EL FMI EXIGE UN FUERTE AJUSTE Y DUDA DE QUE EL GOBIERNO QUIERA APLICARLO LOS CAPITALES TE CASTIGARÁN
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Por Maximiliano Montenegro Como nunca antes durante la Convertibilidad, el Fondo Monetario Internacional alertó al Gobierno que, si el déficit comercial sigue aumentando y el Gobierno se niega a implementar un ajuste, Argentina corre el riesgo de caer en una severa crisis. Y sugirió las medidas de ajuste fiscal (suba de impuestos y recorte de gastos) y financiero (encarecimiento del crédito) para evitarla. En otro hecho no menos inédito que el anterior, ayer por la tarde, Roque Fernández difundió a la prensa el informe técnico que le había entregado por la mañana, en privado, la misión del FMI. El documento rechaza la reforma laboral de Erman González y precisa que no cumple con el compromiso asumido en la carta de intención. También le baja el pulgar al plan de autopistas del menemismo, a las obras públicas a financiar con la privatización del Hipotecario y al proyecto de la ministra Susana Decibe de mejora salarial a los maestros. Al escribir un informe tan duro, el FMI se cubre, después de las críticas que recibió por su imprevisión frente a la crisis asiática, por si ocurriera un terremoto similar con epicentro en Argentina. Al hacerlo público, Roque pretende frenar al ala política del Gobierno, que lo tiene jaqueado con iniciativas que buscan allanar el camino a la reelección presidencial. Pero la señal de alarma sobre el futuro de la economía argentina también llegará a los inversores internacionales: ayer, en bancos de primera línea se daba por descontado que aumentará el "riesgo-país", que habrá capitales que comenzarán a irse del país y que el ajuste que el Gobierno se resiste a implementar podría empezar a ocurrir por las propias fuerzas del mercado. En los últimos días, Carlos Menem contó hasta el cansancio los pormenores de sus conversaciones telefónicas con Michel Camdessus. En ellas el director gerente del FMI lo habría felicitado --en la versión presidencial-- porque "Argentina es un ejemplo de economía sólida y exitosa en todo el mundo". Sin embargo, el informe de seis carillas que elaboraron los técnicos del organismo, liderados por Teresa Ter Minassian, avisa sobre la proximidad de una crisis. Lo dice textualmente así: "Aunque la gran liquidez internacional en los mercados de capitales facilitó hasta ahora el financiamiento ordenado del creciente desequilibrio externo de Argentina, existen claros riesgos de que el ánimo del mercado cambie en los próximos meses si el deterioro de la balanza comercial continúa, y se percibe que las autoridades no pueden o no quieren adoptar las acciones correctivas apropiadas". El memo dirigido a Fernández recuerda que, a diferencia de Chile, México y Brasil, Argentina no realizó ningún ajuste tras la crisis asiática para revertir el desbalance de su sector externo. Según las cuentas del FMI, el déficit comercial llegaría este año a los 8 mil millones de dólares, frente a los 5 mil pautados en la carta de intención firmada hace dos meses. A enero ya se había acumulado un desequilibrio de casi 5400 millones para los últimos doce meses, y a febrero --mañana el INdEC difundirá las cifras definitivas-- el rojo llegaría a los 5800 millones. Dicha tendencia se explica por "el fuerte crecimiento, un deterioro de los términos del intercambio y algo de erosión en la competitividad, debido a la apreciación del dólar" y del peso en relación a las monedas asiáticas y europeas. Así, el déficit de cuenta corriente (balanza comercial más pago de servicios financiero y reales al exterior) llegaría a 4,75 por ciento del PBI, frente a un 3,8 por ciento incluido en el programa original. "Es improbable que más de un tercio de este déficit sea financiado por inversión extranjera directa", destaca el informe. De otro modo, el FMI considera que dos tercios de los 15 mil millones de dólares de endeudamiento que requerirá Argentina este año provendrían de capitales financieros de corto plazo, muy volátiles. Y teme que, como ya ocurrió en México y en Asia, este dinero caliente "cambie su percepción" respecto de Argentina de un día para el otro y empiece un corrida contra el peso. El ajuste que recomienda el Fondo para prevenir esa corrida pasa por un aumento de la presión tributaria, adelantando la generalización del IVA y de impuestos internos; desactivando planes de obras públicas, y elevando los encajes bancarios, lo cual tendería a encarecer el crédito (ver aparte). Todas apuntan a enfriar la demanda doméstica que, según el FMI, crece al 8 por ciento. Paradójicamente, la advertencia lanzada ayer podría tener un efecto más severo sobre el crecimiento de la economía, al espantar capitales, que las propias medidas que reclama al Gobierno. Roque Fernández llegó ayer a la conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda flanqueado por el viceministro Carlos Rodríguez y el secretario de Hacienda, Pablo Guidotti. Con toda naturalidad, descartó que vayan a tomarse medidas adicionales al congelamiento de los 400 millones de dólares de la venta del Hipotecario que iban a destinarse a obra pública. Y anunció que haría público el memorando del Fondo Monetario: "En otras administraciones esto era secreto, lo hacemos público para transparentar la discusión", afirmó. "La reforma laboral no alcanza para cumplir con el compromiso asumido", dijo, mientras explicaba punto por punto el documento. Aunque aclaró luego que su posición sobre el tema era la misma que la del ministro de Trabajo, Carlos Rodríguez no pudo contener una sonrisa. Pero adelantó que, si se aprueba, Economía deberá pedir un waiver (perdón) al Fondo por no cumplir con uno de los compromisos del Acuerdo de Facilidades Extendidas. Cuando le preguntaron sobre el aumento para docentes financiado con un impuesto a los autos, Roque se ciño al memorando: "Cualquier proyecto de nuevo gasto debería ser compensando por recortes equivalentes en otros, lo cual sería muy problemático a mitad de un año fiscal", afirma. Sobre el plan de autopistas del Gobierno, dice: "Hay que tener cuidado con aprobar grandes proyectos de infraestructura, en un momento de rápido crecimiento de la economía y cuando el sector de la construcción trabaja al límite".
QUE DICE EL INFORME TECNICO DE LA MISION DEL FMI TERESA, LA DAMA DE HIERRO
En la última asamblea anual del FMI, en Hong Kong, en setiembre del año pasado, uno de los puntos en discusión fue el requerimiento de mayor transparencia en su gestión. En esa oportunidad, se acordó que los informes técnicos podrían hacerse públicos si lo aprobaba el gobierno bajo examen. Roque Fernández, sin nada de inocencia, inauguró ayer esa modalidad, distribuyendo el paper de la misión, liderada por Teresa Ter Minassian, que estuvo auditando la marcha de la economía. Aquí van las principales medidas reclamadas por el Fondo para un ajuste, advirtiendo que si no se hacen existen riesgos de una fuga de capitales.
Política fiscal * Posponer las obras públicas a financiarse con la venta del Banco
Hipotecario. * Reducir, también en una etapa ulterior, las contribuciones patronales al PAMI y las obras sociales. * Cuando la coyuntura lo requiera, el Gobierno deberá aplicar un impuesto al gasoil y otros que sean necesarios para aumentar los ingresos fiscales.
Política financiera * Recomienda considerar la suba de los encajes bancarios sobre los depósitos, con el objeto de moderar el crecimiento de los créditos domésticos en el corto plazo.
Reforma laboral * El gobierno nacional deberá anunciar un cronograma de gradual eliminación de la ultraactividad y los estatutos especiales (no incluidos en la propuesta de Erman González), acompañado de un fortalecimiento de los mecanismos de arbitraje. * Eliminación del tratamiento diferencial a los convenios de empresa y los colectivos de trabajo con respecto a la ultraactividad. * Reducir a la mitad la indemnización por preaviso, tanto para los nuevos contratos como para los trabajadores actualmente en actividad. * Anunciar la fecha de entrada en vigencia de un sistema de capitalización individual para un fondo de retiro (sustitutivo de las indemnizaciones por despido), que podría ser fines de 1999. * Extender el período de prueba a un máximo de seis meses, en los que el empleador deba pagar las cargas sociales pero no una indemnización por despido. * Pautar la eliminación de las contrataciones promovidas, con una reducción del 50 por ciento en las cargas sociales, en un período que alcance a fines de 1999, para atenuar el impacto sobre el nivel de empleo que resultaría de su supresión inmediata. * Anunciar los pasos que se darán para promover la competencia en el mercado de obras sociales.
Conclusiones * Frente a las desfavorables condiciones externas --baja en los precios de los commodities, un futuro incierto para la demanda externa y volatilidad en los mercados de capitales--, las tendencias de la demanda local y el comercio exterior ofrecen claras razones de preocupación, y demanda de rápidas acciones correctivas. * Las mismas incluyen mantener el equilibrio fiscal en el resto del año y el próximo, aumentar la liquidez en el sistema bancario y fundamentalmente fortalecer la reforma laboral. * Estos aspectos son cruciales para lograr un crecimiento balanceado y sustentable, y para lograr una conclusión favorable de la primera revisión del programa en junio de este año.
Roque Fernández desechó la posibilidad de tomar medidas ante la dura advertencia del Fondo Monetario por el desborde de las cuentas externas. Al presentar ayer públicamente el documento del organismo, negó una por una la aplicación de las sugerencias del organismo. No se aumentará el impuesto al gasoil, tampoco se elevarán los encajes bancarios para encarecer el crédito, ni habrá un recorte adicional del gasto público, más allá de la suspensión de obras que iban a financiarse con 400 millones de dólares por la venta del Banco Hipotecario. El ministro, atendiendo al reto que recibió la semana pasada de Carlos Menem, manifestó además un enfático apoyo al proyecto de reforma laboral elaborado por Antonio Erman González, pese a que allí se dirigieron los principales cuestionamientos del organismo internacional, y a que anticipó que habrá que pedir un "waiver" si la propuesta no se modifica. "No se tomarán medidas de excepción porque no hay posibilidades de que se produzca una crisis económica", aseguró Roque, aunque reconoció el temor del Fondo por el acelerado incremento del déficit de cuenta corriente. "Les preocupa el posible impacto que tendría en América latina, y en particular en Argentina, un nuevo suceso de la crisis del sudeste asiático", señaló el titular de Hacienda. También indicó que el Fondo advierte como un "elemento preocupante" el crecimiento económico del 8 por ciento proyectado para este año. Sin embargo, Roque sostuvo que "no estamos de acuerdo con esa apreciación, porque el aumento de las inversiones demuestra la confianza lograda por Argentina" en el mercado internacional. Por su parte, Erman González salió duramente al cruce de las críticas del FMI a la reforma laboral. Defendió particularmente los aspectos del proyecto que más irritan al organismo. "No estamos de acuerdo con sus recomendaciones porque conocemos perfectamente los efectos políticos y sociales en el caso de las modalidades promovidas, el período de prueba del trabajador y el sistema indemnizatorio". Según interpretó, los técnicos del Fondo "tienen en esos puntos errores conceptuales o diferencias ideológicas que nosotros no podemos conciliar". El titular de la cartera laboral dijo que le "llama la atención el énfasis que ponen en el tema de la reforma, como si a partir de este proyecto se pudieran solucionar los problemas de déficit fiscal o de la balanza comercial que, en definitiva, no tienen una relación directa" con esta iniciativa. Erman también reconoció el gesto de Roque, quien manifestó que su posición es "exactamente la misma" que la de su par en el gabinete. "La primera reflexión que quiero hacer es que el ministro de Economía está también convencido de que este proyecto es posible, que es un avance, y que políticamente no hay cabida a muchas variantes en el texto", subrayó. No obstante, Roque encendió una luz de alarma al reconocer que se incumplirá el acuerdo con el organismo porque el proyecto no le satisface. "La propuesta no cumple con el párrafo 28 de la Carta de Intención" suscripta en febrero. El ministro, que en reiteradas oportunidades había manifestado su desagrado con la iniciativa, jugó su última carta para que se modifique apoyado en los reparos del FMI. Dijo que si sale tal como llegó al Congreso "habrá que pedir un waiver" para que el acuerdo no se caiga. Pero señaló que "todavía hay tiempo" de evitar esa situación, ya que "el proyecto recién fue presentado al Parlamento y allí podrían introducirse algunos cambios". Respecto de la posibilidad de elevar los requisitos de liquidez bancarios, Roque manifestó que "no estamos previendo medidas en ese sentido", ya que el sistema financiero "ha salido fortalecido después de enfrentar dos crisis y está muy bien preparado para defender el crecimiento económico con estabilidad". Por último, el ministro afirmó que "la relación con el Fondo es normal, no esperamos que sean complacientes ni que digan que todo está bien". "Ellos hacen sus recomendaciones --añadió--, pero no hay ninguna meta incumplida, así que por ahora no hay nada que negociar."
LA OPINION DE LOS ECONOMISTAS SOBRE EL DOCUMENTO AVISO DE ALERTA PARA LOS INVERSORES Los economistas de distintas tendencias coinciden en que no esperaban una nota tan dura del Fondo Monetario. Advierten sobre el peligro de que la baja calificación desate la desconfianza de los inversores, o que debilite al país frente a una nueva crisis externa. El FMI se cura en salud, opinan, después de la falta de reflejos demostrada en las crisis mexicana y asiática.
* Arnaldo Bocco (Frepaso) "El FMI está enviando una señal a los inversores para frenar el ingreso de capitales. Viene de dos situaciones muy delicadas que afectaron su prestigio. Ahora quiere prevenirse de situaciones futuras y nos toca pagar las consecuencias. Pero hay dos responsables por esta situación: el Gobierno, por haber firmado un acuerdo que sabía que no podía cumplir y el propio organismo, que antes fue complaciente y ahora exige medidas regresivas. El incremento de las tasas afectará a las pymes que no pueden financiarse en el exterior. El paquete es regresivo y tiende a la concentración."
* Luis Secco (del estudio Broda) "La advertencia del Fondo será una señal más para el mercado, pero no inclinará definitivamente la balanza hacia una salida de capitales. Los inversores ya tenían incorporado que el FMI se iba a mostrar cauto ante la falta de reconocimiento oficial de una elevada vulnerabilidad externa. No pide que Argentina revea todo el funcionamiento de su economía, sino que actúe preventivamente ante eventuales complicaciones en el mercado de capitales. No creo que nadie decida desarmar un portafolio de inversión en Argentina por este documento, aunque sí es probable que haya mayor cautela."
* José Luis Espert (director ejecutivo de Econométrica) "El peso de la advertencia es fuerte. El Fondo pone en palabras lo que algunos ya advertíamos, que el Gobierno está descolocado entre la velocidad en que se endeuda y su capacidad de repago. La diferencia es que el FMI es el auditor. Lo que hacen es encender la mecha sobre las cosas que el Gobierno no quería discutir. El peor escenario es que aumentaran los problemas en Japón; en ese caso, habrá un desaceleramiento importante en el ingreso de capitales. De otro modo, sólo habría un ataque especulativo si se anunciaran horrores en materia de política económica. En un contexto internacional favorable, no cambiará el comportamiento de los inversores hasta ver cómo evolucionan las cuentas externas en el primer semestre. Si la situación sigue como hasta ahora, entonces sí habrá una merma en la afluencia de inversiones."
* Fabián Abadí (HSBC-Banco Roberts) "El documento del Fondo debilita a la Argentina frente a un eventual nuevo suceso de la crisis externa. Es una ducha fría, más aún cuando se cumplieron las metas fiscales del primer trimestre. La misión debió ser mucho más cauta, porque nunca se sabe cómo puede empezar una crisis. En el corto plazo, vislumbro una caída en el precio de los bonos, aumento de la tasa de interés para la colocación de deuda y desaceleración en el ingreso de capitales. El peligro es si esta advertencia no alcanza y desemboca en un problema mayor, en caso de que los inversores se asusten porque no se revierte la tendencia de la cuenta corriente."
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