Página/12 en México
Por Esteban Schmidt
Fernando de la Rúa le pidió a Carlos "Chacho" Alvarez que "piense
seriamente" la posibilidad de que dirigentes del Frepaso puedan ocupar cargos en el
gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Aunque se resiste a hablar de co-gobierno, De la
Rúa cree que si Alvarez da el sí, aumentará el compromiso del Frepaso con su gestión y
su carrera presidencial tendrá un escollo menos. En esta ciudad a la que vino a
entrevistarse con dos de sus principales líderes, el presidente Ernesto Zedillo y el
alcalde del distrito federal, Cuauhtémoc Cárdenas, De la Rúa dio además como un hecho
que el próximo viernes se convertirá, por aclamación, en el precandidato presidencial
del radicalismo, sin necesidad de ir a la interna (ver página 8)
.
El pedido de De la Rúa a Alvarez aconteció en el encuentro de la
Comisión de Integración de la Alianza, en el Comité Nacional radical, la semana pasada.
"Te pido que lo pienses seriamente", le dijo ese día bajando por las escaleras
De la Rúa quien, en ningún momento, eligió la palabra "co-gobierno" para
explicar su idea. Por lo que trascendió ayer (ver recuadro), la respuesta será negativa,
por ahora.
La alternativa de que dirigentes del Frepaso se incorporen al gabinete
municipal surgió en los días posteriores a la conformación de la Alianza. Entonces, se
habían largado los nombres de la frentista Adriana Puiggrós (actual diputada nacional),
para decidir en el área de educación, y el del socialista Norberto La Porta (quien se
postula en estos días para ombudsman), para la Secretaría de Acción Social. Pero la
coalición era toda una novedad y tanto radicales como frentistas se encontraban en plena
habituación a sus nuevos roles. Entonces, la posibilidad fue muriendo.
En febrero pasado comenzó a resucitar en etapas. Fue cuando estalló
el conflicto por los ochocientos ex empleados del Concejo Deliberante que enfrentó a los
bloques legislativos del Frepaso con los del radicalismo. De la Rúa se quejaba. "Los
legisladores del Frepaso fueron elegidos en la misma lista que los nuestros. ¿Qué clase
de Alianza es esta?", dijo furioso en una entrevista con este diario. Mientras negaba
la alternativa de que frepasistas se sumaran a su gobierno, ya había vuelto a pensar en
eso.
Al menos tres datos de la semana pasada terminaron de convencerlo.
Primero fue cuando escuchó a Darío Alessandro, uno de los diputados nacionales más
leales a Chacho Alvarez decir: "El Frepaso le va a pedir explicaciones al Banco
Ciudad por la deuda que el Yoma Group mantiene con la entidad". Luego, cuando en la
Legislatura el Frepaso tomó distancia de la postulación del justicialista Guillermo
Gómez Galizia en el directorio del Banco Ciudad, que había sido acordada por todas las
bancadas, excepto la de Gustavo Beliz, que la cascoteó públicamente. El tercero es un
dato menor, por cierto, pero es de las cosas que sulfura como pocas a De la Rúa. Fue
cuando vio por televisión al legislador Abel Fatala, otro incondicional de Alvarez,
abrazarse al Teatro Colón, durante una protesta contra las autoridades municipales.
En la semana en que su candidatura se libera de reparos internos, De la
Rúa espera comprometer al Frepaso un poco más con su gestión de gobierno municipal.
Cree que servirá de ensayo de un gobierno aliancista en el '99 y que incluso le da imagen
de "apertura" frente a la interna presidencial.
"Después de la
interna"
"La propuesta de un cogobierno en la ciudad de Buenos Aires es un
mensaje dirigido para los votantes en la interna abierta de la Alianza para mostrarse como
un gobernante que abre espacios con supuesta generosidad", señalaron voceros del
Frepaso en respuesta a las declaraciones de Fernando de la Rúa, quien le solicitó a
Chacho Alvarez que dirigentes del Frepaso se integren al gabinete municipal.
"Difícilmente, podamos compartir un espacio de gobierno, con De
la Rúa, en pleno proceso de elección interna de la alianza", continuaron los
voceros frepasistas, quejándose de las críticas permanentes del candidato radical contra
el bloque de legisladores porteños del Frepaso.
Los frepasistas no sólo enfrentan al jefe de Gobierno porteño en la
elección interna de la Alianza, también se enfrentaron en el aumento de la tarifa del
agua, en la que De la Rúa había apoyado inicialmente las decisiones de la secretaria de
Recursos Naturales, María Julia Alsogaray. Las definiciones del directorio del Banco
Ciudad --en relación a la refinanciación de las deudas del Grupo Yoma-- y la cuestión
de los empleados del ex Concejo Deliberante son otras de las diferencias.
"Debemos marchar hacia un cogobierno en la ciudad, pero luego de
la interna abierta", dijo la semana pasada Chacho Alvarez a Página/12, y
reforzó: "Debemos despejar cualquier uso proselitista de una propuesta de
cogobierno". Sus voceros aseguraban ayer que la frase sigue en pie.
De Zedillo a Cuauhtémoc
Por E.S.
Desde México D.F.
"¡Qué bueno señor, pues!", exclamó Ernesto Zedillo cuando
le estrechó las manos a Fernando de la Rúa. "Vine a una reunión de ciudades y no
quería dejar de saludarlo, tengo un gran recuerdo de su visita a la Argentina de un año
y medio atrás", le dijo De la Rúa. "¡Pues, qué bueno, pues!", repitió
Zedillo en esos tres minutos que se consagran a las fotos de un encuentro. "Me
acuerdo --agregó Zedillo-- usted estaba nuevecito en el cargo."
Ayer a las once de la mañana, una hora después de aterrizar en el
Distrito Federal, el precandidato presidencial radical estaba frente a frente con el
presidente mexicano en la hermosa Residencia de Los Pinos.
Junto a De la Rúa participó de la entrevista Victorio Taccetti, el
embajador argentino aquí. En quince minutos revistaron su breve historia en común.
"¿Cómo es la Alianza?", preguntó, luego, muy interesado, Zedillo.
La gira del jefe de gobierno porteño continúa hoy con un almuerzo con Cuauhtémoc
Cárdenas, el jefe de gobierno del Distrito Federal, quien aspira a la presidencia de la
Nación por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, más que eso, a romper con
más de sesenta años de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI). |
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