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EL PROYECTO DE LOS GRUPOS NEONAZIS TRAS EL FALLO CONTRA LOS SKINHEADS

SUEÑOS CON EL BRAZO EN ALTO

Después del fallo que el viernes condenó a tres hombres por golpear a Claudio Salgueiro, el tribunal ordenó investigar las actividades de los grupos skinheads. El grupo tiene grandes planes: sueñan con presentarse a las elecciones de 1999 con el apoyo de grupos nacionalistas latinoamericanos.

 

Militantes del Partido Nuevo Orden Social Patriótico en un acto del 2 de Abril.
Ellos se definen como "socialpatriotas y ultranacionalistas", en palabras de su líder.

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t.gif (67 bytes)  La sentencia que condenó a tres skinheads de Belgrano a tres años de prisión de cumplimiento efectivo no parece disuadirlos. Tampoco la decisión del tribunal de ordenar que se investigue al movimiento. Los grupos neonazis locales no se rinden: el Partido Nuevo Orden Social Patriótico (PNOSP), que intenta captar a los secundarios del oeste del Gran Buenos Aires, ahora sueña con presentarse a elecciones en 1999 con el apoyo de diversos grupos nacionalistas latinoamericanos como los ex carapintadas Albatros, que escaparon a Uruguay tras el alzamiento del 3 de diciembre de 1989.

"Somos socialpatriotas y ultranacionalistas" fue la definición que le dio Alejandro Franze, líder del PNOSP, a Página/12 para dejar en claro la ideología del grupo que dirige. Pero su boca se cerró abruptamente cuando se lo consultó sobre las versiones que vinculan a su organización con agrupaciones nacionalistas del Ejército, aunque fue terminante acerca de su relación con el ex líder carapintada y ahora intendente justicialista de San Miguel, Aldo Rico: "Con los traidores nada", dijo.

Pero a pesar de su silencio cada tanto Franze y un grupo de su plana mayor viajan durante un par de días hacia el Uruguay para encontrarse con grupos afines a su causa. Del otro lado del río viven unos quince integrantes del grupo carapintada Albatros, que conduce el ex subprefecto Raúl de Sagastizábal, en compañía de su esposa, Alicia Chiesa, y la guía espiritual del ex capellán seineldinista Moisés Jardín. Fuentes cercanas al ex coronel Mohamed Seineldín afirmaron que el grupo de la Prefectura, que se alzó en armas junto al resto de los carapintadas, no tiene relación con su jefe desde 1992, "porque son visiones políticas demasiado extremistas". Los Albatros, sin embargo, sí tienen vinculación con el teniente coronel venezolano Hugo Chávez Frías, jefe del cruento golpe militar de febrero de 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

Los grupos antinazis señalan que existe una verdadera internacional del terror en Sudamérica, y describen al PNSOP como un grupo en rápido crecimiento. La trama neonazi se extiende a Brasil con los grupos Carecas do Suburbio y White Power Skinheads, a Colombia con GRAE y Cabezas Rapadas, y a la Argentina con la Juventud Nacionalista Socialista Argentina, el Partido Nuevo Triunfo, los Skinheads de la zona norte y el propio PNSOP.

Los objetivos políticos del PNOSP hacen que el grupo trate permanentemente de evitar que se lo relacione con grupos neonazis de Argentina y del exterior. No quieren correr la misma suerte que el líder de la agrupación filonazi Alerta Nacional, Alejandro Biondini, que recibió un año de prisión en suspenso por usar la cruz esvástica, prohibida por incitar a la violencia racial, según la Ley Antidiscriminatoria.

Para compensar la falta de su símbolo preferido, los militantes del PNSOP usan un brazalete, que según ellos es un "sol vikingo, que viene de las runas paganas", pero que no es otra cosa que una cruz esvástica deformada. Por otra parte las camisas negras y su pelo rapado no hacen más que confirmar su inspiración ideológica en el Duce Benito Mussolini, a quien consideran "un hombre muy importante para el nacionalismo mundial". Sin embargo prefieren no opinar sobre la figura de Adolfo Hitler, conocedores como pocos de los límites de la ley De la Rúa.

Entre saludos nazis y pancartas que exaltan "la superioridad blanca", el grupo se reúne frecuentemente en tres locales del barrio porteño de Caballito, pero tiene su centro y principal fuente de captación de adherentes en el puesto 27 de la Feria de libros de Parque Rivadavia. Allí,justamente hace dos años, provocaron una batahola terrible cuando enfrentaron con insultos y golpes a cientos de jóvenes que habían ido a escuchar un recital auspiciado por la Coordinadora Contra la Represión Policial (ver aparte).

Después de eso no se los volvió a ver hasta el año pasado, cuando varios vecinos cansados de sus bravuconadas pidieron en cartas dirigidas al Ministerio del Interior, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al Concejo Deliberante que les levantaran el puesto y que los investigaran, pero no recibieron ningún tipo de respuesta. Sin embargo este grupo sigue creciendo y sus adeptos ya llegan a mil quinientos.

 

Informe: Darío Pirogovski



SI FALTA PREVENCIÓN, LO BUENO ES REPRIMIR

Ante el reclamo de mayor seguridad, el Gobierno propone un paquete represivo.
Duras críticas de jueces y penalistas.

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Mathov, funcionario porteño.
"Es tomarle el pelo a la gente."

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Toma, secretario de Seguridad.
"La cárcel es un disuasivo."

Por Eduardo Videla

t.gif (67 bytes) Jueces, penalistas y funcionarios porteños rechazaron el paquete de proyectos para aumentar la represión del delito y otorgarle más atribuciones a la policía, anunciado por el nuevo secretario de Seguridad, Miguel Angel Toma. Las iniciativas, que consisten en poner trabas a las excarcelaciones, aumentar las penas mínimas y crear la figura del "merodeador y sospechoso", serían enviadas en los próximos 30 días al Congreso. El juez de San Isidro Juan Makintach consideró que el plan responde a "necesidades políticas y efectistas"; Ricardo Gil Lavedra, profesor de Derecho Penal de la UBA, las calificó como "medidas de tinte autoritario de un gobierno que no tiene una política criminal seria"; el ex miembro de la Cámara Federal porteña Jorge Torlasco opinó que es un "engaño pensar que con más penas puede aumentar la seguridad", y el secretario de Gobierno porteño, Enrique Mathov, sostuvo que "decir que la seguridad se resuelve deteniendo a sospechosos y merodeadores es tomarle el pelo a la gente".

Toma precisó a Página/12 que el paquete de proyectos que impulsa contempla: "Aumentar las penas mínimas para los delitos graves; bajar de tres a dos años el piso para que un delito sea excarcelable; castigar la portación de armas de uso civil, como las de calibre 22, y tipificar la actitud sospechosa como figura predelictual", en el Código Penal. En cambio, aclaró que su propuesta no incluye bajar el límite de inimputabilidad a 16 años sino considerar como agravante la utilización de menores para cometer delitos.

El flamante secretario de Seguridad se mostró entusiasmado con las propuestas porque --argumentó-- "el incremento de las penas debe actuar como un disuasivo". El penalista Torlasco se mostró crítico hacia este criterio: "Habría que ver si los delincuentes leen los diarios y están informados sobre las penas de los delitos que cometen", dijo.

Para el ex miembro de la Cámara que juzgó a los ex comandantes, la inseguridad que padece la gente no se soluciona aumentando las penas ni modificando el régimen de excarcelación, sino atrapando a los culpables de los delitos". Torlasco dijo a Página/12 que el problema radica en el "alto índice de delitos no esclarecidos", lo que constituye un estímulo para los delincuentes, porque "tienen grandes chances de que no los atrapen".

Gil Lavedra, quien también integró la Cámara Federal, calificó el paquete como "una respuesta facilista, que demuestra que Toma no sabe nada de seguridad y que el Gobierno carece de política de prevención del crimen". "Aumentar la represión sin que se hagan estudios serios sobre criminalidad y se tomen medidas más efectivas de prevención tiene el efecto contrario, reproducir la criminalidad: se pretende encarcelar a más gente, pero la cárcel constituye un factor criminógeno", explicó el especialista a este diario.

Makintach, juez en lo criminal de San Isidro, también desestimó los proyectos de Toma al afirmar que "este tipo de soluciones no son eficaces sino efectistas". "La reforma (del Código Penal) la tienen que realizar los expertos y los que conocen el tema", afirmó el magistrado, en declaraciones a Radio Continental. Coincidió con los penalistas consultados por este diario en que "el criterio de endurecer las penas y de hacer la apología de la pena de muerte no ha dado resultado en ningún país del mundo".

Torlasco y Gil Lavedra consideraron como un "retroceso" la intención de penalizar la actitud sospechosa, eliminada como figura en el Código de Convivencia porteño. Lo mismo opinó el secretario de Gobierno Enrique Mathov: "Es absurdo que mientras el Gobierno tiene graves problemas de seguridad como el narcotráfico, las fronteras infiltradas por el terrorismo y las bandas armadas, su eje en materia de seguridad sea la penalización del merodeador o el sospechoso".


UN CERCO A LOS SKINS

El próximo viernes, a las 20, además de leer los fundamentos del fallo que condenó a tres años de prisión a los tres skinheads que le dieron una paliza a Claudio Salgueiro creyéndolo judío, el Tribunal Oral Criminal Federal 3 fundamentará por qué considera necesario iniciar una investigación sobre los skinheads en Argentina, por la presunta violación a la Ley Antidiscriminatoria. La orden, que será remitida a la Cámara Federal de Apelaciones, cita como principales fuentes de información a la SIDE y a la Policía Federal.

Los skinheads son la expresión nueva de un odio viejo. Poco se sabe de ellos, más que son pelados, usan tatuajes, borceguíes y ropa militar, camperas negras, prefieren la cruz esvástica y el águila como símbolo, adoran a Hitler y a Mussolini, y tienen como lema principal matar a judíos y stones, igual que a paraguayos, peruanos y bolivianos, a quienes culpan de que las siete plagas hayan abandonado el Nilo para instalarse en el país. Quienes más conocen de ellos son quienes tuvieron algún tipo de contacto, y prefieren no recordarlo. En este sentido, el de Salgueiro se transformó en un caso excepcional. Golpeado por creerlo judío y hasta que lo creyeron muerto, en la madrugada del 1º de julio del '95, Salgueiro logró identificarlos, llevarlos a juicio y lograr una condena.

Pero no fue el único caso de violencia y odio racial en que los skins estuvieron envueltos. Casi un año antes, en agosto del '94, 16 de ellos fueron detenidos en un colectivo, en Belgrano, porque momentos antes habían molido a patadas a cuatro jóvenes. Los skinheads fueron liberados.

Las primeras apariciones de los skins tuvieron lugar a principios de la década del 80, en recitales de música oi, derivada del punk. Se reunían en las plazas Noruega, de Belgrano, y Lezica, de Caballito.

 

 

DENUNCIA CONJUNTA POR EL ESCANDALO EN EL JUICIO

AHORA LES TOCA A LOS PADRES

El tribunal oral que condenó a los tres skinheads presentó ayer por la mañana una denuncia ante la Cámara Federal por la violenta reacción de familiares y amigos de los sentenciados, que el viernes pasado interrumpieron a los gritos, con amenazas e insultos, la lectura del fallo. La causa recayó por sorteo en el Juzgado Federal 7, a cargo de Adolfo Bagnasco. Hoy, y por el mismo motivo, la APDH, la DAIA, y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, en conjunto, también presentarán su denuncia ante el mismo fuero, reclamando la aplicación de la Ley Antidiscriminatoria. El estilo de vida skinhead provocó una respuesta contundente, pero democrática.

A las 12.30 Alfredo Bravo, por la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos; Rogelio Cichowolski, secretario general de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, y Víctor Ramos, titular del INADI, presentarán la denuncia ante la Cámara Federal. Los tres organismos estuvieron presentes durante las tres jornadas en que se desarrolló el juicio contra Andrés Pablo Paszkowski, Luciano Federico Griguol y Orlando Romero Da Silva, incluyendo el momento en que los padres y amigos de los condenados vociferaron sus odios contra jueces, judíos y periodistas, en el preciso instante en que el presidente del tribunal, Carlos Andina Allende, pronunciaba la pena de tres años.

Los tres organismos tenían previsto reunirse por la mañana para limar los últimos detalles. La idea de presentación conjunta fue debatida en una reunión realizada en la sede de la DAIA, en Ayacucho al 600, en la que participaron Bravo, Cichowolski y Ramos. "Las manifestaciones de los padres confirmaron la condena", dijo a este diario Víctor Ramos. "Creemos que hay una responsabilidad mayor de los padres que de los propios hijos. Por un lado pedimos la investigación por apología del delito, y por el otro, como agravante, reclamamos la aplicación de la Ley Antidiscriminatoria, la misma con la que fueron juzgados los tres skinheads. De acuerdo con eso, a los responsables del escándalo les corresponde el fuero penal federal."

Ayer, por la mañana, el Tribunal Oral 3 realizó la presentación de su denuncia sobre los mismos incidentes, basándose en la aplicación del artículo 241, inciso 1, del Código Penal, que condena a quienes perturben una audiencia en los estrados judiciales. La pena correspondiente es de 15 días a 6 meses de prisión, pero se agrava si se llegara a determinar la aplicación de la Ley Antidiscriminatoria, cuya aplicación también solicitó el tribunal denunciante, lo que llevaría la pena a un mínimo de 20 días y un máximo de 9 meses. Se trata de condenas de cumplimiento provisional porque es excarcelable. Salvo que, de realizarse el juicio, resurja el estilo de vida skinhead.

 



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