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En medio de una fuerte polémica, Inglaterra inaugurará este viernes una cárcel para menores de 14 años . El anuncio de la apertura de la primera child jail (cárcel de menores), situada en Kent --al sudeste del país--, fue duramente criticado por una alianza de reformadores de sistemas penitenciarios y defensores de derechos del niño, para quienes las elevadas sumas que se gastarán podrían invertirse mucho mejor en la prevención de la delincuencia infantil y juvenil. El gobierno laborista, que se había opuesto al proyecto desde la oposición, lo defendió aduciendo razones económicas y de rehabilitación. El Centro Penitenciario tendrá capacidad para unos 40 menores, a quienes se mantendrá presos por un período que oscilará entre los tres meses y el año, de acuerdo con la gravedad del delito cometido y la conducta. El gobierno hizo hincapié en los aspectos de rehabilitación que ofrecía a jóvenes "condenados a una vida de delincuencia reincidente". Además de impartírseles por lo menos 25 horas semanales del programa de estudio nacional, los menores recibirán terapia de apoyo, cursos especializados en la adquisición de técnicas para evitar la reincidencia en el delito, para combatir la drogadicción y el abuso alcohólico y unas muy especiales lecciones de anger management (manejo de la ira). Los 40 menores que ingresarán a partir del viernes han cometido una larga lista de delitos carcelables y se encuentran, a juicio de las autoridades, entre los "peores" de Inglaterra, pero son, para la ley, demasiado jóvenes para ser encerrados en una prisión adulta. Sin embargo, la Children Society, una organización que se encarga de la protección de la infancia, indicó que el costo de la operación será de unas 5 mil libras (unos 8 mil dólares) por interno a la semana. El gobierno se negó a confirmar la cifra, que es diez veces más de lo que se gastaría por poner al mismo chico en el Eton (el colegio más exclusivo de Inglaterra) o en un hotel de cinco estrellas de la categoría del Ritz. Los menores tendrán cada uno su propio cuarto con baño y una cocina común con microondas y tostadoras para prepararse la comida. Recibirán unas 3 libras semanales de pocket money (dinero que se da en Inglaterra a los niños para sus gastos semanales), que se elevarán a cuatro en caso de buena conducta. Tendrán derecho a hacer tres llamadas gratis por semana y el Ministerio del Interior se hará cargo del costo de alojamiento de las visitas de más de un día de sus parientes. Para las ONGs, se trata de un despilfarro de dinero que no solucionará nada porque el lugar se convertirá en una escuela de delincuentes. El actual gobierno laborista compartía esta opinión cuando el actual primer ministro Tony Blair era ministro del Interior en la sombra del entonces principal partido de la oposición. La primera justificación gubernamental es que los planes formaban parte de un contrato firmado por su predecesor con una compañía privada para la construcción de cinco centros de este estilo: cancelar el proyecto costaría más que ponerlo en funcionamiento.
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