REPUBLICA VIRTUAL
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POR HORACIO VERBITSKY El misterio sobre la propiedad del mayor grupo empresario de medios de comunicación del país se hizo más denso cuando el vicepresidente de Citicorp Holdings (CEI), el escribano Raúl Juan Moneta afirmó que las acciones que representa pertenecen a lo que llamó "República Holding". El ex director de República Propiedades, Jorge Macchi, quien mantiene un largo litigio económico con el escribano, sostiene que se trata de una compañía inexistente. Para demostrarlo se presentó a la Inspección General de Justicia y llenó una solicitud de reserva de denominación de "República Holding" a su nombre, como sociedad nacional y como sociedad extranjera, las que fueron aceptadas. "Consultaron, y, como no estaban registradas inscribieron mis reservas", dijo Macchi. Las reservas tienen vigencia durante un mes. "Esto demuestra que República Holding no existe y que Moneta dijo algo que no es cierto. La pregunta que ahora deberá contestar es por qué", sostiene Macchi. Banqueros y políticos Ante las dudas planteadas por este diario acerca del significado de la inscripción de la reserva, Macchi solicitó a la Inspección General de Justicia un pronunciamiento formal. El documento oficial, firmado por el jefe del Departamento de Coordinación Administrativa de la Inspección, Walter Aníbal Ríos, certifica que "no se encuentra inscripta en esta Inspección General de Justicia ninguna sociedad con la denominación República Holding S.A." y que sólo existe una reserva de esa denominación, con vencimiento al 30 de abril de este año: es la que registró el propio Macchi. Una certificación idéntica sostiene que tampoco existe ninguna sociedad denominada "República Holding S.A. Extranjera". A pocos días de anunciada la fusión con Travellers Group en Estados Unidos el presidente del Citicorp Group, John Reed, llegó a la Argentina, donde permanecerá hasta hoy. Reed no ignora los problemas que crea el enigma en torno de la propiedad de una parte significativa del paquete accionario del grupo que controla la mayor parte de las comunicaciones en el país, incluyendo desde los servicios de telefonía hasta los canales de televisión abierta y por cable. La visita relámpago de Semana Santa coincide con un proyecto de redistribución de ese paquete. Reed se crió en la Argentina, donde también desarrolló parte de su carrera como ejecutivo del Citicorp, y además de negocios tiene vínculos de amistad con el presidente del CEI, Richard Handley, quien a su vez es amigo desde la adolescencia del escribano Moneta. El vínculo entre los tres hombres y el de Moneta con el presidente Carlos Menem han motivado un proyecto de diputados de la opositora Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación para investigar la composición accionaria del CEI. Esa relación especial entre banqueros y políticos ayuda a entender que en pleno proceso de privatización de empresas públicas en la Argentina uno de los sellos corsarios que manejó Moneta, American Exchange, haya gozado de asombrosos descubiertos del Citi de Nueva York por hasta 13 millones de dólares en un día, inimaginables de no mediar contradocumentos o asociaciones ocultas. Las operaciones de este sello de goma, cuya sede es la casa en Punta del Este del presidente del Banco República, Jaime Benito Lucini, son tan extrañas como para que figuren como depositantes de sumas millonarias el casero de Lucini, Alberto Dinardi, y su cocinera, Elba García. El Banco República triangula esos fondos equívocos hacia American Exchange o el Federal Bank de Panamá. También figuran en esas nóminas personas de existencia y solvencia reales, aunque aún no se ha podido determinar si sus operaciones fueron declaradas a las sociedades en las que desempeñan funciones ejecutivas y a la Dirección General Impositiva. "Se pone tenso" Paradoja de un empresario mediático, el reportaje publicado el domingo 29 de marzo en el diario La Nación, en el que el escribano suministró la información cuya veracidad ahora desmiente Macchi, era parte de una estrategia de blanqueo de imagen, contratada con César Mansilla, por una suma que allegados al consultor cifraron en "centenares de miles de dólares". El más antiguo diario del país había informado que Moneta participó en reuniones de gabinete nacional en el Polideportivo de Olivos y que tenía la misión de convencer a otros hombres de negocios en favor de la permanencia de Menem en el gobierno más allá de su mandato constitucional que termina en veinte meses. Los periodistas Susana Reinoso y Claudio Jacquelin interrogaron a Moneta acerca de la "empresa off shore llamada UFCO" que figura como accionista del CEI, y cuya constitución en las islas Vírgenes británicas fue revelada el 4 de enero por este diario. UFCO es el acrónimo de United Finance Company. Antes de transcribir la respuesta, el diario anotó que al oír esa pregunta, el escribano "se pone tenso". Es comprensible, cuando se sabe que el paquete de CEI que representa Moneta no pasa por el Banco República (que pese a la laxitud del Banco Central está sometido a alguna forma de control), sino por la empresa de paja de la pregunta, cuyos accionistas nadie conoce y cuyas actividades, y balances nadie audita. --Off shore es una manera peyorativa de referirse a sociedades extranjeras legítimamente constituidas que canalizan inversiones por todo el planeta. Pongamos el léxico adecuado a las cosas, para que entiendan los que manejan campañas de difamación. Todos los activos de UFCO son de República Holding, de la que somos propietarios las familias Moneta y Lucini. Jaime Lucini y yo somos las cabezas visibles. Soy presidente de República Holding y los accionistas son parte de mi familia-- respondió el escribano. --¿Para qué se constituyó UFCO?-- insistió La Nación. Según los entrevistadores, cuando se toca este tema Moneta "mide sus palabras". Esta fue su medida respuesta: --Muchas veces los empresarios evaluamos situaciones. Hemos tenido situaciones no lejanas de expropiaciones ... no quiero ser desagradable. Es muy común que, en el mundo, los accionistas de empresas tengan sociedades constituidas en el exterior y amparadas por leyes que los hacen sentir más tranquilos. Alguno de nosotros pudo haber sucumbido frente a estos conceptos. --Pero, ¿dónde está UFCO dentro del CEI? Moneta: --(Se pone de pie y se aproxima a La Nación) Por favor, haga un cuadro y ponga lo siguiente: Bolsa, 5%; Grupo Werthein, 19%; Citibank -que también figura a través de la empresa off shore IEI (International Equity Investments), 40%, y República Holding con el Banco República, 36%. Cada uno de estos porcentajes tiene su propia integración. Arriba de República Holding está UFCO. Desde sus oficinas en la inmobiliaria "La Cité", frente al Palacio de Justicia, Macchi narra que "vi el reportaje y me sorprendí al leer que el activo de UFCO está en República Holding, porque no sabía que existiera. Tengo una carta de CEI, donde dice que su accionista es UFCO y no menciona a República Holding. Tampoco es cierto que se trate de una empresa familiar. En el estatuto de UFCO en las Islas Vírgenes, que también está disponible en la Inspección de Justicia, sólo figura el estudio Morgan& Morgan, y el único representante apoderado es el abogado Juan Carlos Basílico. No figuran ni Moneta ni Lucini", afirma Macchi. "Entonces fui, pagué doce pesos e hice la reserva del nombre". --¿Para qué? --Para demostrar que "República Holding" es una fantasía, que no existe, ni como compañía nacional ni extranjera. Si el temor a la expropiación fuera una respuesta sincera, es obvio que los cautelosos no son el escribano ni Lucini, que figuran entre los accionistas de CEI, sino los desconocidos que con su ayuda se esconden detrás de la solapada UFCO.
Entre deportistas Hombre mucho más sutil de lo que su aspecto de rugbista fornido sugiere, el 27 de marzo de 1990 Handley explicó al autor de esta nota en el despacho que entonces ocupaba como presidente del Citibank el rumbo que en los años por venir seguiría con apreciable éxito. "Hace falta un plan de crecimiento, así el valor de los papeles crece. Las privatizaciones son el mejor negocio que vemos sobre papeles argentinos, pero el tiempo dirá cuán bueno es. Si la Argentina no sale adelante, si se cierra a los mercados internacionales, nosotros, como Banco tampoco tenemos futuro aquí, ni cobraremos la deuda ni haremos otros negocios, tendremos que cerrar. Hay 350 bancos, que son una enormidad, a la Argentina con 35 le sobra. Algunos quieren rematar sus papeles, mejor para nosotros. Yo no vendo, van a subir y haremos más negocios", dijo. También formuló una laudatoria evaluación de Menem, que era poco común en aquél momento. "Es pragmático, un tipo muy especial, practica todos los deportes, no lo van a mover tan fácil. Se la va a jugar". En su investigación del 4 de enero de este año, Página/12 narró los orígenes de CEI, creado en 1992 con los activos en telecomunicaciones, celulosa y papel, hotelería, siderurgia, frigoríficos, transporte de caudales y energía que el Citibank adquirió a cambio de aquellos títulos de la deuda externa. Esa apuesta estratégica conducida desde Buenos Aires por Handley salvó a Citicorp International de la situación más comprometida de su historia y con ello la cabeza de Reed que había llegado a su presidencia pocos años antes. El nombre elegido para administrar los nuevos activos argentinos fue Citicorp Equity Investments, que luego cambió por el de Citicorp Holdings, pero sin perder la sigla CEI. El Citibank tenía el 61,87 por ciento del paquete, a través de su compañía International Equity Investments, de Delaware. Esa empresa estadounidense es la que Moneta llama offshore y compara con la inescrutable UFCO, nacida en un paraíso tanto fiscal cuanto geográfico, con un modesto capital de 50 mil dólares, al mismo tiempo que el CEI. Las Islas Vírgenes son un grupo de siete islas principales y más de noventa islotes y cayos, al este de Puerto Rico, que fueron territorio de piratas, plantaciones y mano de obra esclava. El lugar es idílico, pero ninguno de los accionistas de UFCO lo disfruta. La empresa líder en telecomunicaciones y televisión en el país cabe en una casilla de Correo: PO Box 3149. Se puede participar telefónica o electrónicamente en las asambleas de socios o las reuniones de directorio. Sus estatutos dicen que la totalidad de las acciones pueden emitirse al portador y transferirse sin autorización previa. Puede ser accionista cualquier "individuo, sociedad, fideicomiso, sucesiones de una persona fallecida, sociedades de personas o asociaciones de personas no constituidas". En ninguna circunstancia la Compañía estará obligada a preguntar cómo entró el portador de un certificado en posesión de las acciones que representa. Además, los auditores pueden ser socios de la compañía. El 21 de diciembre de 1992, los directores Luis A. Davis, presidente del directorio, Pamela Hall, secretaria, y Silvia Clarke designaron como apoderados a los abogados Carlos Alberto Basílico, Jaime Fernández Madero, Bernardo Enrique Duggan, Maximiliano Rodríguez Consoli, Marcelo Gobbi, Roxana María Kahale, Griselda Lambertini, Alejandro Pinedo y María Alejandra Santurio, y al economista Jorge Jabib Salvador Bulleraich. El 17 de junio de 1993, UFCO quedó registrada en la Inspección de Justicia como Sociedad Extranjera, con el Nº 1570012. Su domicilio legal, en Marcelo T. de Alvear 684, 2º piso, es el mismo de Citiconstrucciones. Vírgenes La virginidad de los accionistas de la compañía constituida en el Caribe está protegida de la curiosidad pública por capas concéntricas de anonimato, sigilo y misterio. En ningún documento registrado legalmente en el país figuran ni el escribano Moneta ni su tío Lucini. La propia documentación oficial de CEI demuestra la diferencia entre este esquema nebuloso y el del Citibank con International Equity Investments. Por ejemplo, un denominado "Prospecto Citicorp", incluido en el Boletín Diario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires el 26 de febrero de 1997 con el objeto de colocar Obligaciones Negociables del CEI, sostiene que su mayor accionista es "Citibank, a través de International Equity Investments", lo cual explicita inequívocamente la relación. Entre los principales accionistas el Prospecto también menciona a "un grupo económico que incluye a Banco República S.A. y United Finance Company Ltd. (el Grupo Banco República)", es decir un nexo distinto al anterior y no coincidente con el que el escribano Moneta describió a La Nación. Lo único seguro es que Moneta representa a ambos, pero ello no dice nada acerca de la inextricable identidad de los accionistas de UFCO. Quien se aventure un paso más en esta Terra Incognita, advertirá que la hermética UFCO posee el 26 por ciento de las acciones del CEI y el Banco República sólo el 4,27 por ciento. Esos porcentajes surgen del borrador de un nuevo Prospecto que Citicorp Holdings entregó a la Bolsa el 4 de diciembre del año pasado como parte de un proceso de suscripción de acciones y que aún no ha sido difundido públicamente. Según el mismo documento, la participación en el capital de International Equity Investments era del 39,88 por ciento y la de Los W S.A. (el Grupo Werthein) del 17,03 por ciento. También figuran con porcentajes menores International Investments Union (4,06 por ciento), UBS Client Segregated Collateral y Securities Safekeeping (2,89 por ciento), Mercantil Valores Sociedad de Bolsa y Barclays Bank (1,3 por ciento), Mercantil Valores Cuenta Garantía (1,37 por ciento), West Merchant Bank Limited (1,28 por ciento), Directores y Ejecutivos del Banco de Galicia y Buenos Aires (1,15 por ciento) y Otros (6,69 por ciento). Según las informaciones que dejó trascender el Citicorp, uno de los temas de conversación durante la visita de Semana Santa de John Reed sería la reducción de la participación accionaria del grupo financiero estadounidense en el CEI. Pero el 29 de diciembre de 1992 Citibank se comprometió ante "determinados accionistas" a mantener como mínimo una participación del 40 por ciento en el capital ordinario de CEI hasta el 29 de diciembre del 2002, según la propia información comunicada por el holding a la Bolsa. Después de la suscripción de acciones, de la que se encargará Merrill Lynch&Co. y no el propio Citicorp, International Equity Investments, el Grupo Banco República y el Grupo Los W "continuarán controlando la elección de la mayoría de los directores del CEI y el resultado de la mayoría de las decisiones que requieren aprobación de los accionistas", dice el paper presentado a la Bolsa. Reed también analizaría la posible compra de un banco aquí, que podría ser el de Mendoza, surgido de la privatización de dos bancos estatales de esa provincia (Mendoza y Previsión Social). Fue adquirido hace dos años por Moneta, y hasta ahora ha funcionado a pérdida. No sería la primera vez que los accionistas del Citicorp International cargarían con un mal negocio de sus personeros locales. Ya ocurrió con Celulosa y el Frigorífico Rioplatense, adquiridos a Carlos Sergi y Rodolfo Costantini cuando Juan Navarro aún trabajaba para la corporación. Hace tres meses, cuando Moneta decidió apartarse del negocio de compra y venta de bonos y acciones, Pablo Lucini dejó saber que a mediados de este año los dos bancos mendocinos podrían fusionarse con el Banco República. No está claro si Reed contemplaría la adquisición del trío de entidades o si de lo que se trata es de una mejor alternativa ideada por el escribano para su delicada situación como banquero.
Retornos La confusión de activos y denominaciones está en el origen del conflicto de Moneta con su ex gerente y amigo Jorge Macchi, cuya cruzada personal se dirige a cobrar lo que considera suyo: tres millones de dólares en honorarios y comisiones. El motivo del litigio es el bello edificio que el arquitecto tucumano César Pelli erigió en la manzana irregular delimitada por Tucumán, Viamonte, Madero y Bouchard, y que fue inaugurado por el presidente Menem. Allí tienen sus sedes Telefónica de Argentina, CEI y la consultora Morgan&Grenfell, que alquilaron sus pisos por intermedio de Castro Cranwell&Weiss. "Del 91 al 95 trabajé con Moneta como director de República Propiedades y promotor de negocios especiales a porcentaje. No tenía nada que ver con el banco ni con CEI. Mi negocio siempre fueron las propiedades y no quise ser parte de las otras empresas. Era el broker o developer de los asuntos inmobiliarios del grupo. Ganaba bien y me hacía pocas preguntas. Creí posible mantener la sociedad aislada", recapitula Macchi. "Cuando empezó el edificio Pelli, Moneta me dijo que iba a ser propiedad de CEI y que por eso tenía permiso para usar el nombre Citiconstrucciones. Pero por alguna razón que él debería explicar no fue así", sostiene. Citiconstrucciones no reconoce vinculación con el Citibank, que sin embargo y llamativamente no formuló objeciones al uso del nombre. Con crédito de proveedores y préstamos del Citibank, Citiconstrucciones edificó a un costo de 36 millones de dólares, más 8 del terreno, que un ex alumno del colegio San Jorge como Moneta y Handley, Octavio Caraballo, entregó como compensación por la ruptura de la sociedad de Bunge & Born con Moneta en Petroquímica Río II. El presidente de UFCO, Carlos Basílico, también preside Citiconstrucciones, cuyos principales accionistas son UFCO, y República Propiedades. A su vez, los accionistas de República Propiedades son Moneta y la compañía Monfina SA (es decir Moneta Finanzas). El representante de Monfina es el cuñado de Moneta, Marcelo Moy Padilla. También en este caso es obvio que no es el escribano quien se esconde detrás de la sociedad fantasma. El 28 de junio de 1996, Citiconstrucciones vendió el edificio Pelli en 98 millones de dólares a República Compañía de Inversiones SA, cuyos accionistas son los mismos Moneta y Monfina y el mismo día lo hipotecó en 93 millones de dólares al Banco República, aunque el valor de mercado del edificio difícilmente pase de los 70 millones. O sea que Moneta construyó el edificio y se lo vendió a Moneta, que lo pagó con un crédito inflado de Moneta. Operaciones parecidas de compraventa/autoventa precipitaron las desgracias del Banco Oddone en la década del 80 y del de Crédito Comercial de La Plata en ésta. Sin embargo, en el balance al 30 de junio de 1995 presentado al Banco Central el edificio ya figuraba en el activo del Banco República, valuado en casi 45 millones de dólares. Macchi sostiene que el dinero obtenido con ese pase mágico se aplicó a la compra de los bancos mendocinos. Si el escribano hubiera cumplido con el pago de las comisiones prometidas a Macchi, nada de esto hubiera salido a la luz. "El alquiler del edificio había sido encargado a Castro Cranwell & Weiss y la inmobiliaria se comprometía a retornarme por debajo de la mesa la mitad de sus comisiones, que yo a mi vez compartiría con Moneta. Pero Moneta decidió excluirme aduciendo que los inquilinos eran Telefónica y CEI, es decir él mismo", dice Macchi sin enrojecer. El 16 de diciembre pasado, en una conversación telefónica con Christian Weiss que dejó registrada, Macchi verificó que la inmobiliaria había cumplido con su parte del trato, pagando el 50 por ciento a Moneta sin factura y redobló sus esfuerzos de cobranza. Este caso hará historia como el primero en el que un retorno se reclama por carta documento y reportajes en los diarios. Bicho raro El total prestable a un cliente vinculado no puede pasar, según las reglamentaciones del Banco Central, del 15 por ciento de la Responsabilidad Patrimonial Computable de un banco. Es decir, en este caso menos de 20 millones de dólares. Tampoco es admisible un crédito hipotecario por el 95 por ciento del precio del edificio, que además estaba sobrevaluado en no menos del 30 por ciento de su valor de mercado. El autopréstamo autorizado por el Banco Central entre empresas del mismo grupo económico, la privatización de los bancos mendocinos, el cumplimiento de las obligaciones impositivas y la participación de la compañía offshore de accionistas desconocidos en el paquete de CEI fueron objeto de un pedido de informes al Poder Ejecutivo de los diputados Juan Pablo Cafiero y Darío Alessandro quienes reclamaron una "necesaria y obligada investigación en defensa de nuestra sociedad". El viernes santo, Macchi se comunicó con el vicepresidente del Citibank, Guillermo Stanley para solicitar una entrevista con John Reed. "Tal vez ahora les parezca una locura y más adelante se pregunten por qué no habremos hablado a tiempo con este tipo", se jacta Macchi, muy a gusto en su personaje de bicho raro. Al cierre de este artículo, ni Macchi ni los legisladores habían recibido respuesta.
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