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ESPERANDO EL PERDÓN
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Página 12 Por Mónica Flores Correa
En el documento de 52 páginas, el Ministerio de Justicia insistió acerca de lo ya argumentado por la fiscalía de Virginia, la cual admitió en su momento que las autoridades paraguayas no habían sido informadas sobre el procesamiento de Breard. Pero dijo que el reo debería haber hecho esta protesta en las sucesivas apelaciones ante las cortes estaduales de Virginia. También repitió argumentos que expusieron ante la Corte Internacional de La Haya, señalando que "no existe una base que permita concluir que la asistencia de un funcionario consular habría cambiado el resultado de juicio penal". A primera hora de la tarde, el Departamento de Estado pareció estar pensando muy reflexivamente la suerte de Breard, de acuerdo con los siempre mentados "intereses" de Estados Unidos. El vocero James Rubin dijo que Albright temía que "la protección consular de los estadounidenses en el extranjero se viera perjudicada" por el tratamiento desprolijo desde el punto de vista diplomático que su país le dio al caso. La comunicación de Rubin contrasta con la posición oficial mantenida por el Departamento durante semanas y meses, que puntualizaba que Breard había sido condenado a muerte "al cabo de un proceso justo, en forma legítima y por un sistema legal justo, y que la intervención de cualquier otra instancia judicial constituía una interferencia indebida", en referencia a la Corte Internacional de La Haya. El jueves pasado, este tribunal de las Naciones Unidas ordenó a Estados Unidos que suspenda la ejecución programada para el martes por incumplimiento del tratado de la Convención de Viena, que estipula que las autoridades consulares deben ser advertidas cuando uno de sus ciudadanos es arrestado en tierra extranjera. Los abogados norteamericanos ante la corte mundial reconocieron que Estados Unidos no había cumplido con el mandato de la Convención, pero argumentaron que aun de haber mediado la comunicación consular, Breard hubiese sido igualmente condenado a la pena capital por la gravedad del crimen. Paraguay no cuestiona la culpabilidad de Breard pero sostiene que no recibió asesoramiento legal correcto y pide que vuelva a ser juzgado. Ricardo Caballero Aquino, vocero de la embajada paraguaya, estimó que las chances de que la ejecución se suspenda eran ayer "de un cincuenta y cincuenta. Esto es mucho mejor que el porcentaje que creíamos tener la semana pasada", dijo el funcionario a Página/12. Funcionarios paraguayos señalaron en varias oportunidades que Breard fue mal asesorado, pues debería haberse declarado culpable antes del juicio, lo que le hubiese posibilitado negociar su condena y obtener cadena perpetua en vez de pena de muerte. En cambio, se declaró inocente, y luego, en el medio del juicio, confesó haber cometido el crimen "por estar bajo la influencia de un gualicho". El gobernador James Gilmore había expresado que si la Corte Suprema falla a favor de la suspensión de la ejecución, él acataría esta decisión a pesar de gozar de facultades para no hacerlo. Ayer, Gilmore dijo que estaba estudiando un pedido de clemencia del propio Breard.
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