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LA TENIENTE RIPLEY ESTÁ VIEJA, CANSADA Y, PARA COLMO, CLONADA

"Alien: la resurrección", la cuarta parte de la zaga iniciada en 1979 por el excelente film de Ridley Scott, se queda en los aprestos: empieza contando una historia interesante, pero entre los brulotes contra la clonación y la falta de encanto de la trama, el film termina decepcionando.

La teniente Ripley antes de ser resucitada, vía clonación, por unos científicos malos, malos, malos.

Hierática, Sigourney Weaver luce cansada en el papel de su heroína, ahora mitad humana, mitad Alien.

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ALIEN: LA RESURRECCION 5 PUNTOS

(Alien Resurrection) Estados Unidos, 1997

Dirección: Jean Pierre Jeunet

Guión: Joss Whedon

Fotografía: Darius Khondji

Edición: Herve Schneid

2Música: John Frizell

Intérpretes: Sigourney Weaver, Winona Ryder, Dominique Pinon, Ron Perlman, Michael Wincott, Dan Hedaya y otros.

Estreno de hoy en los cines Ambassador, Atlas Santa Fe, Patio Bullrich, Paseo Alcorta y Belgrano.

Por Martín Pérez

t.gif (67 bytes) En el comienzo, el relato fue gótico, luego épico y por último dark. Así que no deja de tener su lógica que el cuarto Alien --que pudo concretarse luego de que la estrella imprescindible, Sigourney Weaver, hiciera las paces con la Fox, al conseguir imponer su criterio-- recorra con ironía y cinismo los tres estadios anteriores en camino de buscar su propia clave. Este Alien del francés Jean Pierre Jeunet, por ejemplo, comienza en una nave, como el original de Ridley Scott. Un laboratorio espacial, en el que el gobierno ha decidido llevar a cabo un experimento secreto llamado Ripley. Inocente camionera espacial devenida guerrera para salvar a su prole, en el film anterior (ver recuadro) Ripley se había inmolado en cruz con su baby Alien en brazos en un perdido planeta-prisión, intentando dar fin al suplicio de llevar el mal en sus entrañas. Pero nadie puede escapar de su destino, así que aquí está de regreso, clonada y prisionera del mal bajo la forma de la corporación más grande de todas. Custodiada por la ciencia y el ejército, pasa sus días acostumbrándose lentamente al hecho de que está viva. Así como lo están sus Alien. "Ellen Ripley murió tratando de eliminar esta especie", dice el responsable del experimento. "No quiero que vuelva a sus viejas costumbres". La clandestinidad de las prácticas científicas obliga a recurrir a piratas espaciales para conseguir cierta materia prima que permita completar el ciclo reproductor de los extraterrestres, y aquí ingresa el elemento extraño que inclinará la balanza del lado del verdadero monstruo de Alien 4: la Ripley clonada, una nueva especie lista para entrar en acción.

Con un inteligente guión de Joss Wheldon (Toy Story), pletórico en diálogos filosos que harán las delicias de los amantes de la serie, Alien 4 parece sin embargo un film sin alma. Tratando de calzarse tres pares de zapatos anteriores al mismo tiempo, el Alien de Jeunet se queda en la referencia y muestra los hilos. En los recurrentes primerísimos primer plano se filtra la marca de fábrica de este director, responsable de Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos, films también sin alma pero con generosos mundos privados. Semejante pretensión da como resultado que en un principio promete, pero termina siendo apenas un vehículo para una quinta parte, en la Tierra. Como cuando Ripley quema con furia sus clonaciones fallidas que sobreviven apenas en un cuarto oculto en la nave laboratorio, Jeunet sacrifica todas las tramas posibles en el transcurso de un film que apenas si deja para el recuerdo la creación de una protagonista nueva, lista para el próximo desafío.

"Me dijeron que te enfrentaste antes con esta especie. ¿Qué fue lo que hiciste?", le pregunta uno de los piratas espaciales que intenta escapar con ella del asedio de los Alien en una nave que va a la deriva. "Morirme", responde Sigourney, esbozando una sonrisa. Pastiche con aspiraciones góticas (sobre todo en ese Frankenstein del final), este Alien 4 --además de la Ripley nueva versión-- apenas si deja para el recuerdo un lugarcito para que Winona Ryder brille en su sorpresivo papel, y para que los actores fetiches de Jeunet --Perlman y Pinon-- puedan decir que estuvieron en un Alien. Y, por supuesto, la certeza que, de tanto insistir, Hollywood terminó por arruinar el único de sus films en serie que resistía el riesgo de las secuelas mediocres. En este caso, debería festejarse que recién la cuarta haya sido la vencida.

 


 

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LAS OTRAS TRES PELÍCULAS

Alien (Ridley Scott, 1979)

Una nave carguero, un llamado de auxilio y un huevo alien esperando dar a luz. El guión de Dan O'Bannon (Blade Runner) y el monstruo de H. R. Giger dan como resultado lo que para muchos es el mejor film de la serie. La escena final del strip tease de Sigourney ante el gato y el alien pasó por derecho propio a la historia del cine. Una gran película.

Aliens (James Cameron, 1986)

Una de las mejores pruebas de que no siempre las secuelas de Hollywood son sinónimo de desastre. Fresquito de Terminator, Cameron le hizo sacar músculos a Sigourney y filmó una historia en que una madre humana y otra alien luchan por sus hijos. Y esta vez los que sucumben ante los aliens no son meros camioneros espaciales, sino tropas de elite. Un buen film

Alien 3 (David Fincher, 1992)

Oscura y atrevida. Fincher (Pecados Capitales) se le atrevió a Alien con sólo comerciales de Nike como antecedentes. Rapó a la estrella, y la depositó en un planeta prisión. Con un alien dentro de ella, la película termina con Ripley arrojándose sobre una pileta de hierro fundido, sacrificándose para terminar de vencer a sus enemigos de siempre. Un producto regular.



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