UN METEORITO EN SUPEROFERTA
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Por Raquel Roberti Como un anuncio de neón, la palabra "Oportunidad" gira incansablemente en la página publicitaria que la empresa Campo del Cielo tiene en Internet. "Coleccionistas o empresarios" son los destinatarios del único producto que se ofrece: el meteorito "El Chaco", "de 37,2 toneladas, el más grande de Latinoamérica y el segundo en el mundo", detalla el aviso con datos veraces. "Escucho oferta o tasación", aclara Rodolfo Figueras, el contacto empresarial que espera recibirlas por correo electrónico. El intento de comercializar la piedra ocasionó que el fiscal de Estado, Marcelo Castelán, presentara un recurso de no innovar ante la justicia de Charata, localidad chaqueña donde está enclavado el meteorito. Castelán basó su presentación en que la piedra "es una cosa de interés público" y por eso, señaló, "el recurso está abierto a todas las personas que deseen adherirse y participar en la causa". Ya a mediados del año pasado, la empresa ofreció "El Chaco" a través de un aviso clasificado en el diario norteamericano The New York Times, lo que también ocasionó una fuerte polémica en cuanto a los derechos de propiedad. Pero la pelea judicial comenzó, en realidad, en marzo del año pasado cuando el gobierno provincial inició los trámites para la expropiación del terreno con el objetivo de crear un parque natural. "Pagando su justo precio el gobierno puede quedarse con el meteorito", dijo Figueras a este diario. El hombre no se opone a la expropiación, pero discute la propiedad de la piedra. Mientras funcionarios provinciales aducen que la legislación establece el dominio para el gobierno (ver aparte), Figueras sostuvo que esas reglas "no condicen con el Código Civil. La propiedad es indiscutida. Una ley del '70 dice que (la piedra) está expuesta a expropiación, lo que significa que el gobierno la considera un bien de terceros". Si bien el empresario cree que el conflicto se resolverá "a corto plazo", no opina lo mismo en cuanto "a ponerse de acuerdo en el valor del meteorito" y aunque reconoció que "hasta ahora no hubo conversaciones" sobre el tema, decidió adelantarse. "Puse el aviso para demostrar, sin suposiciones, el valor real de la piedra. Trato de armar una defensa del precio porque no puedo confiar en las buenas intenciones de la provincia", explicó. En enero del año pasado Figueras y su socio en la empresa Campo del Cielo, Hugo Bois, le compraron a Emeterio Tévez las 100 hectáreas que rodean el meteorito, y al meteorito mismo, por 30 mil dólares. "Se compró para la explotación de "El Chaco", para exponerlo en Argentina y en el mundo, pero el gobierno no supo valorar la buena intención", sostuvo Figueras. La propuesta, detallada en una carta al gobierno chaqueño en febrero del '97, era cobrar entrada en esas exposiciones y ceder un porcentaje para "las escuelas del Chaco. Era una idea, si no brillante, muy loable y favorable para la provincia", se autoalabó Figueras. Lo cierto es que, además de no responderle, el gobierno provincial inició el juicio de expropiación. --¿Cómo surgió la idea de formar una empresa exclusivamente para explotar el meteorito? --preguntó Página/12. --Bueno, qué sé yo, a veces uno se pone a tomar un whisky y a pensar --respondió el empresario. Figueras se declaró "comerciante" aunque no especificó en qué rubro: "he tenido tantos...", dijo. En el último año, esperando que se resuelva la disputa de la propiedad de "El Chaco", su empresa se dedicó a "explotar el monte donde está el meteorito, se venden postes para alambrado", aclaró, aunque negó que se trate de un desmonte. La negativa tiene directa relación con la apreciación que realizó la Fundación Ambiente Total ante la Comisión Provincial de Protección al Patrimonio Cultural y Natural. Jorge Castillo, integrante de la Fundación, sostiene que en la zona "se procedió a desmontar (el bosque) sin autorización de la Dirección de Bosques de la Provincia". Esa actitud también infringe el Código de Faltas del Chaco, que establece sanciones a quien ocasione daños al ambiente o ponga "en peligro la integridad de los monumentos naturales, los removiere o sacare de su medio ambiente natural". "El Chaco" es el fragmento más grande que queda de una lluvia meteorítica ocurrida entre el 2080 y el 1910 antes de Cristo --de acuerdo con las pruebas del método Carbono 14-- sobre el sur del Chaco y norte de Santiago del Estero. La zona, de unos 600 kilómetros de largo por 150 de ancho se conoce como Campo del Cielo por la cantidad de meteoritos que cayeron en esa zona, que los quechuas llamaban Hatum Pampa. Allí hay cráteres de 25 metros de diámetro y 9 de profundidad, pero de aquellas enormes piedras sólo queda "El Chaco". El descubrimiento del meteorito data de 1962, año en que un equipo de investigadores encabezado por el profesor Argentino Romaña, de la Universidad Nacional del Nordeste, recorrió la zona acompañado por el geoquímico William Cassidy, investigador asociado de la Universidad de Columbia.
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