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 Esteban Tuero se
prepara para afrontar, a partir de hoy, una más de sus aventuras en la Fórmula 1, cuando
a partir de las 11 (hora italiana) comience a girar en los entrenamientos del Gran Premio
de San Marino, cuarta carrera del Mundial que se disputará en el circuito de Imola.
Tuero, que el miércoles cumplió 20 años, estuvo ayer en el circuito, preparando la
máquina con la que girará sobre el trazado en el que, cuatro años atrás, perdiera la
vida Ayrton Senna, y en el que comenzaron a sonar fuertes rumores sobre la partida de
Michael Schumacher de Ferrari.Giancarlo Minardi, el dueño de la escudería italiana, informó que las dos semanas transcurridas desde la carrera de Argentina fueron utilizadas en trabajos de adaptación de los chasis M198, y que, por lo tanto, esperan tener mejores resultados en Imola. Tuero todavía no pudo ver la bandera a cuadros en ninguna de las tres carreras anteriores. Este Gran Premio de San Marino servirá para probar si los McLaren continúan ejercitando el dominio técnico o si la victoria de Ferrari en Buenos Aires pudo ser el primer paso de un asalto al poder de la F-1. Aunque Michael Schumacher no podrá utilizar un nuevo sistema de escapes, cuyo debut estaba previsto para esta carrera, al menos dispondrá de algunas innovaciones en materia aerodinámica, incluido un nuevo alerón, como para poder subir un escalón más en procura de alcanzar a los McLaren. "Soy optimista, si nuestras mejoras funcionan y no ha habido cambios en la situación de las gomas entre Goodyear y Bridgestone, entonces tengo una buena posibilidad", concluyó el alemán. Sin embargo, la preocupación de ayer para los italianos fue la posible partida del piloto alemán de la escuadra. "Tengo un contrato hasta 1999 --dijo Schumacher-- y no sé por qué no habría de cumplirlo." Sin embargo, recordó que posee una cláusula de rescisión, según la cual el equipo debiera liberarlo de su compromiso si no puede proporcionarle una máquina con la que pelear el título. "Mejor pregúntenme lo mismo a mediados de año" pidió. Los rumores continúan vinculando a Schumacher con la Mercedes Benz, que motoriza a los verdugos de Ferrari. "Sería un gran golpe si lo pudiéramos presentar como nuestro piloto --afirmó Jurgen Hubbert, del directorio de la firma alemana-- porque es el mejor de todos." En el campo de los McLaren la confianza es total. "No estoy intimidado con la demostración de Schumacher", señaló Mika Hakkinen, el líder del torneo. Su compañero David Coulthard todavía está molesto por la forma en que el alemán le arrebató la punta en la carrera de Buenos Aires. Los Williams no tienen grandes esperanzas de sacar un buen resultado como en 1997, cuando la victoria quedó en manos de Heinz-Harald Frentzen. "Avanzamos en la puesta a punto de las suspensiones --explicó el campeón del mundo, Jacques Villeneuve-- pero el fruto de ese trabajo no se verá en Imola, sino recién en Barcelona, dentro de quince días, o en Mónaco." Para Villeneuve, "es más duro competir por la sexta posición que por la victoria", aunque, destacó el canadiense "puede ser más frustrante pero al menos también se disfruta peleando un puesto". El diario alemán Bild indicó que Ferrari habría iniciado negociaciones secretas con Villeneuve, de manera de cubrirse en caso de una eventual salida de Schumacher. En Imola habrá hoy dos tandas de entrenamientos, de 11 a 12 y de 13 a 14 (hora italiana). Otros dos argentinos, Gastón Mazzacane y Brian Smith, clasifican para la carrera de Fórmula 3000, que se disputa mañana.
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