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"NO VAMOS A PERDER EL CONTROL DEL BANCO CIUDAD"

La entidad financiera comandada por Horacio Chighizola mantendrá
la mayoría del Estado en el directorio. “No vendemos la joya de
la abuela, le sumaremos quilates”, define la operación el banquero.

Chighizola, presidente del Banco Ciudad. Privatización en marcha.
Necesita capital: la vía elegida es la venta de una porción
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Por David Cufré

t.gif (67 bytes) La hipercompetencia en el mercado financiero llevó al gobierno porteño a plantear la apertura del Banco Ciudad al capital privado. Horacio Chighizola, su presidente, aclara en este reportaje con Página/12 que no se trata de “vender las joyas de la abuela, sino de agregarles quilates”. Los legisladores porteños apoyarían la iniciativa, que dejará al Estado municipal con la mayoría del paquete accionario. Eso hará que se mantenga el perfil de la entidad, con su “impulso” a las pequeñas y medianas empresas. Sobre el Banco Nación, Chighizola no encuentra motivos para que sea privatizado.
–¿Por qué se quiere abrir el Banco Ciudad al capital privado?
–Todos los bancos tenemos dos niveles de control fundamentales: el índice de liquidez y el nivel de capitales mínimos. En el primer caso estamos más que cubiertos, tenemos un nivel de liquidez holgadísismo. Pero en lo que hace a capitales mínimos, estamos en una relación muy estricta entre el pasivo y el patrimonio neto. Tendríamos que tener una relación mucho mejor.
–¿Cómo podría afectar al banco una eventual negativa de la Legislatura a la propuesta?
–Ni siquiera puedo plantearme esa alternativa. Soy optimista, y creo que los legisladores comprenden que el banco necesita ser reforzado. Mantuve conversaciones con diputados de todos los partidos y comprobé que entienden nuestra necesidad.
–¿Cómo se va a encarar la venta?
–Todavía no está decidido. El mecanismo que se elija será producto del debate con la Legislatura, cuando se remita el proyecto, seguramente dentro de este mes. Pero quiero aclarar que no estamos hablando de venta. En una privatización se enajena una parte o el total de un bien, se lo entrega, y a cambio se recibe dinero que va a parar a la Tesorería. Nosotros planteamos la capitalización del Ciudad. En ese caso, el dinero que ingrese irá a engrosar el patrimonio del banco. No estamos vendiendo las joyas de la abuela, les estamos agregando quilates.
–¿Usted prefiere la incorporación de un socio o la venta atomizada a través de la Bolsa?
–Insisto en que esto debe decidirlo la Legislatura. Pero si fuera el banco de mi familia, buscaría una emisión de acciones que me permita un ingreso atomizado o tal vez que un grupo haga una compra importante de esas acciones. Iría por el medio de los dos polos, de la atomización extrema o la selección de un único socio. Mi idea es trabajar con un libro de ofertas, igual que cuando se emite un bono. Eso da lugar a un listado de presentaciones. En la medida en que haya más interesados, mejor es la posición del banco.
–¿El perfil de fomento del banco puede cambiar a partir de la capitalización?
–Técnicamente no le puedo corregir el sustantivo. Fomento es correcto. Pero como muchas veces el término se interpreta como subsidio, tengo mucho cuidado en emplear esa palabra, porque el subsidio ataca el derecho de los demás que no son subsidiados. No es igualitario. Pero lo de fomento me parece legítimo, aunque me gusta más llamarlo un banco de impulso.
–¿Seguirá siendo así cuando se incorpore el capital privado?
–No veo el motivo de la pregunta. Quienes quieran ser socios van a tener acceso a la estrategia que hemos aplicado en los últimos veinte meses y nadie que no esté de acuerdo se va a asociar. Cada uno elige qué película va a ver. Nuestro objetivo central es el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. Las 25 principales líneas de crédito están destinadas a individuos, con préstamos para consumo e hipotecarios, y apoyo a microemprendimientos y a las pymes. Además, brindamos cursos de capacitación que son muy concurridos.
–¿Cuál cree que será el interés de los inversores por sumarse al banco?
–Desde el momento en que Fernando de la Rúa hizo pública la intención de la capitalización, en marzo de 1997, hubo muchas consultas del medio financiero local y extranjero. Eso demuestra que el interés existe. Además, creo que el banco ha cambiado mucho en su gestión y en la forma de atender al público, aunque somos autoexigentes y sabemos que tenemos mucho camino por recorrer.
–¿Cómo cambiará la composición del directorio del Ciudad con la capitalización?
–Estamos pensando en un directorio de número impar, que permita determinar bien que la Ciudad de Buenos Aires conserva la mayoría (el 51 por ciento de las acciones del banco). Y también queremos una sindicatura múltiple, ya que ahora hay un solo síndico.
–¿Qué opina de la privatización del Banco Nación?
–Es un tema del que estoy enterado por los diarios, no he visto ningún proyecto. Lo último que he leído es que hay alguna intención de girar la propuesta hacia una capitalización. Me parece acertado y me halaga que otras instituciones pretendan seguir la senda que hemos elegido en el Ciudad.
–¿Entonces se opone a la privatización?
–Lo que digo es que se trata de un banco que llega a todo el país y no veo el motivo para que sea privatizado. Además, considero que está bien conducido. Como dije, privatizarlo significa enajenarlo y que el dinero vaya por una única vez a la Tesorería de la Nación. A lo mejor esos fondos luego se utilizan para gastos corrientes y se agotan en dos años, y ya no tenemos más el banco.

 

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