Roque Fernández enfrentará el jueves al director gerente
del FMI, Michel Camdessus, con la peor imagen pública de la política económica desde
que Carlos Menem asumió en 1989. La encuesta que desde ese año realiza el Centro de
Estudios Para la Nueva Mayoría, conducido por Rosendo Fraga, arrojó en la primera semana
de abril una imagen negativa del programa económico del 52,5 por ciento, mientras que la
positiva fue tan sólo del 11,3. El ajuste que reclama el organismo internacional para
poner en caja las cuentas del sector externo no haría más que ensombrecer ese panorama.
También iría en contra de las pretensiones reeleccionistas del jefe de Estado, a quien
no le va mucho mejor en las encuestas. La gestión de Gobierno mereció la reprobación
del 55 por ciento de los consultados, en tanto que apenas el 11,3 la evaluó como
positiva.
"La política económica está muy identificada con la
imagen de Menem", señaló Fraga a Página/12. "Si se pudiera excluir el
factor político de la encuesta --añadió--, la aceptación de la tarea de Fernández
estaría entre el 20 y el 24 por ciento." Más allá de verse arrastrado por el
desgaste de la gestión de gobierno, la generalizada insatisfacción con el programa
económico tiene motivos propios. "El desempleo ha bajado pero aún es un problema
irresuelto. Eso es lo que más le molesta a la gente. Además, la estabilidad ya no es
visualizada como un logro del equipo económico, sino como una conquista social",
sostuvo el analista. Frente a ello, surgen nuevas demandas, como mejores condiciones
laborales, que al no encontrar respuesta "crean un cuadro de insatisfacción".
El sondeo fue realizado entre 1140 personas en la Capital Federal y el
Gran Buenos Aires. La imagen negativa del ministro de Economía se ubicó en la primera
semana de abril en el 48,1 por ciento (frente al 52,5 de la política económica),
mientras que la positiva fue del 13,5 (11,3), la "regular" del 31,4 (34,7) y no
contestó el 6,5 (1,5). "Pareciera que hay poca relación entre las tasas de
crecimiento en Latinoamérica y cómo vive la gente", sostuvo hace dos semanas el
economista-jefe del Banco Interamericano de Desarrollo, Ricardo Hausmann, en diálogo con
este diario. "Hay crecimiento y ni se siente", aseguró.
Los datos de la encuesta de Nueva Mayoría van en línea con esa
definición. El año pasado el Producto Bruto Interno se expandió un 8,4 por ciento. En
el primer trimestre, más allá de la crisis del sudeste asiático, el nivel de actividad
habría aumentado algo más del 7 por ciento. Sin embargo, la imagen del plan está en su
peor momento.
En marzo, las opiniones desfavorables del programa alcanzaban al 48,2 por ciento y las
positivas al 13,3. Según Fraga, el peor resultado de este mes se relaciona con la
percepción más crítica sobre la gestión menemista, que pasó del 53,6 por ciento a
principios de marzo, al 55 en la primera semana de abril. La mayor aceptación de la
política económica se dio en 1992, cuando llegó al 43,8 por ciento. Ahora es un cuarto
de esa cifra, lo que también explica la debilidad de Fernández para imponer sus ideas en
el gabinete y en el Congreso.
LA CAIDA DE FIRMAS DESMIENTE
DIAGNOSTICO DEL FMI
TAN RECALENTADAS QUE SE QUIEBRAN
Las
quiebras comerciales decretadas en marzo se acercaron al récord histórico y estuvieron
un 43 por ciento por encima de las del mismo mes del año pasado. Este dato, que mal
podría hablar de una economía sobrecalentada, se traduce en que 139 compañías se
fundieron durante el mes pasado, el número más alto de los últimos quince meses. Y ya
suman 227 en lo que va del '98, un 20 por ciento más que entre febrero y marzo del '97.
La misma tendencia se vislumbró en los concursos preventivos: de los 175 que existieron
en enero-febrero del 97 saltaron a los 208 del mismo bimestre de este año.
Alertada por las cuentas externas, la misión del FMI que pasó por
Buenos Aires machacó una y otra vez sobre la necesidad de realizar un nuevo ajuste para
enfriar la economía, presumiblemente desbordada por una ola consumista. Que las 139
quiebras comerciales de marzo superen a las 97 del mismo mes del año pasado, y que los
concursos preventivos hayan aumentado de 75 a 107 entre un año y otro, parecería estar
evidenciando otra realidad. Hay que rastrear hasta marzo del '95, durante el Tequila, para
contar un número más alto de empresas concursadas.
Los sectores servicios, alimentario y textil, en ese orden, fueron los
que más bancarrotas registraron en marzo, con el 60 por ciento del total, según rastreó
Fidelitas en base a datos del Banco Central. La estadística es un fiel reflejo de la
vinculación entre las empresas en crisis y la demanda interna, franja de la economía que
más preocupa al FMI por su presunto "recalentamiento". Por otra parte, los
pedidos de quiebra crecieron 10,5 por ciento y llegaron a los 867 casos, el tercer valor
más alto de los últimos seis años para un mes de marzo.
La cantidad de cuentas corrientes bloqueadas por el Banco Central
también se incrementaron el mes pasado. En marzo fueron 7062, casi un 18 por ciento más
que en igual período del '97, y 8,5 por ciento por encima a las de febrero. La mayor
parte de estos cierres se dieron por el libramiento reiterado de cheques sin fondos.
"Muchos podrían estar especulando con la posibilidad de una ley de amnistía para
los que tienen cuentas cerradas, a cambio de una multa mínima. La existencia de ese
proyecto no es más que un estímulo para incumplir con los compromisos pactados",
explicó a Página/12 el titular de Fidelitas, Raúl Ramírez March. Por su parte,
las demandas judiciales por incumplimiento en el pago de créditos cayeron 18 por ciento
el mes pasado respecto de febrero, hasta un total de 8025, pero aumentaron 35 por ciento
en comparación con marzo del año pasado. |
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