PARO Y MARCHA, A UN AÑO DE LA CARPA BLANCA Y QUE NO CUMPLAS MUCHOS MÁS
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Los quinientos maestros que alternaron, por turnos, en el ayuno, encabezarán la marcha que partirá desde el Congreso --el mismo punto en el que hace exactamente un año se instaló la Carpa Blanca-- y desembocará en la Plaza de Mayo. Frente a la Casa Rosada, docentes padres y alumnos, organizaciones sociales y políticas, no sólo escucharán una decena de discursos (incluido el de la monja Martha Pelloni) sino también un puñado de números artísticos: Luis Alberto Spinetta, Alejandro Lerner, Jorge Marziali, entre los más destacados. "Después de un año, tenemos una conversación seria en el ámbito del Parlamento, pero no hay nada concreto sobre el aumento salarial ni vamos a convalidar la idea del gobierno nacional de precarizar las condiciones de trabajo", argumentó ayer Ctera, principal sindicato docente, en defensa del paro de 24 horas que acompañará hoy el acto por el primer aniversario de la Carpa que se constituyó en un polo convocante, una referencia político-social como pocas veces pudo lograr una entidad sindical. En un año de existencia, la Carpa ya no tiene la seguidilla de impactos mediáticos que la caracterizó en sus inicios, cuando músicos, poetas, actores, deportistas, todos de renombre y primerísimo nivel, acercaron su apoyo igual que la gente común y ayudaron a multiplicar la difusión de la protesta docente. Pero conserva un elevado nivel de adhesión popular, según han verificado encuestas de distinto origen. La última que se conoció fue encargada por la Ctera antes de decidir la continuidad del ayuno. Una abrumadora mayoría respaldó el modo de la protesta, el eje del reclamo y la continuidad de la Carpa hasta tanto no haya solución concreta. Para el momento de esa encuesta, la carpa había superado uno de sus momentos más difíciles, curiosamente en una época en que la presión menemista se había aflojado (o resignado). Ese momento difícil estuvo ligado a la carta abierta de María Elena Walsh que reclamó el levantamiento de la Carpa por haber "agotado" su cometido, entre una parva de consideraciones que iban desde el fondo de la protesta hasta cuestiones de estética urbana. Los maestros denuncian el estado de crisis de la educación pública y exigen un fondo de financiamiento para la educación que, en buena medida, tendría que contribuir a elevar los deprimidos salarios docentes. Recién en los últimos días apareció una propuesta concreta del gobierno nacional o, para mayor precisión, del Ministerio de Educación, que alienta un nuevo impuesto a pagar por titulares de autos, motos y embarcaciones. El propio presidente Menem peinó el freno al decir desde su gira australiana que "hay que estudiar a fondo" la propuesta y en Economía no ocultan sus recelos, sobre todo después de conocer el rechazo tajante de la influyente cámara de fabricantes de automóviles. El problema es que el gobierno nacional condiciona los futuros aumentos a una reforma del estatuto laboral de los maestros. "No a la precarización", será precisamente, una de las consignas del paro y marcha de hoy. "No a la precarización" fue el eje de la intervención radical que tuvo ayer la ex titular de Ctera y actual diputada nacional Mary Sánchez. "No vamos a apoyar nada que implique precarizar el trabajo docente, porque a eso condiciona parte del financiamiento el Banco Mundial", reforzó una aliada inesperada para los maestros: la ministra de Educación bonaerense, Graciela Giannettasio, funcionaria de la administración de Eduardo Duhalde que no ahorra gestos de diferenciación con el equipo menemista. A lo largo de este año de conflicto continuo, los maestros juntaron 1,5 millón de firmas de la ciudadanía que llegaron hasta el Congreso en apoyo a su demanda de mayor financiamiento educativo. El caso Cabezas y otros crímenes impunes encontraron también allí, en la Carpa, un ámbito de denuncia, en una confluencia de defensa de derechos humanos y laborales que tuvo una de sus máximas expresiones en los repudios al golpe militar de 1976.
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