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LA MISTERIOSA VENTA DE LA BODEGA FAMILIAR DE LOS MENEM

LA VENDIERON PERO NO SABEN A QUIÉN

Amado Menem confirmó la primicia de Página/12. Dijo, además, que no sabe el nombre del comprador.

Carlos Saúl, el único Menem que permanece en la bodega.
El nuevo socio, Carlos Spadone, tiene prisión preventiva.


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Por Ernesto Tenembaum

t.gif (67 bytes)  Amado Menem, el hermano mayor del presidente de la Nación, confirmó ayer que él y dos de sus hermanos, Eduardo y Munir, vendieron su parte en la empresa familiar Saúl Menem e hijos. "Estaba cansado de manejar el negocio. Vendimos la bodega y los viñedos situados en Anillaco", dijo Amado a la agencia Diarios y Noticias. El hermano del Presidente dijo que no sabía si la había comprado el empresario Carlos Spadone, como lo informó Página/12 el domingo pasado, una declaración curiosa si se tiene en cuenta que él mismo y sus hijos recibieron 350 mil dólares. Adrián Menem, hijo del presidente provisional del Senado, admitió en una radio riojana que "se habló de la venta entre los cuatro hermanos pero si quieren saber algo más pregúntenle a mi padre". Ni su padre Eduardo, ni su tío Carlos Saúl, ni sus otros tíos creyeron necesario explicar si vendieron, quiénes compraron y, sobre todo, cuál fue el monto de la operación. No se trata de un tema menor porque la bodega Menem es uno de los pocos ingresos que tiene el Presidente por fuera del salario como funcionario que percibe desde 1983: conocer su real dimensión fortalecería o debilitaría el argumento de quienes explican el tren de vida presidencial en base a los ingresos generados por esa pequeña empresa familiar que creció geométricamente desde 1989.

Raúl Menem, hijo de Amado y contador de la firma, también confirmó la primicia de este diario. "Hacía un tiempo que se quería vender la bodega", dijo. Auguró además "un mayor crecimiento de la firma, porque se prevén importantes inversiones que nosotros no estábamos en condiciones de afrontar". La corresponsal de DyN en La Rioja agrega: "El crecimiento perceptible de la bodega, tanto a través de la difusión de sus productos en el ámbito nacional como de la tecnificación instalada, se ha verificado en los últimos años, a partir de 1989". Como lo sostuvo este diario el domingo, sólo la llegada de uno de los socios a la Presidencia de la Nación --y la de su hermano mayor a la del Instituto Nacional de Vitivinicultura-- podría explicar el crecimiento de una firma que, hasta 1989, era principalmente conocida por ser el principal proveedor de grapa en La Rioja.

Como ocurre con la declaración patrimonial del Presidente, tampoco los números de la bodega Saúl Menem e hijos han sido difundidos oficialmente. Según el único balance que se conoce, de 1989, el capital de la bodega apenas superaría los 71 mil pesos. El responsable de planta de la empresa, Daniel Fogliatti, informó en 1992 que la bodega facturaba dos millones de pesos anuales. Un bodeguero riojano sostuvo ante este diario que la empresa nunca ganó más de 25 mil dólares anuales. Una investigación del diario brasileño O Globo concluyó en 1992 que la bodega había más que duplicado su producción desde que Menem llegó al poder. En cualquier caso, lo cierto es que siempre se trató de una bodega muy pequeña y que el precio de venta fue incrementado por algunas decisiones oficiales. Por ejemplo, el decreto provincial 1774, firmado por el ultramenemista Bernabé Arnaudo, concedió a la bodega un diferimiento impositivo de 1.646.551.

Fuentes íntimamente vinculadas con el presidente de la Nación insistieron ayer ante este diario en que el principal comprador es Carlos Spadone, un viejo amigo de Menem que fue asesor presidencial y debió renunciar tras el escándalo por la venta de leche descompuesta y con sobreprecio al Estado. "Hace tiempo que participa de la administración. Era el que consiguió vino mendocino para envasar en botellas con la etiqueta de Vinos Menem", sostuvo la fuente. Desde la semana pasada, este diario ha tratado de comunicarse con Spadone sin que el dueño de La Razón contestara los llamados. Spadone viajó a La Rioja hace un mes, para certificar la firma de Amado, quien no quiso viajar a Buenos Aires para presenciar la escritura. "En esa familia hay un quiebre", sostuvo la fuente.

 

 

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