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SUBRAYADOS

 

COMO LOS DIOSES

Por J. M. Pasquini Durán

t.gif (67 bytes) Los hombres siempre envidiaron a los dioses por la certeza sobre el futuro. Para imitarlos, consultan los naipes, las hojas del té, la borra del café, los oráculos, las líneas de la mano, los astros, las estrellas, los horóscopos y los pronósticos periodísticos. En la prensa, lo deseable es que el futuro quede en suspenso hasta la próxima edición, para que la realidad no arruine un buen anticipo. Con un poco de soberbia y sin la osadía suficiente, la moda impone que los presagios sean de módico alcance, apenas una semana.

Pues bien, la semana que viene el gobierno, mejor dicho el presidente Menem, seguirá en el centro de la atención política. Pondrá en funciones a Ramón Ortega, flamante chiche, en la tarea de asistente social. Asumirán también los nuevos secretarios Miguel Angel Toma (seguridad) y Eduardo Amadeo (antidrogas), dos perdedores. Uno fue vencido por Scioli en las internas porteñas del PJ y el otro tuvo que ceder el cargo que ocupará Palito. Mientras tanto, Eduardo Duhalde seguirá deshojando los interminables pétalos de su margarita electoral: "Me corto solo, me bajo, me subo, me quedo".

Mientras el ala política piensa sólo en las elecciones de 1999, el ala económica en los próximos días seguirá recitando de memoria cada palabra del último informe alarmista del Fondo Monetario Internacional (FMI), a ver si de una vez por todas convence a propios y extraños de que la verdadera continuidad está en el "modelo" y no en las urnas. Menem, más ambicioso que todos, quiere repetir la performance que lo hizo famoso: el "modelo" y los votos, todo junto. Habrá peleas y peleítas, pero ninguna de fondo.

El fin de semana, el Presidente encontrará alegrías. Los días 18 y 19 en Santiago (Chile) se juntará con sus pares de la región en la segunda Cumbre de las Américas (la primera fue en Miami hace cuatro años). Allí, hablarán de libre comercio y educación, pero en la intimidad el cotilleo se ocupará de Cuba (¿qué hacer después de la visita del Papa?) y la recompra de armamentos "made in USA" para los soldados criollos.

Hablando de soldados, no faltarán desazones en el almanaque oficial. Para hoy está la promesa tucumana de producir dictamen sobre el futuro político de Domingo Bussi, mancillado ya en su foja militar. No es asunto que desvele al general Balza, preocupado como está sobre algún juez pícaro que estudia el primer fallo sobre los alcances de la reciente derogación de la Obediencia Debida y el Punto Final. ¿Volverán los juicios?

¿La oposición? Está muy activa: sus grupos de estudios no cesan de estudiar para los exámenes parciales del primer cuatrimestre. También este lunes se reunirá Memoria Activa en Plaza Lavalle, el miércoles los jubilados en Plaza Congreso y el jueves las Madres en Plaza de Mayo. Bueno, la suerte no cambia de un día para el otro.


 

EL DESTINO INEXORABLE

Por Julio Nudler

t.gif (67 bytes) Primero pareció un chiste, pero luego el chiste se licitó. Y nadie pudo ya reírse de la ocurrencia. También las cárceles serían privadas, como la luz y el agua. El castigo, si no hay indulto, es un servicio público como cualquier otro. Debajo de todo servicio hay una ecuación, una manera de calcular el monto de la inversión y el precio que asegure la deseada tasa de retorno. Con el prestado a la sociedad por las celdas que apartan a los malos de los buenos pasa lo mismo. Sólo que como nadie pagará para que lo encierren, la factura debe asumirla el Estado, que confiará los presidios al holding que le cobre el menor canon, porque así lo exige una buena administración de los dineros públicos.

A Techint, dueño de una constructora y productor de acero, el negocio de erigir y explotar prisiones tenía que resultarle atractivo. En el contexto de una sociedad cada vez más violenta, nada hacía temer por la rentabilidad del servicio penitenciario, de creciente demanda. La compañía de los Rocca resolvió por tanto presentarse a la primera licitación, como paso inicial de una decisión estratégica: ofertar por todas las cárceles federales y provinciales que se concursen en el futuro. Es la manera de amortizar mejor el esfuerzo y acumular prestigio en el duro oficio de cancerbero, con altos índices de satisfacción del cliente.

Formular una propuesta exige, sin embargo, mucho trabajo previo de arquitectos, ingenieros, abogados y lobistas. También hace falta que alguien elabore la ingeniería financiera del proyecto, las fuentes de crédito, los flujos de caja. Techint contaba para esa faena con su gerente de finanzas, un economista relativamente joven pero experimentado, talentoso, creativo, algo extravagante y demasiado culto para los cánones del oficio. Lo que Ramón Da Bouza no podía saber cuando asumió la tarea era que los portones de las cárceles que levantaría Techint gracias a su pericia de financista irían a cerrarse después detrás de sus propios hijos por el aberrante delito de asesinarlo a él.

Como en la tragedia griega, un destino inexorable atrapó a Da Bouza. Sin saberlo, construiría la prisión de sus hijos y, para cumplirlo, debería perder la vida. De pronto, una dimensión trascendente y brutal se infiltró en la cotidiana trivialidad del economista, irrumpiendo allí donde nadie la espera. Quizás ocurra más a menudo sin que ninguno lo advierta. Tal vez cuando los economistas construyen los modelos donde quedará encerrada por largos años toda la sociedad, también responden a un destino trágico.


 

VIDAS PARALELAS

Por Claudio Uriarte

t.gif (67 bytes) Dos teocracias --una que puja por nacer, otra que se resiste a morir-- están llegando a momentos críticos en la definición de sus respectivas existencias. La teocracia que puja por nacer es la de los fundamentalistas islámicos de HAMAS en la Autonomía Palestina, y ha entrado bajo fiero ataque por parte de la Autonomía Palestina misma, que dispuso el arresto de sus principales jefes militares y políticos, además del de otros 250 militantes; la que se resiste a morir es la que comanda el remoto líder religioso Alí Jamenei en la ciudad sagrada de Qom en Irán, que ya arrestó al moderado alcalde de Teherán --en un tiro por elevación al presidente moderado, Mohammad Jatami--, pero que está vaciada de la legitimidad que en un momento le dio la revolución islámica de Jomeini en 1979.

En ambos casos, un desenlace sin sangre parece inverosímil. En la Autonomía Palestina, porque Yasser Arafat necesita desarmar una estructura militar importante, como paso previo para acorralar al premier derechista israelí Benjamin Netanyahu a que cumpla sus compromisos. Gente de la CIA está trabajando con Arafat y su poderoso jefe de policía, el coronel Jibril Rajuv, como forma de monitorear el cumplimiento de la OLP con sus propios compromisos de contener el terrorismo. De hecho, los arrestos de los jefes de HAMAS son un golpe maestro de Rajuv, un hombre duro y curtido, de relación ambivalente con los israelíes pero con una fidelidad de hierro al mandato del líder cuya fotografía cuelga en su despacho. El líder es Arafat y el mandato es la fundación del Estado palestino.

En el caso de Irán, tampoco habrá resolución sin sangre. Porque los religiosos, que no fueron elegidos por nadie, controlan sin embargo al conjunto de las fuerzas de seguridad y al Poder Judicial. Pero por otra parte, tanto Jatami como el alcalde de Teherán sí fueron elegidos abrumadoramente por la gente, especialmente los jóvenes y las mujeres. Son la onda del futuro, pero deben pilotear una transición llena de incertidumbres y peligros hacia lo que Jatami gusta de llamar la soberanía de la ley y la vigencia de la sociedad civil.

Por último, el destino de la teocracia envejecida no es indiferente para la que puja por nacer. Porque si bien el integrismo en Cisjordania y Gaza --así como en el Líbano-- nace de razones autóctonas, por otro lado la normalización de Irán les quitaría su principal impulsor y referente externo. Esta normalización es deseable para Irán, que necesita modernizarse. Pero aún no está probado que sea inevitable.


 

SACERDOTES Y PENA DE MUERTE

Por José Pablo Feinmann

Si el paraguayo-argentino Angel Francisco Bread no llega a ser asesinado en el estado de Virginia, será en contra de los deseos del gobernador y de la lógica que sostiene a ese estado-verdugo. No hace mucho, Texas eliminó a Karla Tucker y lo hizo usando la ejemplaridad de la medida: Texas también ejecuta mujeres. Es decir, que ninguna crea que su sexo la salvará de los letales cruzados de la ley. ¿Cómo habría de ser menos James Gilmore, el gobernador de Virginia? El estado de Virginia también mata extranjeros. Y más aún si son hispánicos.

Los estados del sur son estados de hombres duros. Gente que cree en Dios, en la familia, la propiedad y la ejemplaridad del castigo. Se dice que Angel Bread, deprimido, casi entregado, transcurre sus horas rezando. Lo que nos lleva al papel de sacerdote en la pena de muerte. Es el que se acerca a la víctima para que ésta limpie su conciencia, se encomiende a Dios, entregue su alma, etcétera. Luego dice a los verdugos: "Su alma está limpia". Con lo que limpia el alma de los verdugos. El alma del ajusticiado "está en manos de Dios". El papel del sacerdote en la pena de muerte es tan indigno como el del médico en la tortura. El médico dice: "Todavía puede aguantar más". O dice: "Llegó al límite". O dice: "Está muerto". El cura dice: "Su alma está limpia. Ahora está en manos de Dios". Lo obsceno es la relación que se establece con los verdugos. Cuando el cura dice a los verdugos "su alma está limpia", les está diciendo: "Pueden matarlo". Está aliviando el alma de los verdugos. Es tranquilizador matar a un hombre que ya reposa, protegido para siempre en el corazón de lo sagrado. Los verdugos se dicen: "Está en manos de Dios. Podemos sacárnoslo de encima sin culpa alguna". Dentro del drama que instala la pena de muerte, el papel del cura no es --como suele creerse o como se postula-- auxiliar al condenado: es exculpar, tranquilizar a los verdugos.

Si alguien no lo cree así, hagamos la siguiente prueba: ¿qué pasaría si ningún sacerdote aceptara confortar a un condenado en sus últimos instantes? ¿Qué pasaría si ningún sacerdote aceptara incluirse en el macabro esquema de la pena de muerte? Los verdugos matarían en pecado. Sabrían que no depositan a sus víctimas en manos de Dios sino que las arrojan sin piedad al infierno, en manos del Demonio, tal como en verdad desean hacerlo. Tal como los sacerdotes les ayudaban a creer que no lo hacían.

Sólo algo más: es saludable que Argentina y Paraguay pidan por la suspensión de una pena de muerte. Pero --y aunque esto nos duela como pocas cosas pueden dolernos-- no tienen tradición humanista para hacerlo. Pocos países han aplicado con mayor ensañamiento y salvajismo la pena de muerte, y fuera del marco de la ley. Para colmo, el presidente del primero de los países citados --es decir, el nuestro-- es un fervoroso partidario de la llamada "pena máxima" y la ha pedido siempre que pudo. Nada de esto favorece la suerte de Angel Francisco Bread.


 

LOS ACORAZADOS Y OSCAR WILDE

Por Carlos Polimeni

La semana arderá de comentarios sobre lo bien que les fue en el retorno a los acorazados Potemkim del rating argentino. Susana Giménez y Marcelo Tinelli sumarán hoy más de 50 puntos para el rating de Telefé, les sacarán predecibles canas verdes a los responsables de programación de canal 13 y dejarán a quienes observen más allá del oleaje con una sensación de déja vù. Divertimento casi gratuito para los que no tienen con que pagar otros, la eterna mayoría silenciosa que sólo se expresa en la urnas y en el rating, y loterías parlanchinas a las que aciertan pocos entre millones, los conductores serán ensalzados por los distintos brazos del pulpo mediático para el que trabajan y minimizados por su adversario, que buscará pelos en la leche.

Mientras The Rolling Stones y Bob Dylan fracasaban en convocatoria el sábado en Brasil, con apenas 25 mil personas en un show para el que se esperaban el doble --demostrando al mundo que para ellos no habrá público en el mundo como el argentino--, aquí el grupo De la Guarda llenó por tercera vez el Velódromo con su espectáculo Doma. Mañana y el domingo próximo, con dos funciones más, redondearán una asistencia de 75 mil espectadores, demostrando que su interpretación del teatro de acción supera la convocatoria de casi todos los grupos musicales argentinos y muchos importantes del exterior. No es que éste sea el mejor show del grupo, que bien podría llamarse "De la Nuca", ni que sea perfecto en su gigantismo: es el resultado de un boca a boca alucinante, de la decantación del público que empezó a compartirlo cuando este teatro de impresiones ("no buscamos ser profundos, sino poder salir a la superficie") era un secreto de pocos.

El jueves, cuando el grupo Momix haya comenzado su tercera temporada porteña presentando Passion, sobre música de Peter Gabriel, llegarán juntas a la cartelera Happy together, alucinante recorrida de una pareja gay oriental por una Argentina que suele no figurar en las películas argentinas, Esfera, el film de terror espacial que desbancó a Titanic del primer lugar de las recaudaciones en Estados Unidos, la demorada El faro, de Eduardo Mignogna, y, si cabe en los cines, Wilde, de Brian Gilbert. Hace 103 años, Oscar Wilde escribía al prologar El retrato de Dorian Gray: "La diversidad de opiniones acerca de la obra de arte demuestra que esa obra es original, compleja y vital. Cuando los críticos no están de acuerdo, el artista está de acuerdo consigo mismo". Era una época de apasionamiento, sin dudas. Se trata del mismo hombre que, años antes, había afirmado: "Nada de lo que en realidad sucede tiene la más mínima importancia". Tal vez, hablando de literatura y verdad. O no.



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