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Pablo Guidotti, secretario de
Hacienda, no cree en los malos augurios del FMI. Desechó la receta de más impuestos y
suba de encajes. La próxima semana, Fernández, Guidotti, Miguel Kiguel (subsecretario de Financiamiento) y Pedro Pou (presidente del Banco Central) mantendrán en Washington contactos con las máximas autoridades del organismo, en ocasión de las tradicionales "sesiones de primavera", compartidas con el Banco Mundial. Allí tantearán qué evaluación hicieron los popes del FMI del informe de su misión técnica y si comparten el tono crítico del documento. El ministro se entrevistará con el número dos del Fondo, Stanley Fischer. En tanto, Guidotti aseguró ayer que "no pensamos que haya un peligro importante" por la suba del rojo de cuenta corriente, y descartó una fuga de capitales. "El nivel de confianza de los inversores se refleja en el alto grado de inversión externa directa que se da en este momento", añadió. Los Roque Boys remarcarán este argumento para desactivar las críticas puntualizadas por el Fondo. Hoy se darán a conocer las cifras de la balanza comercial de febrero, que arrojarían un déficit en torno de los 500 millones de dólares, con una performance nuevamente pobre de las exportaciones. Guidotti, quien ayer participó de un almuerzo en la Asociación de Bancos de la República Argentina (ABRA), dio su explicación por el persistente rojo comercial. Interpretó que el estancamiento de las ventas externas se debe a retrasos en las cosechas. "Las cosechas serán record, por lo que entendemos que lo más probable es que las exportaciones se recuperen en los próximos meses." Respecto de las importaciones, señaló que aumentan las de bienes de capital y se mantienen estables las de consumo. "Esto va en contra de la visión de recalentamiento de la economía", observó el funcionario, en respuesta al memorando del FMI. "Siempre hay diferencias de opiniones entre los economistas. La posición planteada en el documento del Fondo es de las más extremas", reconoció. Otro de los argumentos esgrimidos en favor de la marcha del programa económico fue la evolución de la situación fiscal. "No consideramos necesario hacer ajustes" en el proyecto de reforma tributaria para elevar la presión impositiva, como pidió el organismo internacional. Por lo tanto, sostuvo, no se subirá el impuesto al gasoil. Sobre la posibilidad de aumentar los encajes bancarios, dijo que la medida "no sería efectiva para reducir el desequilibrio de cuenta corriente".
REPUDIO A LA RECOMENDACION DE ENFRIAR LA ECONOMIA EL PJ CERRÓ FILAS CONTRA EL FONDO Los duros cuestionamientos del FMI hacia el proyecto oficial de reforma laboral y su reclamo a favor de enfriar la economía fueron repudiados ayer desde el justicialismo. Como hacía rato no se veía, desde todos los rincones del oficialismo cerraron filas en torno de un mismo discurso. "Las recetas del Fondo son erróneas y peligrosas", disparó el diputado Humberto Roggero. "Son fundamentalistas del mercado", sentenció Rodolfo Daer, titular de la CGT, respecto de los técnicos de la misión. En el Gobierno "hay cohesión", definió el ministro Erman González. Lejos de preocuparse por la advertencia del Fondo de hacer caer el último acuerdo firmado con la Argentina por desatender la reforma laboral, el ministro de Trabajo aseguró que el proyecto elaborado en su cartera "cumple" con lo pactado, y sólo admitió que falta avanzar en "la revisión de los estatutos especiales". Al mismo tiempo, le quitó importancia a la misión que pasó por Buenos Aires. "Fue informativa", señaló, y recordó que recién se aguarda un "monitoreo" del FMI para el mes de julio. No obstante, aclaró que el Congreso "reflexionará sobre los cuestionamientos del organismo, y dirá si son atendibles". Por su parte, Roggero tuvo otra vez palabras duras para desechar las recomendaciones de contraer la economía a través de la suba de impuestos y del costo de los créditos. El titular del bloque de diputados peronistas consideró "falso" el pronóstico según el cual la Argentina sufriría un ataque especulativo si no corrige sus cuentas externas. A su vez, el líder de la CGT acusó a los técnicos del organismo de "no importarles la realidad de la gente" y de "chantajear a los gobiernos" a través de los préstamos. "Son fundamentalistas de mercado sin autoridad moral para hablar, que quieren mejorar la competitividad de los productos argentinos en base a la reducción de los salarios de los trabajadores", apuntó Daer.
QUEJAS DE EMPRESARIOS Y LA IGLESIA CLERO Y CAPITAL MOLESTOS "La única intención que se vislumbra es que las cuentas cierren bien, pero se olvidan que detrás de ellas hay hombres", enfatizó ayer el presidente de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura, monseñor Juan Carlos Maccarone, molesto con las medidas que la misión del Fondo Monetario sugirió al Gobierno. Con otros argumentos, el empresario Francisco Macri también expuso sus reparos al paquete planteado por el organismo. "No me convence la teoría de enfriar la economía", señaló, porque es una posibilidad "demasiado rígida" para la Argentina. El titular de Socma interpretó que el FMI está "muy preocupado por lo que ha sucedido en el resto del mundo y aconseja medidas excesivas, tal vez influido por el clima electoral que se vive" en el país. El empresario atribuyó al contexto político "las dificultades" para negociar con el organismo. "La campaña electoral, que se está incrementando, puede llegar a afectar la economía", advirtió. Sin embargo, se inmiscuyó en el debate político, al sostener que "sería bueno para el país" un tercer mandato de Carlos Menem, "siempre y cuando se logre a través de mecanismos transparentes y auténticos, que no lesionen las instituciones ni los derechos constitucionales". Respecto de las sugerencias del FMI, sostuvo que "son de máxima y demasiado rígidas para Argentina, un país que está en condiciones realmente superiores a otros que el organismo ha estado analizando". Por su parte, monseñor Maccarone se manifestó "desconfiado" por las medidas propuestas al Gobierno, ya que teme que el Ejecutivo intente extender el IVA a la educación, algo que no figura en la reforma tributaria y que fue descartado por el equipo económico. Aun así, pidió que se "recupere la cultura de la responsabilidad" y que se piense en que "detrás de las cuentas hay hombres".
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