Por Raúl Kollmann
Esta semana será clave en la investigación de la AMIA. Habrá una audiencia en la
Cámara Federal que deberá definir si Carlos Telleldín queda desvinculado totalmente del
atentado. Hace unos meses, el juez Galeano consideró prescriptas las acusaciones contra
el armador de autos truchos, último dueño de la Trafic que estalló frente a la AMIA.
Sin embargo, el abogado de los familiares, Alberto Zuppi, apeló la decisión de Galeano y
lo mismo hicieron los fiscales y la AMIA y la DAIA. Todos ellos consideran que Telleldín
es un hombre clave en la causa y que cada vez hay más datos de que sabe más de lo que
dice. Para los familiares existen nuevos indicios contra Telleldín y, si la Cámara
confirma su desvinculación de la causa, el armador de autos truchos quedará libre de
culpa y cargo y saldrá de prisión dentro de un mes.
La semana pasada concurrieron al juzgado de Juan José Galeano los
técnicos de la empresa CIADEA, fabricante de la Renault Trafic utilizada como
coche-bomba. Los técnicos certificaron que la camioneta era de un modelo corto, pero que
llevaba elásticos correspondientes a una Trafic larga. Esto significa que estaba
preparada para cargar más peso, en concreto el artefacto explosivo y varias toneladas de
tierra utilizadas para direccionar la explosión. Según sostiene Zuppi, la declaración
de los técnicos incrimina más a Telleldín porque la Trafic estuvo en su poder ocho
días antes de la explosión. Es decir, que la camioneta fue preparada por Telleldín o
los policías que tuvieron el vehículo. Desde la cárcel, el armador de autos truchos le
negó a Página/12 haber preparado la camioneta y ratificó que "le entregué
la camioneta a los policías y no sé absolutamente más nada". Fiscales, familiares
y los abogados de las instituciones judías no le creen.
Otra de las novedades de la investigación es que, después de tres
años y casi nueve meses, se encontró uno de los garages en los que Telleldín guardaba
los vehículos que armaba. El titular del lugar --cercano a la casa de Telleldín--,
Gabino Ledesma, declaró que en el garage se guardó una camioneta Trafic pocos días
antes del atentado y que recuerda que la camioneta estaba repintada. La idea es determinar
cuántas Trafic estaban en poder de Telleldín, el origen de cada camioneta y si a alguna
se le hizo el trabajo de refuerzo del elástico.
Los familiares son sumamente críticos de la labor del juez Galeano y
consideran que no existe una reconstrucción clara de cuál fue el vehículo utilizado en
la explosión, dónde estuvo guardado y qué relación tuvo Telleldín con el atentado.
Por ejemplo -dicen--, el magistrado ordenó una pericia para determinar si el motor
de la Trafic estuvo expuesto a explosivos, un estudio que debió hacerse al principio.
El titular de la Brigada Antiterrorista, comisario Jorge Palacios, es
hoy la mano derecha investigativa del juez Galeano. Su labor está concentrada en dos
temas: encontrar al testigo-clave, el taxi boy brasileño Wilson Dos Santos, que conoce
detalles de la banda que actuó en el atentado, y determinar el origen de los increíbles
movimientos de fondos del comisario de la Bonaerense Juan José Ribelli. En ambos casos,
los investigadores esperan resultados provenientes del exterior, principalmente de Brasil.
Hace meses que se cursó el pedido para que traigan a Dos Santos a la Argentina y no hay
respuesta. También hubo exhortos para determinar los depósitos y propiedades que Ribelli
tiene en el exterior.
De las reuniones del Gobierno, el juez, los familiares y las instituciones judías con
los congresistas norteamericanos surgen encuadres distintos. El Gobierno y el juez dirán
que se ha hecho todo lo posible y se pusieron el máximo de recursos disponibles para
llevar adelante la investigación. Las instituciones judías señalaron que objetivamente
no hay resultados de las pesquisas, pero no le echaron culpas ni al Gobierno ni al juez.
La versión de los familiares de las víctimas fue mucho más severa.
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