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El País
de Madrid

GELMAN DECLARA EN ESPAÑA

"Lo buscaré hasta que muera" dice de su nieto que anhela encontrar desde hace 22 años. El mayor poeta argentino, colaborador de Página/12, testifica y presenta un informe de 225 fojas en el juzgado de Garzón.

Juan Gelman, poeta y testigo.
"Busco el legado de mi hijo".


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Por Miguel Mora
Desde Madrid

t.gif (67 bytes)  Juan Gelman lleva 22 años buscando a su nieto. No sabe realmente si nació o no, si es varón o hembra. Pero eso importa poco. "Lo buscaré hasta que me muera". Lo dice con un punto de ironía que no mitiga el drama: "Fue el legado que me dejó mi hijo Marcelo, encontrar a su mujer y a su niño". Su hijo y su nuera, la española Claudia García, fueron secuestrados en 1976 por militares argentinos, cuando ella estaba embarazada de siete meses. Gelman contará hoy su pesadilla al juez Garzón, y no pierde la esperanza de encontrar a aquel bebé y castigar a los culpables. Sólo una cosa lo impediría: que el niño 'apropiado' por una familia de militares no quiera saber quién es. "Igual no desea volver, o prefiere no aparecer: tiene más años ya que su padre cuando lo mataron".

Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) sigue escribiendo escuetos libros de poemas. Una de las voces más singulares de su generación, Premio Nacional en su país el año pasado, Gelman escribe versos que mezclan lo social y lo místico, una tierna desesperanza con una fe inquebrantable en el hombre. Pero la literatura, que lo ha salvado tantas veces del derrumbe, no parece ya tan crucial para él como la justicia.

El autor de "Sí dulcemente" y una quincena de títulos más no ha traído poemas nuevos en a España. Sólo un prosaico informe de 250 páginas --"recoge todas las averiguaciones sobre mi nuera y mi nieto--, que le entregará hoy al magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, instructor del sumario que investiga el destino de los españoles represaliados por la dictadura argentina (1976-1983).

Pero Gelman no ha venido solo a eso. "He tenido noticias esperanzadoras de gente exiliada aquí podría saber algo de mi nieto". Y eso aumenta la certeza de que aquel niño llegó a nacer. "Era hijo de 'subversivos', y ellos tenían que librarlo de ese futuro. Esa era su única razón para darle la vida". Pero 22 años llenos de razones como ésa es mucho tiempo. "¿Qué habrá oído ese chico en el comedor de su casa? ¿Qué habrá estudiado? ¿Será militar, como su padre falso? ¿O un 'apropiado rebelde', como las hijas de los marinos que hace poco quisieron saber si sus padres fueron represores? El mismo animó hace poco desde su tribuna en el diario Página/12 a que los hijos de los militares preguntaran a sus padres si estuvieron entre los 12.000 soldados que mataron o hicieron desaparecer a entre 10.000 y 30.000 personas. Un intento más de romper el silencio, de saber si el niño nació, como cree Gelman, "en un hospital militar al que su madre condenada a muerte llegó con los ojos vendados". Si fue así, sus apellidos reales son Gelman García Iruretagoyena. Su padre era Marcelo Gelman. Su madre, Claudia García Iruretagoyena, hija de español. El tenía 20 años y ella 19 cuando se los llevaron, el 24 de agosto de 1976.

"Los metieron en un campo de concentración, Automotores Orletti, que los militares apodaban 'El jardín'. Marcelo fue torturado. Trece años después, sus restos aparecieron metidos en un tambor de cemento y arena junto a los de siete compañeros. Los forenses dijeron que le habían pegado un tiro en la nuca a menos de 50 centímetros".

Gelman acababa de regresar entonces de sus 12 años de destierro europeo. Enterró a su hijo y se marchó a México. Allí sigue hoy, "tan exiliado como entonces", aunque ahora "de esa democracia falsaria que no juzga a los culpables y se atreve a criticar los sumarios abiertos por jueces extranjeros como una injerencia a la soberanía, mientras malvende el país a las multinacionales y lo justifica en la globalización".

Pese al dolor de su historia, Juan Gelman sigue entero. Se define como un "poeta por pereza", pero le quedan fuerzas para ejercer la ironía, el humor corrosivo y el compromiso incansable: "La única patria importante es la vida, y corresponde defenderla. Además alguien dijo que la buena suerte sólo es una breve interrupción de la mala suerte".


SALUDO A MENEM
"Hands off"

La manifestante Zulema Cappielli saluda al presidente Carlos Menem mientras abandona la Casa de Gobierno, en Sydney, durante su gira de cuatro días a Australia. Cappielli pide en su cartel (ver foto) que "Menem quite sus manos de la ESMA", en referencia a la decisión del Presidente de demoler el edificio de la Escuela de Mecánica de la Armada. Menem se entrevistó ayer con el primer ministro John Howard en Canberra y tiene programadas varias reuniones de negocios para fomentar las inversiones extranjeras en la Argentina.

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