IGUAL QUE EN EL CUENTO, EL FMI ACONSEJA A ARGENTINA HACER LA CASA MAS FUERTE PARA QUE NO SE CAIGA DE UN SOPLIDO COMO CHANCHITOS CUANDO LLEGA EL LOBO
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Por Maximiliano
Montenegro El director de investigaciones económicas del Fondo Monetario, Michael Mussa, fue cauto ayer, durante una conferencia de prensa, al referirse específicamente a Argentina. "El Fondo hace lo que puede para asesorar a países miembro para que reduzcan su vulnerabilidad frente a futuras crisis. Las deliberaciones (con el Gobierno) van a continuar para poner en práctica las mejores políticas en Argentina", dijo, avalando el duro memorando dejado por el FMI en Buenos Aires, en el que reclama medidas de ajuste y advierte sobre los riesgos del creciente déficit externo. Mucho más suelto, reconoció que existe una lista de países que son monitoreados con mucha atención, mediante los nuevos "indicadores de vulnerabilidad" elaborados por el staff del FMI. "La lista me la voy a guardar, dejo que ustedes especulen sobre cuáles pueden ser esos países", dijo provocativamente, sabiendo que sus dichos en una conferencia internacional podían repercutir negativamente en los países en cuestión. En un formato mucho más técnico, en el informe publicado ayer, está la lista en la que figuran 10 países, entre los cuales no podía faltar Argentina. El World Economic Outlook dado a conocer por el Fondo Monetario reduce el pronóstico de crecimiento de la economía mundial al 3 por ciento, frente al 3,5 proyectado en diciembre pasado, y el 4,5 por ciento previo a la crisis asiática. Como anticipó este diario, sobre Argentina dice que "el endurecimiento de las condiciones financieras, junto con la proyectada desaceleración de la economía brasileña --el mayor socio comercial-- disminuirán el nivel de actividad" del 8,3 por ciento del año pasado al 5,5 por ciento durante este año. Pero advierte que, debido a la desaceleración de las exportaciones y a mayores pagos de intereses de la deuda, "el déficit de cuenta corriente aumentará, lo cual es un elemento de vulnerabilidad". Mussa, el responsable de todas las proyecciones económicas del FMI, ratificó la preocupación del organismo por la vulnerabilidad externa de algunos países. "Hay que estar dispuestos a actuar siempre, como los boy scouts. En los últimos 8 meses hemos visto de manera muy clara qué puede suceder cuando los inversores retiran su confianza de un país. Los mercados financieros pasan, de un día al otro, del optimismo a la desconfianza. La única manera es estar preparados", afirmó. Y, amante de las comparaciones metafóricas, agregó: "En esto vale el cuento de los tres chanchitos y el lobo feroz. Hay que construir una casa de ladrillos para aguantar los soplidos del lobo", dramatizó. Luego, elogió la actitud de países como Brasil, porque "aplicaron las políticas que recomendamos para reducir la vulnerabilidad de las economías emergentes": endurecer la política fiscal y subir la tasa de interés, para moderar el endeudamiento. Esas medidas son las que sugiere el Fondo a Argentina, pero que Roque Fernández se resiste a implementar. "Las cifras revelan que los países que hicieron un ajuste están más fuertes para enfrentar una crisis que lo que no lo hicieron todavía", completó Mussa. En un capítulo especial de seis páginas del informe publicado ayer, titulado "Indicadores de alarma temprana para detectar vulnerabilidades a crisis externas", se encuentra el listado que Mussa se negó a comentar. El flamante "índice de vulnerabilidad macroeconómica" del FMI incluye tres variables: la apreciación real del tipo de cambio, el crecimiento real del crédito doméstico, y el incremento de los pasivos monetarios de los bancos sin respaldo. Hasta ahora, fue calculado para cuatro países latinoamericanos: Argentina, Brasil, México y Chile, y seis países asiáticos: Tailandia, Malasia, Corea, Filipinas, Indonesia y Singapur. "El índice revela que la vulnerabilidad se había incrementado en casi todos los países asiáticos antes de la reciente crisis", dice el informe. En el caso de Argentina, el índice se encuentra en niveles similares al período previo a la crisis del Tequila en el '94, semejantes a los de Brasil y Chile y muy por encima de México. Pero en todos los casos la vulnerabilidad es bastante menor a la de los países asiáticos previamente a la crisis. "Otras variables, como el déficit de cuenta corriente (que no está incluido en el índice), también deberían ser monitoreadas", aclara el reporte. Según el FMI, el déficit de cuenta corriente (el rojo comercial más el pago de intereses y servicios reales al exterior) llegaría este año en Argentina al 4,75 por cierto del PBI, mientras en México y Brasil sería bastante menor: 2,5 y 3,3 por ciento, respectivamente. Sólo en Chile llegaría al 5,1 por ciento del PBI, pero los economistas suelen justificar semejante endeudamiento externo en economías pequeñas y abiertas al comercio mundial.
Por M. M. Desde Washington.
El Banco Mundial se sumó al Fondo Monetario en su reclamo al gobierno argentino para que aplique un ajuste que reduzca el crecimiento de la economía. Su economista jefe para Latinoamérica, Guillermo Perry, dijo que "va a haber un enfriamiento natural de la economía argentina este año, que crecerá al 5 por ciento, en lugar del 8 por ciento del año pasado". Pero recomendó a Roque Fernández "ser prudente" y resignar algún punto más de crecimiento a cambio de disminuir la vulnerabilidad del programa a un shock externo. En un diálogo con Página/12, posterior a la conferencia de prensa que ofreció ayer en esta ciudad, también reclamó al Gobierno una mayor flexibilización laboral, en consonancia con el FMI. "Sería un reaseguro de la estabilidad", argumentó. --Argentina se resiste a aplicar el ajuste que sugirió la semana pasada el Fondo Monetario. ¿Usted qué opina? --Nosotros recomendamos ser un poco más prudentes. Es preferible sacrificar uno o un punto y medio de crecimiento, pero a cambio reducir la vulnerabilidad del país al ánimo cambiante de los inversores extranjeros. Dado que los mercados financieros miran este parámetro con cuidado, y que este año el financiamiento externo va a ser más costoso debido a Asia, yo sugeriría que tomen medidas. --¿Cómo cuáles? --Con un régimen como la Convertibilidad, la principal política es la fiscal. Pueden subir algún impuesto, dentro del nuevo proyecto de reforma tributaria que está en el Congreso, o insistir en el recorte del gasto. También algo de política monetaria, subiendo los encajes bancarios, podría ayudar. --Roque Fernández dice, que si se elevaran encajes, subirían las tasas de interés e ingresarían más capitales de corto plazo. Justo el efecto contrario al esperado. --No quisiera entrar en esa polémica. La medida fiscal es la más eficaz, pero no siempre se puede hacer por motivos políticos. Entonces la política monetaria es un "segundo mejor" que también sirve. --También suena complicado políticamente hablar de desacelerar la economía en un país con 14 por ciento de desempleo. --Pero se está hablando de un ajuste que reduzca el crecimiento al 5,5, al 4,5 por ciento. No estamos hablando de caer del 8 por ciento del año pasado a un 2. --Después de la crisis asiática, el FMI y el Banco Mundial han comenzado a discutir bastante en los últimos tiempos sobre la conveniencia o no de mantener tipos de cambios fijos. ¿Por qué? --Porque en Asia la rigidez cambiaria en varios países tuvo un rol importante en el desarrollo y la severidad de la crisis. La lección es que tener tipos de cambios más flexibles es mejor, porque ayuda a los países a defenderse de los shocks externos. A México le ha servido enormemente para enfrentar la crisis asiática. Ahora, si se quiere mantener un tipo de cambio fijo, entonces hay que asegurar un gran compromiso político de dos maneras: con una convertibilidad amarrada a otros países, como lo es la moneda única europea, o con una convertibilidad como en Argentina, con una red de protección para el sistema financiero y severidad fiscal. --En un documento reciente del Banco Mundial dice que el balance de la Convertibilidad se debe hacer comparando el dolor que se dispone a aceptar con las ganancias por estabilidad. --Es cierto. Hay más dolor porque ante una caída del ingreso de capitales, el ajuste tiene que producirse con una caída del nivel de actividad y mayor desempleo. Por eso es tan importante que Argentina tenga una mayor flexibilización del mercado laboral: con mayor flexibilidad salarial, ante un shock externo, la caída del empleo no sería tan brusca. La flexibilidad incluso puede ser un reaseguro de la estabilidad, porque en casos de crisis los inversores no dudarían tanto por las tensiones sociales que genera sobre el plan económico un desocupación tan alta.
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