del bloque peronista y todos los concejales de la Alianza dispuestos a derribar intendentes. Uno por uno será monitoreado. Sabemos que los están llamando desde la Casa Rosada." Nadie puede asegurar hasta dónde llegará esta escalada. Todos los hombres de Menem sostienen que Duhalde está cada vez más aislado entre los gobernadores y que finalmente cederá. Los de Duhalde sostienen que no hay ninguna posibilidad de que ello ocurra y que el daño para el peronismo puede ser tan grande que finalmente Menem se convencerá de pactar condiciones para permitir la candidatura de Duhalde. El gobernador consideró además "descabellada" la posibilidad de que se conforme de nuevo la fórmula Menem-Duhalde. "Tengo con la Alianza las mismas coincidencias que la mayoría de los dirigentes del justicialismo ha expresado sobre el tema. No es Duhalde con la Alianza. Es el hermano del Presidente, y el vicepresidente Ruckauf, por citar algunos. Estar de acuerdo con la violación de la Constitución tiene muy pocos adeptos", agregó. Luego sostuvo que "el peronismo debe volver a forjar la alianza con la gente humilde que siempre le dio la victoria". Cuando se le preguntó qué opinaba de las amenazas de investigaciones cruzadas que entrecruzan su segunda línea y la del menemismo, el gobernador remató "todo esto es un bochorno. Es un conventillo poco serio".
LA GUERRA YA EMPEZO EN EL GRAN BUENOS AIRES RÉQUIEM PARA UN INTENDENTE
El diputado provincial Guillermo Oliver, presidente del Frepaso de San Martín, sintetizó para este diario los cuestionamientos que se le hacen a Libonatti: no haber presentado en término la rendición de cuentas de 1997, no haber enviado el proyecto de Presupuesto para este año y un exceso en los gastos de catorce millones de pesos sobre lo recaudado y de casi tres millones sobre el gasto autorizado en el Presupuesto. La Ley Orgánica de Municipios de la provincia, en su artículo 118, prohíbe esas situaciones. Una fuente del "duhaldismo crítico" señaló, sin embargo, que hay muchos municipios en la misma situación, y que éste es el primer caso de un intendente al que se suspende por esa causa. Aunque Oliver negó un acuerdo de la Alianza con Duhalde, no descartó que la interna justicialista haya influido en la actitud de los concejales del PJ. Al conocer su suspensión, Libonatti denunció un "arreglo entre Duhalde y la Alianza", involucrando en la operación al dirigente gastronómico Luis Barrionuevo y al ministro de Obras Públicas Hugo Toledo. Una fuente cercana al jefe comunal destituido fue contundente al considerar que se trata de una represalia política de Duhalde y Brown, por los recientes contactos de Libonatti con el menemismo. Entre las adhesiones que Libonatti recibió ayer se cuenta la del hipermenemista jefe de los Cascos Blancos Octavio Frigerio. La misma fuente informó a este diario que "el ministro de Gobierno José María Díaz Bancalari y Brown dijeron que no hubo ninguna operación, y Duhalde le dijo lo mismo al senador Antonio Cafiero, pero fueron ellos". Libonatti, alineado con el diputado Fernando Galmarini y el secretario de Agricultura Felipe Solá en el "duhaldismo crítico" del Grupo de Gesell, elogió ampliamente la gestión de Menem en la reunión de esa corriente en Mar del Plata, a principios de este mes. Un estrecho colaborador de uno de los principales dirigentes del "duhaldismo crítico" manifestó su preocupación por el hecho: "Los intendentes del Gran Buenos Aires de nuestra línea le pidieron una reunión a Duhalde, y en medio de esa gestión, cae esto. Es un error, el duhaldismo cierra y eso amenaza con producir un quiebre en el peronismo bonaerense. En cambio, Menem abre: al intendente de Carmen de Patagones, Magdaleno Ramos, le sonó el teléfono y casi se murió cuando oyó que le hablaba Menem, para invitarlo a un encuentro de intendentes". Por 23 votos contra 1, el Concejo de San Martín votó la suspensión del intendente y la integración de la Comisión Investigadora que, presidida por el concejal del Frepaso Andrés Alonso, debe emitir su dictamen en un plazo máximo de 90 días. El presidente justicialista del Concejo Deliberante, Pablo Landolfi, sobrino del intendente suspendido, lo reemplazará mientras dure la suspensión, y la frepasista Ana María Pizzurno quedará interinamente a cargo de la presidencia del Concejo. |
Ya se
produjo la primera baja en la batalla entre el gobernador Eduardo Duhalde y el presidente
Carlos Menem. El Concejo Deliberante de San Martín suspendió al intendente Antonio
Libonatti, uno de los integrantes del "duhaldismo crítico", que cometió el
pecado mortal de entrar en contactos con el menemismo. Las cuentas de Libonatti eran
cuestionadas desde mucho antes por el Frepaso, pero en esta oportunidad, la casi totalidad
del bloque justicialista enarboló el exceso de gastos de la comuna en 1997, para
suspender al intendente, viraje que se atribuye a una decisión política de Duhalde, su
jefe de campaña Luis Barrionuevo y su ministro de Producción Carlos Brown.