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Por Pablo Ferreira La guerra por el dominio del negocio financiero, reavivada por los españoles del Banco Bilbao Vizcaya (que compraron y luego fusionaron al Francés y Crédito Argentino), que aconsejaron la privatización de los grandes bancos públicos, sumó un nuevo capítulo. Tras la dura réplica del Banco de la Provincia de Buenos Aires reflejada ayer por este diario salió al ruedo el gobernador Eduardo Duhalde, quien levantó su apuesta en la defensa de las entidades oficiales. Hace una semana había enviado a la Legislatura bonaerense un proyecto de reforma de la Carta Magna para impedir la privatización del Bapro. Ahora anunció que impulsará en el Congreso nacional una ley para impedir la venta del Banco Nación. Con los diputados habíamos hablado originalmente de un proyecto para impedir la privatización del Nación, pero finalmente salió un resolución, lo que no me convenció, así que vamos a insistir con una ley, explicó ayer Duhalde en conferencia de prensa. Duhalde hablará ahora con los legisladores nacionales bonaerenses para que impulsen esa iniciativa. A su entender, y recurriendo a argumentos similares a los esgrimidos días atrás, la venta del Nación causaría un daño en las economías regionales, fundamentalmente en donde hay muchos pueblos chicos, de consecuencias catastróficas. El mandatario provincial no dejó de hacerse eco, además, de las presiones del Bilbao Vizcaya en pos de la privatización de los dos mayores bancos del Estado, que controlan el 25 por ciento de los depósitos del sistema bancario. Hay grandes intereses para que se privaticen los bancos Provincia y Nación porque el sector privado lo ve como un buen negocio, pero para la sociedad argentina el verdadero negocio es que los bancos sigan siendo bancos públicos. El gobernador aprovechó para dividir aguas tajantemente. La cosa está muy clara, tenemos que ver si le hacemos caso a la banca internacional o hacemos lo que nos conviene, enfatizó. El gerente general del BBV-Francés, Antonio Martínez Jorquera, había manifestado su acuerdo en la enajenación de los dos bancos estatales. Entre sus críticas señaló el oportunismo político de quienes creen en la necesidad de llegar a determinados sectores desamparados si nos los atiende el banco público. Y calificó esa idea de perversa. Al respecto, Martínez Jorquera reconoció la validez de subvencionar a un sector económico o a una región, pero que eso no quiere decir dar créditos para no cobrarlos. También acusó a la banca pública de no jugar con las mismas normas que la privada, como en el caso del manejo de la prebenda de los fondos públicos. En una carta dirigida a Martínez Jorquera, el gerente general del Provincia, Alberto Canos, le retrucó expresando su sorpresa y desagrado por las arbitrarias e infundadas declaraciones (...), en las que evidencia desconocimiento de las características del sistema financiero. Y gatilló: Entiendo la presión a que se ve sometido al no poder penetrar en el mercado en la forma que se imaginaba, con el respaldo de una institución como el BBV, pero lo cierto es que en los análisis y proyecciones de vuestro negocio debieron evaluar adecuadamente el sentimiento de arraigo, pertenencia y fidelidad de la comunidad bonaerense hacia el Banco Provincia. La presencia activa del Nación como del Provincia en el mercado, que tanto incomoda a la banca privada, provocó ayer otro motivo para que las campañas para su privatización se intensifiquen. El Nación decidió habilitar una nueva línea de crédito de 200 millones de pesos para las pequeñas y medianas empresas, que serán prestados a una tasa inferior al promedio del mercado. El costo de los créditos para las microempresas, cuyas ventas anuales no superen los 450 mil pesos, será del 11,5 por ciento anual.
LA BANCA PUBLICA BAJO LA LISTA DE ECONOMISTAS Alfredo García, del IMFC Roberto Lavagna, de Ecolatina
LOS BANCOS DEBERAN PAGAR UN CUESTIONADO APORTE ZANOLA GANA EN LA JUSTICIA El secretario general
de la Asociación Bancaria, Juan José Zanola, acaba de ganar otra batalla legal en la
guerra que viene librando con el Poder Ejecutivo y las entidades bancarias por una
contribución adicional del uno por ciento sobre los sueldos para su obra social. Un nuevo
fallo judicial hizo lugar al amparo presentado por el sindicato contra el decreto 336/98,
que manifestaba que la Obra Social Bancaria (OSBA) no es continuadora del Instituto
de Servicios Sociales Bancarios, y por lo tanto le negaba el derecho a gozar del
beneficio concedido al desaparecido ISSB.
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