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DOS NUEVOS FALLOS CONTRA LA RE-REE

CLARO COMO EL AGUA

La Cámara Nacional Electoral y la Cámara Federal de Mar del Plata coincidieron en que el impedimento constitucional es de "una claridad meridiana". Sólo admiten la vía de una reforma.

 

 

Luisa Riva Aramayo, la camarista
que cree en la re-ree.

El nuevo fallo corrige y rechaza su interpretación constitucional.

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t.gif (67 bytes)  Las cláusulas constitucionales que impiden una nueva reelección de Carlos Menem "no pueden ser puestas en crisis mediante el sofisma de ingeniosos argumentos para sostener la pretensión de un tercer mandato representativo, acudiendo a cálculos aritméticos que llevan a restar años o meses del primer período presidencial cumplido". Así de directo y contundente es el pronunciamiento que emitió ayer la Cámara Nacional Electoral. Lleva la firma de sus jueces titulares y expresa una abierta discrepancia con la tesis que sostuvo la camarista federal Luis Riva Aramayo, tres semanas atrás, cuando le tocó reemplazar --precisamente-- a uno de estos jueces titulares. También ayer, pero en Mar del Plata, se conoció otro fallo judicial adverso a lo que se lucubra en la Casa Rosada.

Riva Aramayo había sostenido que no hay ningún impedimento en la Constitución nacional para que Menem dispute en las urnas las chances de un tercer período. El ideólogo oficial es el ex ministro de Justicia y ex integrante de la Corte Suprema, Rodolfo Barra, quien pretende contar al actual período de gestión menemista como "el primero" de los dos que permite la Constitución reformada en 1994 (sostiene que al momento de la reforma de la Carta Magna restaban sólo once meses de la gestión iniciada en 1989, y que por eso no puede considerarse como primer mandato).

A su cosecha intelectual pertenece también la estrategia de que sea la Corte la que defina la interpretación del texto constitucional.

En buen romance, lo que dijo ayer la Cámara Nacional Electoral es que la Constitución es lo suficientemente clara y que no corresponde el recurso de la vía judicial para habilitar un nuevo mandato presidencial. La remoción de la cláusula prohibitiva sólo podrá realizarse a través de una nueva Convención Constituyente, coincidieron los camaristas Rodolfo Munné y Héctor Orlandi.

De esta forma, la Cámara ratificó el rechazo de la juez María Servini de Cubría al amparo presentado por el ciudadano Jorge Héctor Lazcano quien, pese a su condición de afiliado radical, reclamó la "inconstitucionalidad" de la cláusula novena, adjudicándole características "discriminatorias", igual que pretenden dos dirigentes menemistas, Juan Carlos Ortiz Almonacid y Roberto Fernández, en presentaciones separadas.

Los magistrados entienden, en cambio, que "su aplicación no puede ser soslayada". Por tal motivo, aseguraron Munné y Orlandi, "únicamente otra Convención Constituyente convocada como consecuencia de una nueva declaración de necesidad de reforma que el Congreso de la Constitución formulara en los términos del mencionado artículo 30 podría eliminar impedimentos, cuya remoción el actor (por Lazcano) procura indebidamente mediante la presente acción judicial".

Los jueces también entendieron que no se puede considerar distintas la Constitución de 1853 y la reforma de 1994.

El tribunal sostuvo, para ratificar el fallo de Servini de Cubría, que "no hay procedencia de la acción de amparo en cuanto a la existencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta".

Este fallo, que se conoce en momentos en que se aguarda un dictamen del procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, sobre la competencia de la Corte Suprema de Justicia, es similar al difundido ayer en Mar del Plata. La Cámara Federal de la ciudad balnearia, con firma de los camaristas Jorge Ferro y Osvaldo Tazza, rechazó el amparo que presentó el afiliado del PJ Jorge Manuel Belén, con la ironía del patrocinio del abogado Jorge Eduardo Duhalde, casi un homónimo del gobernador bonaerense, acérrimo opositor a que un nuevo período menemista corte alas a su propio sueño presidencial.

El impedimento constitucional --dijeron los camaristas marplatenses-- "es de una claridad meridiana y no deja ninguna duda en su interpretación". Ratificaron, así, el fallo de primera instancia del juez Jorge Sirochinsky.

 

EL APORTE DEL DUHALDISMO

El duhaldismo tiene redactado ya, y a un paso de su presentación en el Senado nacional, un proyecto de ley de consulta popular vinculante que excluye expresamente la reforma de la Constitución como materia de ese tipo de votaciones.

La reacción duhaldista a la avanzada del gobierno por la re-re estará encarnada en la Cámara alta por Jorge Villaverde, senador por la provincia de Buenos Aires y hombre fiel al gobernador que quiere ser Presidente, aunque en el mayoritario bloque peronista domina el menemismo.

El proyecto también prohíbe someter a consulta popular la ley de Presupuesto y las normas impositivas y de coparticipación federal.

La negativa a que un plebiscito habilite una eventual re-reelección de Carlos Menem está contenida en el tercero de los ocho artículos que firma el legislador bonaerense.

EL EX MINISTRO PIDE UN PLEBISCITO

LA BARRA DEL PRESIDENTE

El ex ministro de Justicia Rodolfo Barra sostuvo que para habilitar un nuevo mandato del presidente Carlos Menem el Congreso debería llamar a una consulta popular para reformar nuevamente la Constitución, camino que expresamente se dispone a bloquear el duhaldismo (ver recuadro).

"Esto se soluciona con el voto del pueblo, no con la opinión de nueve jueces", dijo Barra en declaraciones que parecen buscar una vía alternativa a la idea de que sea la Corte Suprema la que interprete la Carta Magna y abra así las puertas de la re-reelección.

Barra habló en el programa "Bajo palabra", que se emite por Canal 9, durante el cual mantuvo una polémica con el ex presidente Raúl Alfonsín sobre distintas interpretaciones de la Ley Suprema.

El asesor presidencial defendió la tesis por la que Menem habría comenzado su primer mandato en 1995 y en consecuencia estaría en condiciones legales de ser reelecto nuevamente en el '99, pero dijo que, mejor que la Corte, eso debería establecerlo una nueva Convención constituyente, "con el aval del pueblo".

La cuestionada vía judicial para remover el impedimiento constitucional sufrió ayer dos nuevos reveses con los fallos de la Cámara Nacional Electoral y la Cámara Federal de Mar del Plata (ver nota central).


LA RE-REELECCIÓN NO ES SANTO DE DEVOCIÓN NI CONSIGUE LA BENDICIÓN

La revista católica "Criterio", que suele exponer ideas similares a las del titular del Episcopado, calificó de "intento de golpe de Estado jurídico" las maniobras por la re-reelección. También criticó a la oposición por sus "conflictos internos" y por avalar la re-ree en la Universidad.

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"No se trata de que sea Menem: lo mismo diríamos de cualquier otro", sostiene la revista "Criterio".

Una voz escuchada entre los obispos, que expuso los reparos a un tercer mandato menemista.

Por Washington Uranga

t.gif (67 bytes) De intento de "golpe de Estado jurídico" califica la revista católica Criterio la ofensiva destinada a la "re-reelección" de Carlos Menem lanzada por el primer mandatario y sus allegados. "Los adalides de la cruzada re-reeleccionista no son extraños ni improvisados: son los principales operadores políticos del Presidente. Lo que ocurre es que se trata de un proyecto subversivo (en el sentido propio del término) y ello fuerza a la hipocresía", se puede leer en un párrafo del editorial del último número de la publicación católica independiente. Criterio expresa a un sector democrático y plural de la intelectualidad católica cuyo pensamiento es, hoy por hoy, cercano a las ideas y las perspectivas de la conducción del Episcopado argentino que preside el arzobispo de Paraná Estanislao Karlic.

Las críticas de la revista Criterio a los intentos re-reeleccionistas resultan significativas porque expresan también el malestar que el tema genera en importantes sectores de la Iglesia Católica, incluyendo a un grupo de obispos.

En pocas semanas más se reúne nuevamente la asamblea de la Conferencia Episcopal argentina, y aunque el tema de la re-reelección no estará incluido oficialmente en la agenda de los obispos, es evidente que las maniobras del menemismo y sus repercusiones en la vida del país formarán parte de los diálogos informales entre los miembros de la jerarquía católica y, muy probablemente, del "intercambio de opiniones" que se hace en el aula de sesiones en los primeros momentos de cada reunión plenaria del Episcopado.

La revista circula ampliamente entre los obispos y es una de las publicaciones de referencia para buena parte de ellos.

En el mismo editorial de la revista que dirige José María Poirier se afirma que "el reeleccionismo es malo para la salud republicana, aunque sea compatible con las formas democráticas". Y se agrega que "hay casos paradigmáticos en la propia Argentina donde, aunque el pueblo vote, la República está ausente: la Catamarca de los Saadi, el San Luis de los Rodríguez Saa".

Pero no sólo por ahí van las observaciones. También se agrega que "en otro ámbito, la Universidad de Buenos Aires acaba de padecer la tercera reelección del contador Shuberoff como rector, a caballo de un sistema donde lo académico ha sido aplastado por un aparato político partidista y burocrático asfixiante".

Al referirse a la cláusula transitoria de la Constitución que le impide a Menem presentarse para aspirar a una nuevo mandato, el editorialista señala que "la cláusula transitoria 9ª es tan norma constitucional como cualquiera de los demás artículos, transitorios o no. Fue aprobada junto con el resto del articulado, y así fue jurada, por Menem en primer lugar". Agrega que esa determinación "tiene la misma validez que, por ejemplo, otra disposición transitoria --la 10ª-- que prolongó el segundo mandato de Menem hasta el 10 de diciembre de 1999, permitiéndole ejercer la presidencia por diez años y medio consecutivos (pues de lo contrario deberá cesar en su cargo el 8 de julio del año próximo)".

Para el grupo de Criterio, cuyo consejo de redacción está integrado entre otras personas por Antonio Battro, Pablo Capanna, Juan José Llach, Juan Navarro Floria, Carlos Galli y, en uso de licencia, el embajador argentino ante la UNESCO, Carlos Floria, no hay otro camino que la reforma constitucional para que Carlos Menem pueda aspirar a un nuevo período presidencial inmediato. Y ello debe hacerse siguiendo los mecanismos establecidos por la propia Carta Magna.

"El menemismo se ha propuesto alcanzarlo por una vía oblicua que es, notoriamente, ilegal" y ello nos conduciría a "un golpe de Estado jurídico, al estilo Fujimori, donde se guardan las apariencias de legalidad formal, mientras se vulnera groseramente la legalidad real".

En relación a la oposición se dice que, "ensimismada en sus conflictos internos, mostrando cada vez más flancos débiles, vulnerables cuñas divisorias que con habilidad y persistencia genera el menemismo, no atina a dar una respuesta frontal, decidida y sólida a estos conatos de ruptura republicana".

El editorial de Criterio termina formulando una esperanza que toma la forma de reclamo y que no excluye tampoco a los miembros de la jerarquía católica. "No se trata de que sea Menem: lo mismo diríamos de cualquier otro. Ojalá que haya muchas voces que tengan el coraje de decirlo. Ojalá que estos intentos trasnochados sean firmemente desalentados por quienes sean consultados (en secreto, vergonzosamente, según corresponde). Ojalá que no haya dirigentes políticos, empresariales o eclesiásticos que sean complacientes con estos atropellos. Nos queda la esperanza."

 

LOS LEALES VAN AL INFIERNO

 

Por James Neilson

Carlos Menem debe su invicto electoral no a su voluntad de repartir dinero entre los menesterosos sino a su fama de duro, bien a la derecha de aquellos imbéciles disfrazados de técnicos del FMI. Por eso, debería ser el último en creer que el camino de la re-reelección pueda pasar por la peronización de la economía. ¿Por qué, entonces, se ha dado a aterrorizar a los rústicos "liberales" autóctonos alentando a los sindicalistas y a los prohombres del ala política oficial? La respuesta es sencilla: Menem se siente tan indignado por la indiferencia de tantos financistas y empresarios hacia su destino personal que ha resuelto castigarlos privilegiando a sus archienemigos.

Si bien Menem ha puesto patas arriba el viejo modelo peronista, lo ha hecho por motivos que el general hubiera entendido muy bien. No fue cuestión de ideología sino de la conveniencia de aliarse estrechamente con una corporación que los políticos tradicionales siempre habían descuidado, la de los banqueros y los "capitanes de la industria", cuyo poder crecía vertiginosamente en todas las latitudes. En un primer momento, Menem actuó con ingenuidad conmovedora: pidió a una empresa privada alicaída, Bunge y Born, que se encargara de manejar la economía nacional. Andando el tiempo, se haría un poco más sofisticado, pero nunca ha podido dejar de tomar al empresariado local, más su rama externa y el FMI, por una "corporación" más que a su entender debería respetar las mismas reglas que las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y la CGT, solidarizándose con él a cambio de concesiones de diversa clase.

Pero, mal que le pese a Menem, los financistas y empresarios no conforman una "corporación" monolítica y los organismos que supuestamente los representan no están en condiciones de ofrecerle más que palabras. Le es inútil quejarse si algunos optan por acercarse a la Alianza y otros por mantenerse políticamente neutrales: no podría castigarlos por su deslealtad a menos que discriminara entre buenos y malos de forma tan flagrante que la Argentina se vería colocada en la misma categoría que Indonesia, aquel paraíso del "capitalismo amiguista". Si Menem se permite el gusto de escarmentar a los empresarios por "traición", quienes irán al infierno dantesco de sus fantasías no serán los magnates infieles, que de todos modos podrían salvarse de la furia presidencial trasladándose con sus fortunas a un lugar más previsible que la Argentina, sino los millones de personas sin recursos, muchas de ellas aún asombrosamente "leales", que dependen por completo de la evolución de la economía nacional.

 

 

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