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Por L. B. "Aún estando en prisión, en épocas nefastas para la República Argentina, ya soñaba con ser Presidente", expresó Carlos Menem al cerrar aquí un seminario de empresarios argentinos y australianos (ver aparte). "Los demás me decían que estaba loco -–agregó--, pero a pesar de que llevaba varios años en la cárcel, yo estaba seguro; porque si interpretamos la utopía, que es la inteligencia de los sueños, esos sueños se hacen realidad." Estas palabras, que forman parte de un discurso que Menem suele repetir en situaciones similares en el exterior, repercutieron en el marco del incesante runrún, si se quiere otra utopía menemista que se ha convertido en tema de versiones y desmentidas en su propio entorno. Apenas puso un pie en Sydney, el Presidente concedió dos entrevistas para la televisión. Pese a las advertencias, el tema electoral se deslizó. Menem lo calificó como "interesante desarrollo político y normal para una situación preelectoral" y agregó que las pujas se acentuarían al acercarse las fechas de las elecciones. Indicó que su participación se hará a través del apoyo a los candidatos justicialistas pero que no intervendrá en los comicios. "Eso lo dejamos para el 2003", puntualizó. Unos metros más atrás del Presidente, Kohan, que se había referido en duros términos a la campaña de la oposición contra la re-ree, insistió con su propuesta de someter a compulsa popular la posibilidad de un nuevo período presidencial para Carlos Menem. Ayer, después del desayuno que mantuvo el Presidente con el grupo más fuerte de inversores australianos en la Argentina, Granillo Ocampo daba sustento ideológico a la re-reelección en una conversación informal. El ministro aseguró que la gente no mide la importancia de la "transformación" que encabezó Menem desde 1989. Granillo Ocampo puso como ejemplos históricos a Conrad Adenauer en Alemania y a Charles de Gaulle en Francia. "Ninguno de ellos hubiera podido culminar su tarea de gobierno si en sus países hubieran existido cláusulas antirreeleccionistas. No hay sistemas parlamentaristas o presidencialistas, cada país tiene su sistema. En Italia, por ejemplo, el sistema ha quemado a una generación entera de políticos en los últimos años y piden socorro para que los saquen de esa trampa." El ministro de Justicia reflexionó que "los sistemas donde existen cláusulas antirreeleccionistas no sólo no profundizaron la democracia, sino que desembocaron en formas autoritarias". Para otros integrantes de la delegación oficial, preocupados por la confusión que ha generado la idea en las filas del justicialismo, la cuestión de la re-reelección no está en la cabeza del Presidente y ha sido inventada o agrandada por el periodismo a falta de otros temas. Sin desmerecer la capacidad de inventiva de los periodistas, lo cierto
es que la re-ree, ya sea para desmentirla, apoyarla, rechazarla o sustentarla, constituye
uno de los temas más escuchados y conversados entre los miembros del Gobierno.
EL DESAYUNO CON LOS INVERSORES LA PLATA NO ES LO DE MENOS Por L.B.
Como acostumbra, Menem transitó por sus principales acciones de gobierno, como la transformación del Estado y las privatizaciones. "Muchos decían: 'Está loco el Presidente --recordó-— cómo va a privatizar YPF, los trenes o los teléfonos, si son símbolos de la soberanía nacional. Y yo decía que eran símbolos, pero de la decadencia y la pobreza en la Argentina." Mostró los índices favorables de la macroeconomía, sostuvo que las inversiones que llegaron durante su gobierno hicieron disminuir los índices de desocupación y de pobreza y argumentó con énfasis que "a pesar de lo que dicen algunos, Argentina ofrece sobre todo seguridad jurídica". Finalmente exhortó a los empresarios australianos a invertir en Argentina señalando que en muchos aspectos es un país prácticamente virgen. La primera actividad durante la mañana del lunes había sido un desayuno con representantes de quince de las principales empresas australianas que tienen inversiones en Argentina, entre ellos los nuevos propietarios de Canal 9 y los dos grupos de inversores mineros del yacimiento de El Bajo de la Lumbrera, de Catamarca, así como la empresa encargada de las terminales I y 2 del Puerto del Río de La Plata. En general, el tono de las exposiciones por parte de los empresarios australianos fue de elogio para la política económica de la administración menemista y destacaron sobre todo el comportamiento de la economía argentina frente a las crisis financieras de México y Asia. Las compañías mineras expresaron su preocupación por los intentos del gobierno de Catamarca de aumentar los impuestos. En ese punto Menem fue tajante: subrayó que las provincias son autónomas hasta que colisionan con el interés nacional y se comprometió a hacer respetar la ley de explotación minera que establece un 3 por ciento sobre los minerales extraídos en boca de mina.
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La primera aclaración
que hizo el presidente Carlos Menem al tomar contacto con el periodismo en esta gira por
Australia y Nueva Zelanda fue que se podía hablar de "todos los temas, menos de la
re-reelección", con lo cual el único tema mencionado fue ése. Poco antes de partir
dejó una nota de opinión para el diario La Nación donde acusa a la oposición de
relacionar todas sus acciones de gobierno con la re-reelección, pero al mismo tiempo el
secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, volvía aquí a la carga y hasta el
propio ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo, se explayaba sobre los inconvenientes
de un sistema político que niega esta posibilidad, hasta el punto de traer al cotejo
internacional las figuras de Charles de Gaulle y Conrad Adenauer.