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NOVEDADES DE LA UNIÓN SOVIÉTICA: LA VUELTA DE UCRANIA AL COMUNISMO

El comunismo conquistó mayoría absoluta en Ucrania, potencia nuclear, segundo país más grande de Europa por su extensión y uno de los más pauperizados por la economía de mercado. El retorno de la URSS puede no estar a la vuelta de la esquina, pero estos comunistas son de línea dura.

Dictadura: El PC quiere imponer sus consignas: "Freno a las reformas liberales" y "No a la dictadura de las potencias occidentales complotadas con el FMI".

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Primer ministro ucraniano Valery Pustovoytenko en ejercicios militares cerca de Kiev.

Con un Parlamento de mayoría comunista, ahora se trata de saber contra quién serán los ejercicios.


t.gif (67 bytes)  Con la victoria de los comunistas de la vieja guardia en Ucrania, en otra potencia nuclear triunfó un electorado resentido por la miseria. El diario progubernamental de Kiev, capital del país, tituló: "Aurora Roja". Según el recuento de ayer, los comunistas sacaron 123 de los 450 escaños en las elecciones del domingo. Con un padrón de más de 38 millones, Ucrania es el segundo país más grande de Europa por su extensión, y uno de los más pauperizados por las reformas de introducción de la economía de mercado. El PB per cápita bajó de 4800 dólares en 1990 a 800 en 1997, el Estado debe 3300 millones de dólares en salarios y jubilaciones, y la burocracia está destruida por la corrupción. El presidente Leonid Kuchma polarizó una situación ya vibrante al anunciar que continuará con las reformas liberales pese a la victoria de la izquierda. Los ucranianos son tradicionales enemigos del nacionalismo en Rusia, y los comunistas están a favor de fortalecer lazos con sus correligionarios rusos --y contra Yeltsin--. Como para la India, la afirmación nacional y atómica es el único logro que los ucranianos tienen para presentar en la economía global.

La participación en las elecciones legislativas fue de un 63 por ciento. La baja concurrencia favoreció a los comunistas, cuyos votantes observan mayor disciplina. Pero también se beneficiaron con los votos ganados por la dispersión de los partidos de derecha y centro ante el desastre económico y la consiguiente frustración de los votantes. El secretario general del Partido Comunista, Piotr Simonenko, acusó al presidente ucranio Kuchma "de empobrecer el país y venderlo al Fondo Monetario Internacional". Enardecidos por una victoria que las encuestas preveían, aunque no con los generosos márgenes que reveló el recuento, los comunistas están firmes en una posición ortodoxa que demoniza al mercado y lo culpa de los males de Ucrania. Quieren rechazar todo compromiso e imponer sus consignas: "Freno a las reformas liberales" y "No a la dictadura de las potencias occidentales complotadas con el FMI".

Las consignas de campaña de los comunistas ucranianos eran las tradicionales de una línea dura que ofrece los consuelos de la simplicidad para una nación cuya economía está destrozada. Y con los caminos para repararla no se hacen slogans para ganar elecciones. Una de las consignas resucitadas de la década de 1910 es la que va a crear los mayores problemas políticos en las próximas semanas: "¡Todo el poder a los soviets!" La primera consecuencia que los comunistas deducen de este exabrupto no es darle el poder a nadie, pero sí quitárselo al presidente Kuchma. Para ello quieren usar el camino más radical: abolir la institución presidencial. Sin embargo, Kuchma, a quien los comunistas no son por cierto los únicos en acusar de tendencias autocráticas, aseguró ayer que tenía "fuerza suficiente para apartar a los promotores de su destitución". Y contraatacó en el mismo plano institucional: propuso abolir la inmunidad parlamentaria.

Kuchma tiene un ojo puesto en salvaguardar su relación con Moscú por la escasez de combustible y su amistad personal con el presidente ruso Boris Yeltsin, y el otro en Washington por la ayuda económica. Gracias a la siniestra central de Chernobyl, Ucrania tiene una causa justificada para pedir dinero a la comunidad internacional, que ya le dio más de 3000 millones de dólares. Pero hacen falta ya un mínimo de otros urgentes 800 millones para sellar los "sarcófagos" de la unidad siniestrada en el desastre de 1986. Aunque Ucrania renunció a su arsenal nuclear con la disolución de la Unión Soviética en 1991, los comunistas saben que tienen la tecnología para recuperarla. Y mientras quieren de algún modo la recuperación de vínculos fuertes con Rusia como los que tenían con el añorado poder soviético, la derecha insiste en su consigna "¡Afuera los rusos!" --que son el 22 por ciento de la población de Ucrania--. El puerto de Sebastopol en la península de Crimea es la sede de la Flota de Mar Negro de Rusia como de la Armada ucrania, y allí los comunistas ganaron 48 de los 75 escaños en las elecciones municipales.

Millones de ucranianos murieron como resultado de la guerra civil rusa posrrevolucionaria, de las colectivizaciones forzadas, de las hambrunas provocadas por el estado soviético. Pero los votantes de izquierda de hoy no ven en los comunistas a los ideólogos bolcheviques del tiempo de Lenin ni a los carniceros del stalinismo, sino las módicas certezas de las tres décadas cuando la Unión Soviética fue gobernada por ucranianos: Nikita Kruschev y Leonid Brezhnev. La victoria de los comunistas es un apoyo táctico para sus correligionarios en Rusia: siempre prefirieron a un viejo apparatchik, como el depuesto premier Victor Chernomyrdin, a los reformistas que favorecen Yeltsin y la mafia rusa.



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