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LA BODEGA DE MENEM PIERDE 75.000 POR AÑO

QUIÉN GANA LA FIESTA


Por primera vez se publican datos documentados sobre los ingresos personales de Carlos Menem. Son los que se desprenden del último balance de la bodega Saúl Menem e hijos, utilizada frecuentemente para explicar el elevado nivel de gastos del Presidente y su familia.

 

Spadone, el nuevo socio mayoritario de la bodega presidencial.

 

 

Facsímil de último balance presentado por Saúl Menem e hijos.


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POR ERNESTO TENEMBAUM

t.gif (67 bytes)  El último balance de la empresa Saúl Menem e Hijos S.A., cuyo flamante socio mayoritario es ahora Carlos Spadone y donde el presidente Carlos Menem mantiene el 12,5 por ciento de las acciones, dio 75 mil dólares de pérdida. La bodega de la familia presidencial tiene un activo que supera los seis millones de dólares y un pasivo de tres millones y medio. El patrimonio neto es de 2.707.381,82 pesos. Sin embargo, Amado Menem, medio hermano mayor del Presidente, vendió su 37,5 por ciento en sólo 350.000 dólares. Y Munir Menem, el secretario privado del Presidente, vendió su 25 por ciento en 250.000. Es decir, que Spadone compró el 62 por ciento de la empresa en 600.000 dólares. Si Carlos y Eduardo vendieran el 37,5 por ciento restante al mismo valor de la acción, el valor de la bodega apenas superaría los 950 mil dólares. El porcentaje del Presidente valdría sólo 100 mil pesos. En los últimos años, además, prácticamente no retiró dividendos y no por generosidad: sencillamente, porque no los hubo.

Los datos fueron recogidos por este diario como parte de la investigación que comenzó a publicar la semana pasada y que se inició con la revelación en exclusiva de la venta de las bodegas del Presidente al ex asesor presidencial Carlos Spadone, el nuevo socio del primer mandatario. El episodio no solamente provoca curiosidad como cualquier movimiento significativo del Presidente, sino que ha permitido acceder por primera vez a datos documentados sobre cuánto puede haber incidido en el nivel de vida de la familia presidencial la famosa empresa legada por Saúl Menem.

En 1990, cuando la revista Noticias publicó que Eduardo Menem ganaba sólo cinco mil pesos y tenía una casa de medio millón, el presidente provisional del Senado explicó que tenía ingresos alternativos provenientes de su estudio jurídico y de la bodega familiar. Cuando estalló el escándalo por la casa del Presidente y la pista de aterrizaje que se construyeron en Anillaco, el primer mandatario hizo una referencia a la riqueza de su familia. En cualquiera de los dos casos, ahora está claro que si el dinero llega de alguna parte, no es de la bodega presidencial.

En los primeros días de esta semana habrá una reunión entre Spadone y Eduardo Menem para definir el precio definitivo de la parte de la bodega que aún pertenece al presidente provisional del Senado. Carlos ya ha hecho saber que no venderá la suya bajo ningún concepto. Sea como fuere, con la compra de las partes de Munir y Amado, Spadone ya es el socio mayoritario de la empresa. Por eso es que la administración se trasladó desde La Rioja hasta Lanús y ahora funciona en unos galpones del grupo Spadone que, curiosamente, es el mismo lugar donde se conocieron el actual Presidente y el entonces dueño y fundador de la empresa Virulana. El peronismo estaba proscripto y Menem dio allí un discurso que sorprendió a gran parte de la dirigencia, entre ellos a Spadone. Las razones de la venta de las bodegas Menem son distintas según quién la explique. Desde la publicación de la primicia, Página/12 ha accedido a diferentes interpretaciones:

* Los Menem y los Spadone explican que se trata de una simple operación comercial. Amado estaba viejo y ya sin ganas de administrar la bodega. Carlos, Munir y Eduardo tienen la agenda completa con sus responsabilidades políticas. Eso hacía que un negocio potencialmente rentable diera pérdida. Carlos, entonces, ordenó a sus hermanos que vendieran para que se hiciera cargo un nuevo socio, que él conseguiría. Spadone sostiene que, como mendocino, siempre tuvo ganas de tener una bodega y que especialistas internacionales calculan que Anillaco es una zona excepcional para la producción de vinos Malbec. La promoción industrial, los créditos blandos y "el prestigio de la marca Menem afuera del país" le asegurarían ganancias espectaculares.

* En La Rioja hay una interpretación distinta. Los fondos de Spadone serían, en realidad, fondos disfrazados de Carlos Menem, con los cuales el Presidente intentaría que su bodega diera un salto importante, para justificar, después del '99, su nivel de vida. Aunque Carlos Spadone se queja porque no ganó ninguna de las licitaciones importantes que se realizaron desde 1989, su pequeño grupo económico ha tenido un crecimiento impresionante en los últimos años. Spadone ha comprado el diario La Razón, un canal de cable, ha realizado inversiones periodísticas y pesqueras en el sur del país, y ahora pretende transformarse en un importante empresario de la industria vitivinícola: planea también comprarle sus bodegas, por ejemplo, a Juan Antonio Gasset Waidat, otro amigo del Presidente que llegó a ser titular de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro. ¿Es él solo o alguien lo respalda? Spadone sostiene que esa especulación es absolutamente disparatada.

El balance con el que empieza esta nota corresponde al año 1996, el último ejercicio cerrado por el contador Raúl Menem, sobrino del presidente de la Nación, casi un año antes del traspaso de las acciones de Amado y Munir al grupo Spadone. Allí se explica que el capital de Saúl Menem e Hijos S.A. es de 300 mil pesos, tres veces más de lo que era en 1989. Es decir, que desde entonces los hijos de don Saúl pudieron integrar 200 mil pesos al capital de la empresa. En el "estado de situación patrimonial correspondiente al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 1996" figura el resultado del ejercicio: una pérdida por 74.896 pesos. Bodegueros riojanos que vieron balances anteriores sostuvieron ante este diario que en los últimos años la bodega que se hizo famosa en La Rioja por la grapa El Velazco nunca dio una ganancia mayor de 25 mil pesos.

 

EL PRESUPUESTO PRESIDENCIAL

GASTOS SIN RESPIRO

t.gif (67 bytes) Los gastos del Presidente no tienen respiro. Si bien se ocupó de ocultar su declaración jurada de bienes y el origen de los ingresos que exceden el humilde sueldo presidencial, Menem tiene un complicado presupuesto mensual. En principio debe mantener a su ex esposa Zulema, que no se conforma con poco. La ex primera dama logró en 1992 que le fijen 12 mil pesos mensuales en concepto de alimentos, frente a los 6.500 que había ofrecido su marido. En el '93, cuando Menem se atrasó en el pago de la cuota acordada, los abogados de Zulema embargaron todos los bienes del Presidente y le arrancaron 200 mil dólares de un día para el otro. Pero tendrían una sorpresa en el camino judicial, de ahí en más Zulema recibió por parte de su ex marido "apenas" 8.500 pesos mensuales.

El Presidente también enfrenta el problema por el que querelló a la revista Noticias: la relación con la ex diputada provincial Martha Meza, a quien conoció cuando estaba recluido en la localidad formoseña de Las Lomitas, y su hijo. Fue la propia Meza quien aseguró que recibía 20.000 pesos de Buenos Aires todos los meses, aunque sin aclarar la fuente de semejante erogación.

Antes de morir a bordo del helicóptero por el que su padre pagó un millón de dólares, Carlos Menem Junior gastaba más de 6000 dólares mensuales en mantener a un consejero de vestuario, a un jefe de prensa y un profesor de inglés. Otros 10 mil le insumían sus actividades sociales y el mantenimiento de un taller para sus autos de competición. Zulemita no se queda atrás. Sus gastos ascienden a unos 20 mil dólares mensuales. En su libro Pizza con champagne, la periodista Silvina Walger relata que en uno de sus primeros viajes como primera dama soporte, la hija de Menem

dilapidó 300 mil dólares durante un paseo de compras por París. Ahora continúa con la obra de su hermano, al frente de "Junior Competición".

A esto se agregan los gastos de construcción y mantenimiento de la casona de Anillaco y otras propiedades que según el director de la Oficina de Etica Pública, José María Castiñeira de Dios, "el Presidente no está obligado a declarar".


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