"ESTAMOS MANCHADOS CON SANGRE"
|
Constanzo participó en la represión clandestina en esa provincia antes de convertirse --en 1977-- en miembro del destacamento de Operaciones Especiales del Segundo Cuerpo de Ejército. Integró "la patota" de la tétrica quinta de Funes en Rosario y fue inicialmente retratado por su ex prisionero Jaime Dri, en un testimonio que el autor de esta nota utilizó como base para el libro Recuerdo de la muerte ("Tucu: Con la cachaza tucumana. Viejo. Experimentado. Ojo, es observador"). Raúl Topa, por su parte, es la esperanza blanca de Carlos Corach para una eventual sucesión del gobernador Antonio Domingo Bussi, cuya suspensión ya era virtualmente un hecho en el momento de escribir estas líneas. Topa es un hábil político, de buen diálogo con la oposición tucumana y hasta ahora había rumores pero no precisiones sobre su intervención personal en tareas de inteligencia y represión, en los tiempos en que Bussi era gobernador militar de la provincia. La carta-documento, que se publica de manera exclusiva en estas páginas, le llegó al vicegobernador en una fecha mafiosamente elegida: el 24 de diciembre del año pasado. Cuando el remitente lo imaginaba ante "una muy buena mesa navideña en compañía de los tuyos". Topa mantuvo oculto el virtual chantaje. Como también ha ocultado una muy reciente amenaza contra su vida por parte de quienes no quieren verlo sucediendo a Bussi. La advertencia de "Pochi" Constanzo, que hoy hace pública Página/12, destapa, en un lenguaje que nada tiene que envidiar a la novela negra, las conexiones familiares, políticas y posiblemente "operativas" entre el político al que todos los observadores consideran el más dialoguista y moderado de Fuerza Republicana y el macabro "Tucu", que en una quinta semiabandonada, frente a la autopista Rosario-Santa Fe, envolvió en frazadas los cadáveres de los 16 prisioneros de Funes, que luego serían arrojados a las aguas de la Bahía de Samborombón. Ese Tucu que sabe, posiblemente, cual fue la suerte corrida por los mellizos que le nacieron a Raquel Negro, la compañera de Tulio Valenzuela, el hombre que denunció la "Operación México" ideada en 1978 por el general Leopoldo Fortunato Galtieri para secuestrar y asesinar a Mario Firmenich y otros dirigentes montoneros exiliados en tierras aztecas. La identidad del "Tucu" fue revelada al CELS en 1987 por Gustavo Francisco Bueno (alias "Germán Bueno" o "Banegas"), otro miembro de la banda de Galtieri en Rosario. Desde entonces, Constanzo figura en los registros de represores como "miembro del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario. Secuestrador del C.C.D. (Centro Clandestino de Detención) 'Granadero Baigorria'. Impune por la ley de 'Punto Final'". En junio de 1992 Constanzo apareció teatralmente en la redacción de Rosario/12 y le reveló al periodista Reynaldo Sietecase que el teniente coronel (RE) Rodolfo Riegé, a la sazón secretario de Salud Pública en el gobierno de Carlos Reutemann, había participado en el asesinato de los 16 prisioneros de Funes. Tanto Riegé como el entonces ministro de Gobierno de Santa Fe, Jaime Belfer, salieron a desmentir a Constanzo, un presunto propalador de "absurdos" y "pavadas". Sin embargo, su relato de la fallida "Operación México" (cuyo resonante fracaso internacional obligó a Galtieri a "levantar" la Quinta de Funes), coincide casi punto por punto con la denuncia nunca desmentida de Jaime Dri. En aquella entrevista, el Tucu reveló que había participado en el "Operativo Independencia" de Tucumán, bajo las órdenes del general peronista y fascista Acdel Vilas. También descubrió que, en 1977, había sido reclutado para la banda de Galtieri por el teniente coronel Pascual Guerrieri (el "Señor Jorge" de la Quinta de Funes) que ha realizado trabajos para la SIDE en el actual gobierno. Y esos vínculos constituyen otro punto de contacto ideológico con Raúl Topa, (el nieto de su padrino Nelo), que también procede de la derecha peronista y que alguna vez ha sido sondeado para emigrar desde la fracción NOS (Nuevo Orden Solidario) de Fuerza Republicana a las tiendas del PJ. Después de una nueva temporada en la oscuridad, Constanzo aceptó dialogar con otro periodista rosarino, Carlos del Frade, autor de un video sobre "El Rosario de Galtieri" y un libro sobre "Desaparecidos y Desocupados". Del Frade lo vio "en el living que inventó en el viejo garage de su casa de Pueyrredón 2931" ataviado con "un impecable traje marrón y corbata con dibujos de Mickey y Tribilín" y allí le escuchó decirle: "Usted escriba un libro y después vea cómo podemos repartir lo que surja. Creí que había venido para ofrecerme una película. Hay que hacer negocios". Después se dedicó a condenar a sus antiguos patrones, los militares del Proceso: "Yo luché por la patria, la bandera, esas cosas, pero ellos se quedaron con la plata." Ya en tiempos democráticos, Constanzo trabajó durante nueve largos años con el sindicalista y legislador justicialista Luis Rubeo y no parece haberle ido muy mal. "Tiene un automóvil casi nuevo y dos camiones con los que trabaja en el Mercado de Productores de Fisherton trayendo fruta desde Tucumán". De yapa, admite haberle dado a cada uno de sus hijos "casa y auto". Pero a Topa le reprocha, en su carta-documento, que se haya "olvidado" de un amigo y no le haya tirado ningún hueso. Poco tiempo atrás, descubre a Del Frade en un café rosarino que está en la esquina de Maipú y Mendoza y le entrega sorpresivamente su mensaje de amenaza al vicegobernador tucumano. "Quiero difundirla", le dice. Y vuelve a preguntarle si consiguió el dinero para hacer un libro. Cuando Del Frade le dice "que no", Constanzo "se va". La historia sigue en Tucumán. Donde Raúl Topa es conocido como "el Gallo". Apodo que no se acomoda con su fanatismo por Boca. En la aldea se comenta que el Gallo es un hombre de la noche, desde los tiempos en que estudiaba derecho. Algunos afirman que fue dueño de una "whiskería", como se decía en los setenta. Más interesante resulta saber que, en 1975, el estudiante de derecho que había pedido prórroga para el servicio militar y ya se había recibido de abogado, ingresó al Ejército como subteniente de la reserva "en comisión". A partir del golpe militar estuvo en la Fiscalía de Estado, que conducía el entonces capitán y ahora coronel auditor (retirado) José Roberto Abba, un fanático de ultraderecha, íntimo de Bussi, al que varias fuentes atribuyen el manejo de los asuntos turbios de la gobernación militar de Tucumán. Incluyendo el "apriete" de alguna gente de fortuna. Nadie sabe o recuerda, en cambio, si Topa participó en el "Operativo Independencia", como parece sugerirlo la carta de Constanzo, pero algunos memoriosos evocan su irrupción, el propio 24 de marzo de 1976, en la Caja Popular de Ahorros de Tucumán, donde se quedaría (ya fuera de la colimba) durante toda la dictadura militar. Y algún episodio realmente oscuro. Como la denuncia que llega por fax desde San Miguel de Tucumán: el diario Noticias fue un vespertino muy importante que competía en información con La Gaceta. Cuando falleció el propietario de ese medio, Angel Raffo, la crisis llegó al diario y los empleados solicitaron la creación de una cooperativa. Es por esto que el gobernador peronista Amado Juri decidió (el 24 de octubre de 1975) expropiar la empresa y hacerse cargo del diario pagándolo en cuotas que no llegó a cancelar. Cuando se produjo el golpe, Bussi dio marcha atrás con la expropiación para quedarse con el medio. Pero la viuda y el hijo de Raffo se opusieron a los planes del gobernador militar. Poco después, en junio de 1976, hombres del Ejército buscaron a la esposa de Raffo, Eva Boss, y la llevaron a la Casa de Gobierno. Bussi la esperaba en su despacho, con una pistola sobre la mesa y fotos de fusilados bajo el vidrio de su escritorio. Un capitán le explicó con amabilidad: "Estamos acostumbrados a ponerle dos granadas en los bolsillos a la gente que no responde a nuestros pedidos". Ante esa oferta irresistible la mujer firmó el contrato que le alargó Bussi. En ese mismo momento una comisión militar buscaba a su hijo Rubén Boss para comentarle que su madre estaba con Bussi y que él también debía firmar la entrega del diario "al general". Rubén firmó. El militar que supo persuadirlo, con buenos argumentos, era el subteniente que se había ganado la confianza del capitán Abba. Un tal Raúl Topa.
LA LEGISLATURA TUCUMANA SUSPENDERA HOY A BUSSI OTRO PASO HACIA EL RETIRO Desde Tucumán Y el dictamen se firmó. Antonio Domingo Bussi, el general amonestado, será suspendido hoy en sus funciones como gobernador por los ocho miembros de la comisión de Juicio Político de la Legislatura provincial. Bussi está alterado y enojado. No está seguro de si resistirá. No sabe si el vicegobernador Raúl Topa cumplirá su promesa de apoyarlo o si --por el contrario-- asumirá en su lugar. Desorientado políticamente, el ex dictador sólo atinó a una movida jurídica: el sábado ordenó a sus abogados que realizaran una presentación ante la Justicia para evitar que lo obliguen a abandonar su despacho de la Casa de Gobierno. Cuando a las 11 de hoy los ocho miembros de la comisión de Juicio Político se reúnan --los tres representantes restantes que pertenecen a Fuerza Republicana no estarán presentes porque renunciaron a la comisión-- la suerte del gobernador estará echada. Los legisladores leerán los fundamentos del dictamen, ya firmado, y se notificará a la Legislatura y a Bussi que inmediatamente quedará suspendido. Roque Raúl Topa, el vicegobernador, deberá citar a los legisladores en las próximas 48 horas y de esta forma se conformará el tribunal de enjuiciamiento que será encabezado por el presidente de la Corte Suprema de Justicia local, René Mario Goane. Dos altos funcionarios del general amonestado confiaron a Página/12 que Bussi está molesto y a la vez confundido ya que sus abogados no logran convencerlo de la estrategia que debe seguir. Tiene muchos frentes que cubrir y no sabe cómo hacerlo. Los ultrabussistas, los de la primera hora, apodados en Tucumán "paladar negro", le gritan al oído que debe resistir y provocar la intervención. "Esta es la mejor forma de asustar a los legisladores que cuidan más el bolsillo que los intereses de la provincia", señaló uno de los funcionarios consultados. Otro tema que desvela a Bussi es la actitud que tomará su vicegobernador. A pesar de que Topa dijo en varias ocasiones que acompañará a Bussi en todo, muchos, incluidos los ultrabussistas, sospechan que cuando el general esté suspendido, puede cambiar de idea y aceptar reemplazar a Bussi argumentando la necesidad de preservar las instituciones. Abona esta sospecha la óptima relación que conserva Topa, un peronista histórico, con el gobierno nacional. Topa, el hombre de barba mefistofélica y el pasado escabroso (ver nota principal), no está solo. Es conocida su relación con el Nuevo Orden Solidario (NOS), la línea interna de Fuerza Republicana que promueve el llamado postbussismo. Los principales referentes del NOS, los legisladores Pablo Baillo, un ex oficial del Ejército, y Pablo Walter sostienen que Bussi debe acatar la suspensión por 60 días que le impondrá la comisión legislativa. Si Antonio Bussi acepta hoy abandonar su cargo, manchará por tercera vez su tan querida foja de servicios. El Tribunal de Honor lo suspendió hace poco por mentir sobre su cuenta en Suiza, pero pocos recuerdan que en marzo de 1987 el entonces ministro de Defensa del radicalismo, Horacio Jaunarena, ordenó un arresto de 20 días a Bussi al responsabilizarlo de una campaña de desestabilización contra el que fuera jefe del Ejército, Héctor Ríos Ereñú. No es el único problema que afronta la familia del general. La Alianza confirmó que sus diputados nacionales promoverán una cuestión de privilegio en contra de su hijo Ricardo. El joven diputado dijo el martes pasado que "resistiremos la intervención y hasta la Gendarmería". Apología de sedición, gritaron desde la oposición. Bussi está enojado y preocupado. En tanto, Raúl Topa no está tan solo y espera.
"MANCHADOS CON SANGRE" El siguiente es el texto completo de la carta documento enviada por Costanzo a Topa: "Lamento profundamente tener que comunicarme por este medio con quien considero un verdadero "amigo", ya que los innumerables llamados telefónicos que te he efectuado (con resultado negativo) me van a ocasionar una factura telefónica que no estoy en condiciones de abonar. Espero que cuando hayas recibido esta CD, hayas tenido una muy buena mesa navideña en compañía de los tuyos, lo que yo no voy a poder tener por obvias y conocidas de tu parte circunstancias. "Recuerdo en este momento que los dos estamos manchados con mucha sangre, por una causa que ambos abrazamos con profunda y patriótica convicción. No quiero que te olvides de una vieja unión de las familias Topa/Costanzo, del cual tu abuelo (Nelo) era mi padrino. Creo que si tu difunto padre al día de hoy hubiera estado vivo, tu respuesta a mi humilde pedido de ayuda (temporaria) habría sido otra. No quiero que en un futuro me puedas llegar a considerar un desleal, si en algún medio masivo de comunicación se hace mención a episodios que vos lo viviste tanto como yo en los años 1975 y 1976. Como apreciarás quiero preservar las tradiciones de nuestra familias, nuestros recuerdos y costumbres y nuestra amistad, por sobre la triste circunstancia por la cual estoy atravesando, al ver el "olvido" de un amigo que me prometió lo que yo le pedí. Hoy sos vicegobernador de nuestra provincia, mañana serás un ciudadano común y corriente como soy yo ahora. Te pido que reflexiones en mis pensamientos y verás que no estoy equivocado. Un beso a tu esposa y a tu hija, y espero que el año 1998 sea mucho mejor para ambos. Te saluda un verdadero amigo (no circunstancial)."
Pochi Costanzo
RETIRAN A POLICÍA POR OCULTAR DATOS EN EL '76 Por Andrés Klipphan En una de sus últimas resoluciones administrativas, el hasta hoy interventor civil de la ex Policía Bonaerense, Luis Lugones, ordenó "el pase a retiro del comisario Julio César Morazzo", un oficial de la Dirección de Asuntos Judiciales. La decisión fue tomada después de que los funcionarios corroboraran la veracidad de una nota publicada por Página/12 que revelaba que Morazzo, a fines de 1976, instruyó una causa por el supuesto "homicidio" de una joven cuyo cuerpo fue sepultado como NN, a pesar de que Morazzo sabía que se trataba de la militante del ERP Rosa Eugenia Novillo Corvalán. Morazzo ocultó esa información no sólo al juzgado federal que intervenía, sino también a los familiares de la chica. Tota, tal su sobrenombre, había sido arrojada al Río de la Plata posiblemente durante uno de los "vuelos de la muerte" de la ESMA. La reconstrucción de los hechos, que posibilitaron que la Policía ocultara no sólo la identidad, sino también las circunstancias en que habían asesinado a la dirigente política, fue publicada en este diario el 27 de febrero pasado por la periodista Lila Pastoriza. Este diario pudo saber también que Lugones podría firmar antes de que asuma León Arslanian como ministro de Seguridad y Justicia bonaerense (ver aparte) un segundo pase a retiro. Se trata del subcomisario médico Jorge Héctor Vidal. Su legajo es el 012.920 y había sido condenado a pasar varios años entre rejas por la Justicia federal de Morón por "incurrir en el delito de alteración del estado civil de la menor Paula Eva Logares". Vidal también fue denunciado ante la Conadep por haber participado en la sesiones de tortura en la Brigada de Investigaciones de San Justo. En el libro Nunca Más figura en forma destacada el relato del psiquiatra Norberto Liwsky donde cuenta que, después de ser secuestrado y tabicado, "... me arrojaron sobre una mesa. Me ataron de pies y manos. Ya atado, la primera voz que oí fue la de alguien que dijo ser médico y que me pidió que no me moviera porque los dos balazos que me habían metido en la pierna eran graves". Ese médico era justamente Vidal. El actual subcomisario médico abandonó la prisión donde purgaba condena por la sustracción de una niña nacida en cautiverio gracias a la ley de Punto Final dictada por el ex presidente Raúl Alfonsín. "La voluntad de cavar tumbas sin nombre" era el título de la nota de este diario y estaba basada en la paciente investigación realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Esa pesquisa reveló que el cuerpo de Novillo Corvalán había sido encontrado el 6 de diciembre de 1976, en Punta Indio a orilla del río. Y que, después de haber sido trasladado al cementerio de Magdalena, el oficial Morazzo le había ordenado al médico forense Héctor Baudino realizar la autopsia. Las manos de la víctima, como se acostumbraba por aquellos años, fueron enviadas al laboratorio de Necrodactiloscopía para identificar las huellas. En la nota, se cuenta que la autopsia "describe con precisión por lo menos tres disparos y sus efectos, y agrega que posteriormente el cadáver fue 'arrojado a las aguas del Río de la Plata, donde ha permanecido aproximadamente por un lapso de diez a doce días'". Casi dos meses después, el Registro Nacional de las Personas identificó las huellas dactilares como las de Rosa Eugenia Novillo Corvalán. El hasta hoy comisario que desempeñaba funciones en la Dirección de Asuntos Judiciales recibió el informe con la identidad positiva de la mujer fusilada en el Destacamento de Benavídez. Pero el instructor no lo agregó al acta, no informó al juez que intervenía en el caso, y mucho menos a los familiares de la militante del ERP que ya la buscaban en forma desesperada. Tuvieron que pasar 21 años para que se conociera la verdad. "Considerando que se hace imprescindible delinear un nuevo perfil policial bonaerense a través de la reconversión de sus cuadros, adecuado el modelo policial a la realidad de la democracia institucional del país (...) el interventor de la Policía Bonaerense resuelve ordenar el pase a retiro del comisario (legajo 012.071) Morazzo Julio César", dice la resolución firmada por Lugones y el director General Oscar Fueyo, que lleva el número 104.315. Página/12 no sólo tuvo acceso a ese documento, también a la foja de servicio del oficial en el que se destaca que el hombre que ocultó la identidad de por los menos una víctima del terrorismo de Estado fue premiado varias veces durante la democracia. La última fue una felicitación recibida por "el grado de capacidad, preparación y profesionalismo demostrado" el 18 de julio de 1997.
|